¿Qué es el herpes genital?
El herpes simple genital es una infección de transmisión sexual que se caracteriza por la erupción, a veces de forma episódica y repetida, de pequeñas ampollas, generalmente dolorosas, sobre los genitales.
El herpes genital pertenece al grupo de infecciones de transmisión sexual caracterizadas por la presencia de úlceras genitales, anales o perianales, por lo cual la Organización Mundial de la Salud OMS recomienda siempre hacer el diagnóstico diferencial con el chancro duro (sífilis), linfogranuloma venéreo (forma de clamidiasis), granuloma inguinal (donovanosis) y chancro blando.
Es una enfermedad que aumenta la probabilidad de contagiarse del virus de la inmunodeficiencia humana VIH.
Además, aumenta la probabilidad de que el virus del papiloma humano VPH produzca lesiones cancerosas en el cuello del útero.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
El herpes genital es ocasionado por dos virus que pertenecen al grupo Herpesviridae, conocidos, respectivamente, como herpes simple tipo 1 (HSV-1) y herpes simple tipo 2 (HSV-2).
El HSV-1 ocasiona, generalmente, estomatitis en la infancia (úlceras en la boca) que recurren toda la vida.
El HSV-2 es responsable de la mayoría de casos de lesiones genitales recurrentes.
Ambos virus pueden ser transmitidos por contacto sexual.
Es normal que ocurra un cruce de infecciones de tipo 1 y 2 durante el contacto sexual oral-genital.
¿Qué signos y síntomas definen la enfermedad?
En general, se pueden describir dos momentos:
- La primera infección genital por herpes:
Primero se presentan síntomas generales:- Fiebre
- Malestar
- Cefalea (dolor de cabeza)
- Dolor muscular generalizado (mialgia)
- Disminución del apetito
- Dolor, picor y enrojecimiento de la piel en la zona
- Ardor al orinar (disuria)
- Secreción por vagina o pene
- Linfadenopatía inguinal dolorosa (ganglio inflamado)
- Úlceras, vesículas y pústulas bilaterales en pene, testículos, vulva, vagina y cuello del útero de más o menos 1 a 2 mm de diámetro, espaciadas entre sí
- Lesiones anales o perianales (incluso sin haber tenido relación sexual anal)
- En caso de contagio por vía anal, suele presentarse proctitis: dolor en el recto, tenesmo (sensación de defecación incompleta) y estreñimiento
- La boca y la cara interna de los muslos puede también ser un sitio de infección en ambos sexos
Una vez que una persona se infecta, el virus se establece en el interior de las células nerviosas fuera del alcance de los anticuerpos. El cuerpo intenta combatirlo, pero esta lucha no tiene final. - La recurrencia de las lesiones por herpes
El virus puede, de este modo, permanecer latente (periodo de "latencia") durante un tiempo más o menos extenso, pero repentinamente la infección se reactiva y el individuo tiene otro ataque de dolor y ampollas.
Los ataques recurrentes pueden ser raros, ocurriendo sólo una vez al año, o tan frecuentes que los síntomas parecen continuos.
Estos ataques recurrentes pueden ser precipitados por muchas causas como la irritación mecánica, la menstruación, la fatiga, las quemaduras del sol, el estrés emocional y otras.
Las infecciones recurrentes en hombres son generalmente más leves y de duración más corta que en mujeres.
El virus puede transmitirse a la pareja incluso cuando la enfermedad parece clínicamente ausente, de modo que una pareja sexual sin lesiones aparentes puede transmitir la enfermedad.
Una diseminación asintomática puede contribuir realmente más a la diseminación del herpes genital que la misma enfermedad activa.
¿Cómo se puede diagnosticar la enfermedad?
Dado que la infección por el HSV-2 puede aumentar de dos a tres veces la posibilidad de contagiarse de VIH y es la que más úlceras genitales recurrentes produce, es importante diagnosticarla con certeza.
Se recomienda en toda persona con úlceras genitales o en pacientes sin síntomas en el momento, pero con historial de estas úlceras, realizar por lo menos dos exámenes de sangre para confirmación:
- Pruebas de amplificación de ácido nucleico (NAAT) para herpes simple. (Como opción se pude hacer cultivo de la lesión, pero se va haciendo menos confiable a medida que la infección lleva más tiempo).
- Si es positivo el NAAT: Tipificación para saber si es HSV-1 o HSV-2 o ambos.
Si se detectan ambos, se diagnostica el HSV-2 como la causa de las úlceras genitales por ser el que con más frecuencia afecta esa zona.
Si solo se detecta el HSV-1 se debe confirmar que es la causa de las úlceras tomando una muestra de las lesiones cuando estén presentes.
La persona debe comprender que es susceptible de adquirir el HSV-2 si este no se detecta en las pruebas.
Los demás exámenes disponibles han dejado de utilizarse por ser menos útiles.
El examen de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) está indicado solo en medio hospitalario para evidenciar complicaciones de la infección por herpes.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El tratamiento tiene dos componentes:
- Medicamentos:
Actualmente ningún tratamiento puede curar el herpes genital, pero existen medicamentos antivirales que suprimen la multiplicación del virus, aceleran la curación y disminuyen el malestar.
Entre ellos, se encuentran el aciclovir, el valaciclovir y el famciclovir, cuya eficacia y seguridad se ha demostrado tanto en la primera infección por herpes genital como en las recurrencias.
Así mismo, se ha demostrado su utilidad en la reducción del riesgo de transmisión de este virus.
Estos medicamentos tomados en cápsulas o pastillas son más efectivos. Los tratamientos tópicos (cremas, ungüentos) ya no se recomiendan.
El tratamiento con medicamentos se pude administrar de dos maneras:- Si las recurrencias no son muy frecuentes y la persona está familiarizada con los síntomas y signos iniciales de las recurrencias (picor, hormigueo, dolor de espalda y a lo largo de la parte posterior de la pierna) el tratamiento puede usarse para parar o suprimir estos episodios (tratamiento episódico).
Para un máximo beneficio durante los brotes de recurrencia, la terapia debe comenzar tan pronto como aparecen los primeros síntomas (anteriores a la úlcera) o en cuanto se notan las ampollas.
No es claro si los antivirales sirven para prevenir el contagio en personas que no vuelven a tener úlceras genitales después de la primera infección, por lo cual no se recomienda en esos casos. - Si las recurrencias son frecuentes, graves o afectan a la vida de la persona, puede ser necesario tomar la medicación a diario durante un período de tiempo para prevenir las recurrencias, constituyendo un tratamiento de mantenimiento incluso por años.
- Si las recurrencias no son muy frecuentes y la persona está familiarizada con los síntomas y signos iniciales de las recurrencias (picor, hormigueo, dolor de espalda y a lo largo de la parte posterior de la pierna) el tratamiento puede usarse para parar o suprimir estos episodios (tratamiento episódico).
- Consejo médico:
La persona con herpes genital debe recibir educación para prevenir el contagio de su pareja sexual y se debe advertir del riesgo ante un posible embarazo.
Se debe explicar que debe continuar usando siempre el preservativo masculino en sus relaciones sexuales, incluso cuando esté recibiendo medicamentos y que debe abstenerse de tener relaciones sexuales si las lesiones están activas.
Muchas personas sufren gran ansiedad al conocer el diagnóstico. Es importante suministrar la información lo más completa posible y alentar que el paciente solo se remita a sitios reconocidos para recibir esa información.
¿Qué complicaciones pueden aparecer?
El virus del herpes es de especial importancia en las mujeres por varias razones.
- Está implicado en el cáncer de cuello uterino, especialmente cuando está presente en combinación con el virus del papiloma humano (HPV), el virus responsable de las verrugas genitales (condiloma).
- Para las mujeres embarazadas, la presencia de HSV-1, o de HSV-2 sobre los genitales o en el canal de nacimiento, es una amenaza para el bebé. La infección en el bebé puede conducir a una meningitis herpética, a una viremia herpética, a una infección crónica en la piel o, incluso, a la muerte.
En embarazadas es importante:
- Evitar el contagio en la segunda mitad del embarazo. Si ocurre, el manejo debe ser llevado a cabo por un especialista en medicina fetal.
- Estar pendiente de las recurrencias en la mujer que ya ha tenido herpes anteriormente.
- Si las lesiones activas están presentes, se recomienda hacer una cesárea que evite la infección del recién nacido.
La infección por herpes también supone un problema especialmente serio en las personas inmunodeprimidas (enfermos de VIH, personas recibiendo quimioterapia, radioterapia, o que estén tomando dosis elevadas de cortisona). Estas personas pueden sufrir infecciones en varios órganos, como, por ejemplo:
- Queratitis herpética del ojo.
- Infección persistente de la piel y membranas mucosas de la nariz, boca y garganta.
- Esófago (esofagitis herpética).
- Hígado (hepatitis herpética).
- Cerebro (encefalitis herpética).
Otras complicaciones que pueden aparecer son:
- Mielopatía transversa.
- Incontinencia.
¿Cómo puede prevenirse?
La prevención es muy difícil desde el momento en que el virus puede contagiarse incluso a partir de personas infectadas que no presentan síntomas. Sin embargo, evitando el contacto directo con una lesión abierta rebajamos el riesgo de infección.
Las personas con herpes genital deben evitar el contacto sexual cuando tienen las lesiones activas.
Las personas con herpes genital conocido, pero sin síntomas clínicos presentes deben informar a su pareja de que tienen la enfermedad. Esto permitirá a ambos usar barreras protectoras (preservativos) para prevenir el contagio.
El preservativo masculino es la mejor protección frente al herpes genital cuando se es sexualmente activo. Su uso sistemático y correcto ayuda a evitar el contagio.
Los preservativos se controlan para asegurar que ese virus no puede pasar través del material del cual están hechos.
¿Cuáles son las expectativas?
Una vez infectado, el virus permanece en el cuerpo para el resto de la vida. Algunas personas nunca vuelven a tener otro episodio en su vida y otras tienen frecuentes brotes durante el año.
Las infecciones tienden a aparecer después de la relación sexual, exposición solar, y después de situaciones de estrés.
En individuos con un sistema inmune normal, el herpes genital permanece como dormido, pero la amenaza está ahí siempre.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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