¿Cuáles son los niveles adecuados de colesterol?
El control del colesterol es importante porque su exceso puede provocar aterosclerosis (acúmulo de placas en las arterias) aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Existen dos tipos principales de colesterol:
- Colesterol LDL (llamado colesterol "malo")
- Colesterol HDL (llamado colesterol "bueno")
En un análisis de sangre se miden el colesterol total y el colesterol HDL. El colesterol LDL se calcula usando la siguiente fórmula:
Colesterol LDL = Colesterol total - Colesterol HDL - (Triglicéridos/5)
En caso de exceso de triglicéridos en la sangre (más de 400 mg/dL), esta fórmula no calcula correctamente el colesterol LDL por lo cual será necesario determinarlo en una prueba específica (LDL directo).
Es importante que los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) estén dentro de los límites deseables.
Además, en la actualidad se considera importante calcular el llamado colesterol no HDL que es la cantidad total de colesterol en la sangre que no está asociada con las lipoproteínas de alta densidad (HDL).
Los valores normales del colesterol varían según la edad, el sexo y otros factores de riesgo, como la presencia de enfermedades cardíacas o diabetes.
Los rangos generales de los valores normales del colesterol para adultos son:
- Colesterol total: menos de 200 mg/dL (5.17 mmol/L)
- Colesterol HDL ("colesterol bueno"): más de 40 mg/dL (1.04 mmol/L) para hombres y más de 50 mg/dL (1.3 mmol/L) para mujeres
- Colesterol LDL ("colesterol malo"): menos de 100 mg/dL (2.59 mmol/L)
En cuanto al colesterol no HDL se recomienda que sea menor de 130 mg/dL en adultos, menor de 100 mg/dL en adultos con alto riesgo cardiovascular y menor de 85 mg/dL en personas con riesgo muy alto.
La hipercolesterolemia se puede clasificar según la concentración de lipoproteínas de baja densidad (LDL) o "colesterol malo". Según las directrices de la Sociedad Europea de Cardiología, se consideran los siguientes niveles de concentración de LDL:
- Óptimo: LDL inferior a 100 mg/dL (2,6 mmol/L)
- Casi óptimo: LDL entre 100 y 129 mg/dL (2,6 a 3,3 mmol/L)
- Límite alto: LDL entre 130 y 159 mg/dL (3,4 a 4,1 mmol/L)
- Alto: LDL entre 160 y 189 mg/dL (4,1 a 4,9 mmol/L)
- Muy alto: LDL igual o superior a 190 mg/dL (4,9 mmol/L)
¿Qué tratamientos existen para la hipercolesterolemia?
Existen dos tratamientos principales para tratar el colesterol elevado (hipercolesterolemia):
Modificación del estilo de vida:
Además de disminuir las grasas en la sangre, una dieta adecuada y el ejercicio regular pueden ayudar a mejorar las cifras de presión arterial, el peso corporal y controlar la diabetes mellitus, por lo cual disminuye en gran manera el riesgo cardiovascular y mejora la salud en general.
Estos cambios deberían ser orientados por profesionales: nutricionistas, entrenadores, fisioterapeutas, etc. porque para cada persona se necesita una adaptación particular.
La modificación del estilo de vida se debe implementar incluso si se están tomando medicamentos.
Son principalmente:
Dieta: Las recomendaciones alimentarias para controlar el colesterol son:
Sustituir las grasas saturadas como la mantequilla y la manteca por aceites ricos en grasas insaturadas como el de oliva, girasol, soja o linaza.
No se debe dejar de ingerir grasas porque puede generarse deficiencias de las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), pero se recomienda que las grasas procedan de dos grupos:
- MUFA (ácidos grasos monoinsaturados): son un tipo de grasa que se encuentra en alimentos como aceites vegetales (oliva, canola, cacahuete), frutos secos, semillas, aguacate y algunos tipos de carne.
- PUFA (ácidos grasos poliinsaturados): se dividen en dos tipos principales: n-6 y n-3. Los PUFA n-6 se encuentran en aceites vegetales como el aceite de soja, maíz y girasol, y en muchos alimentos procesados que contienen estos aceites. Los PUFA n-3 (omega 3) se encuentran en alimentos como pescados grasos (salmón, atún, sardinas), nueces, semillas de lino y algunas algas.
Evitar las carnes rojas y los lácteos enteros porque son ricos en colesterol. Preferir el pescado y los lácteos desnatados y el yogur.
Evitar los productos ultraprocesados que contienen grasas trans y azúcares refinados añadidos.
Aumentar el consumo de productos integrales (avena, cebada), verduras, frutas (aumento de fibra en la dieta).
Preparar los alimentos a la parrilla, hervidos y al vapor en lugar de fritos y evitar los aderezos con grasa.
Ejercicio físico: Siempre es recomendable asociar el aumento de la actividad física a los cambios en la dieta porque son más efectivos tanto para disminuir el colesterol en la sangre como para bajar de peso. En general, se recomienda realizar todos los días por lo menos 30 minutos de actividad física moderada. El inicio de la rutina de ejercicios y sus aumentos paulatinos deberían ser dirigidos por un profesional tanto para evitar sobreesfuerzos como para no desanimarse en el camino.
Peso corporal y grasa abdominal: Se recomienda mantener un Índice de Masa Corporal (IMC) (relación del peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de su altura en metros) entre 20 y 25 y el perímetro de la cintura o perímetro abdominal en menos de 94cm para varones y menos de 80cm para mujeres.
Evitar el alcohol.
No fumar: mejora el colesterol HDL (colesterol “bueno”) además de todos los otros beneficios que proporciona no consumir cigarrillos.
Medicación:
Las indicaciones para iniciar un medicamento hipolipemiante en una persona con hipercolesterolemia pueden variar según las guías clínicas y la evaluación individual del médico, pero generalmente se considera iniciar la terapia farmacológica en los siguientes casos:
Niveles de colesterol total elevados: si el colesterol total de una persona es mayor o igual a 240 mg/dL (6.2 mmol/L), se considera que tienen un alto riesgo de enfermedad cardiovascular y se puede recomendar la terapia farmacológica para reducir los niveles de colesterol.
Niveles de LDL elevados: se recomienda iniciar la terapia farmacológica si los niveles de LDL son iguales o superiores a 190 mg/dL (4.9 mmol/L), o si los niveles son iguales o superiores a 160 mg/dL (4.1 mmol/L) en personas con factores de riesgo adicionales como enfermedad cardiovascular, diabetes o hipertensión.
Riesgo cardiovascular global: se recomienda la terapia farmacológica si una persona tiene un riesgo cardiovascular global estimado del 10% o más en los próximos 10 años, según la evaluación de factores de riesgo.
Este riesgo cardiovascular global se puede determinar por diferentes herramientas como el test SCORE, la función de Framingham ajustada y la ecuación AHA/ACC.
¿Cómo se sabe si el tratamiento para la hipercolesterolemia está funcionando?
La recomendación cuando se realiza el tratamiento para los niveles altos de colesterol es realizar exámenes cada cierto tiempo y lograr metas establecidas que dependen del riesgo cardiovascular total que tenga la persona.
Se deben siempre usar las modificaciones del estilo de vida en primer lugar.
Las metas que se busca lograr según el riesgo cardiovascular se enfocan en los resultados del colesterol LDL, el colesterol no HDL y la apolipoproteína B100 o ApoB.
Las metas son las siguientes:
Riesgo cardiovascular | Apo | LDL | Colesterol no HDL |
---|---|---|---|
Muy alto: personas con enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus, enfermedad renal de moderada a grave, niveles muy altos de los factores de riesgo individual, hipercolesterolemia familiar | < 65 mg/dL | < 55 mg/dL | < 85 mg/dL |
Alto: enfermedad coronaria (aterosclerosis coronaria) | < 80 mg/dL | < 70 mg/dL | < 100 mg/dL |
Moderado: Dos o más factores de riesgo* | < 100 mg/dL | < 100 mg/dL | < 130 mg/dL |
Bajo: Uno o ningún factor de riesgo* | < 130 mg/dL | < 116 mg/dL | < 130 mg/dL |
*El riesgo cardiovascular se calcula con diferentes índices en los que, por lo general se tiene en cuenta varios factores de riesgo como el colesterol total y el HDL o “bueno”, el sexo, la edad, la presión sanguínea o si la persona fuma. En los índices americanos, además se tiene en cuenta la raza y la presencia de diabetes mellitus.
El seguimiento con análisis de sangre de perfil lipídico en caso de tratamiento de hipercolesterolemia depende de varios factores, como la gravedad de la hipercolesterolemia, la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular y el tipo de tratamiento utilizado.
En general, se recomienda lo siguiente:
En caso de tratamiento sin medicación: Si se están implementando cambios en el estilo de vida como tratamiento para la hipercolesterolemia, se recomienda realizar un seguimiento con análisis de perfil lipídico después de 3 a 6 meses para evaluar la eficacia de estos cambios.
Si los niveles de colesterol han disminuido significativamente, se puede considerar una evaluación de seguimiento cada 6 a 12 meses.
En caso de tratamiento con medicación: En general, se recomienda realizar un seguimiento con análisis de perfil lipídico después de 4 a 12 semanas después de iniciar un tratamiento farmacológico para la hipercolesterolemia.
Si se logran los objetivos de tratamiento, se recomienda una evaluación de seguimiento cada 3 a 12 meses según lo determinado por el médico tratante.
¿Qué es la hiperlipemia combinada mixta y cómo se puede clasificar?
La hiperlipemia combinada mixta es un trastorno metabólico que se caracteriza por niveles elevados de colesterol y triglicéridos en la sangre.
Se puede clasificar según la predominancia de los niveles de lipoproteínas en la sangre en dos subtipos principales:
Hiperlipemia combinada mixta con predominio de triglicéridos (HCM-TG): Los niveles de triglicéridos en la sangre son más altos que los niveles de colesterol total.
También se pueden observar niveles elevados de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) y niveles bajos de lipoproteínas de alta densidad (HDL o colesterol “bueno”).
Se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Hiperlipemia combinada mixta con predominio de colesterol (HCM-C): Los niveles de colesterol total en la sangre son más altos que los niveles de triglicéridos.
También se pueden observar niveles elevados de lipoproteínas de baja densidad (LDL) y niveles bajos de HDL.
Se asocia con un mayor riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular.
Esta clasificación puede ser útil para determinar el tratamiento adecuado y para prevenir complicaciones asociadas con la enfermedad cardiovascular.
¿Cuál es el tratamiento de la hiperlipemia combinada mixta?
El tratamiento para esta condición se enfoca en reducir el riesgo cardiovascular y prevenir complicaciones.
Para lograrlo, se recomienda:
Modificación del estilo de vida
- Dieta baja en grasas saturadas y colesterol
- Consumir grasas insaturadas
- Dieta baja en carbohidratos simples, azúcares refinados y grasas trans
- Dieta rica en fibra
- Actividad física regular
- No tomar alcohol
- No fumar
- Mantener un peso adecuado: Índice de Masa Corporal (IMC) (relación del peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de su altura en metros) entre 20 y 25
- Mantener el perímetro de la cintura o perímetro abdominal en menos de 9 4cm para varones y menos de 80 cm para mujeres
Las indicaciones para el tratamiento farmacológico de la hiperlipemia combinada mixta dependen de varios factores, como la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular, la edad del paciente y la gravedad de la hiperlipemia.
En general, el tratamiento farmacológico se recomienda si los cambios en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, no han logrado reducir adecuadamente los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
Las metas terapéuticas de tratamiento para la hiperlipemia combinada mixta incluyen la reducción del colesterol total, el colesterol LDL (“colesterol malo") y los triglicéridos, y el aumento del colesterol HDL (“colesterol bueno").
Las opciones de tratamiento farmacológico incluyen:
- Estatinas: Estos medicamentos reducen los niveles de colesterol LDL y también pueden reducir los niveles de triglicéridos en la sangre.
- Fibratos: Estos medicamentos se utilizan para reducir los niveles de triglicéridos en la sangre.
- Niacina: Esta vitamina se utiliza para aumentar los niveles de colesterol HDL.
- Ezetimiba: Este medicamento reduce los niveles de colesterol LDL y también puede reducir los niveles de triglicéridos en la sangre.
El tratamiento debe ser personalizado y supervisado por un profesional de la salud.
Además, es importante controlar otros factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión y la diabetes.
En el caso de la hiperlipemia combinada mixta, el seguimiento con análisis de sangre de perfil lipídico debe realizarse cada 3 a 6 meses después de iniciar el tratamiento y cada 6 a 12 meses una vez que se alcanzan los niveles adecuados de lípidos.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico