¿Cuáles son las ventajas de la leche materna?
La recomendación de las academias de pediatría de todo el mundo es que el lactante consuma exclusivamente leche materna durante los primeros seis meses de vida.
Muchas mujeres prefieren dar de mamar a sus bebés. Aunque los niños también crecen con leche de fórmula (maternizada), la leche materna es más fácil de digerir y contiene anticuerpos que protegen al bebé de infecciones. Además, muchas mujeres lo encuentran muy placentero.
Entre las ventajas de la leche materna sobre la alimentación con otras leches están:
- Ventajas nutricionales: el cuerpo de cada madre produce la leche óptima para su bebé en cuanto a calorías y proporción de los componentes nutricionales.
- Ventajas inmunológicas: se evita la exposición temprana a posibles sustancias que desencadenen alergias como la proteína de la leche de vaca. Además, la leche materna contiene anticuerpos (defensas naturales) que son utilizados por el bebé.
- Mejor crecimiento y desarrollo del bebé.
- Ventajas psicológicas: mejora el vínculo entre mamá y bebé.
- Ventajas económicas: no todas las familias pueden pagar las fórmulas lácteas que suelen ser costosas.
- Mejor salud actual y futura tanto para la madre como para el bebé: las mujeres que amamantan tienen menos riesgo de cáncer de seno y pierden más fácil el peso ganado en el embarazo. Los niños alimentados con leche materna tienden a ser más sanos e inteligentes.
¿Cómo se produce la leche materna?
Una vez que ha dado a luz al bebé, su glándula pituitaria (hipófisis) comienza a aumentar la cantidad de producción de una hormona llamada prolactina. Ésta hormona estimula las células de las mamas.
Estas células empiezan a absorber nutrientes del flujo sanguíneo y lo utilizan para producir leche.
Como este proceso lleva muy poco tiempo, los primeros días después del nacimiento las mamas producen un fluido fino y blanco, llamado calostro. Como la leche, el calostro es nutritivo y tiene anticuerpos.
Después de 3 o 5 días se produce la leche. La prolactina controla la cantidad, hasta el punto de que cuanta más cantidad de leche tome el bebé, más prolactina producirá la pituitaria y más leche tendrá. Cuando el bebé deja de mamar la producción de leche cesa en una semana o dos.
El flujo de la leche materna es controlado por el reflejo de cierre. De otra forma la leche estaría saliendo continuamente de las mamas. Cuando el bebé succiona, los pezones responden mandando impulsos sensoriales al hipotálamo, en el cerebro.
El hipotálamo inmediatamente ordena a la glándula pituitaria producir hormonas (principalmente oxitocina) que viajan a través del torrente sanguíneo. Cuando llegan a las mamas, las células que rodean la cavidad alveolar, donde la leche es almacenada, se contraen y, así, la leche sale al conducto.
Todo este proceso dura entre 30 y 60 segundos. Una vez establecida la leche materna, el reflejo de "parada" y "marcha" es disparado fácilmente. A menudo el mismo sonido del llanto estimula el reflejo.
¿Qué problemas médicos se pueden presentar durante la lactancia materna?
Los problemas más usuales que se presentan durante la lactancia materna son:
- Fisuras del pezón: Si siente dolor en los pezones mientras el bebé succiona, puede deberse a una pequeña rotura en el pezón. El médico debe recomendarle alguna pomada que le ayude a curarla.
- Mastitis: Si siente un pequeño bulto duro en la mama, puede que un conducto de la leche esté bloqueado. Pruebe con masajes y paños calientes. Si el bulto no desaparece, llame al médico ya que puede haber una infección. Si es así, necesitará un antibiótico. Normalmente puede continuar dando de mamar al bebé, pues éste rechaza la infección.
Tanto las fisuras como la mastitis pueden deberse a una inadecuada postura del bebé al mamar. Es importante revisar esa postura con el médico o la enfermera para no suspender la lactancia materna.
Además, el estrés físico y emocional puede interferir en el reflejo de producción adecuada de leche. En este caso, necesita gente a su alrededor apoyándole cuando empiece a dar de mamar.
Cuando deje de dar de mamar, a no ser que lo haga de manera gradual, sus mamas pueden inflamarse y doler durante unos días hasta que la leche se seque.
La mujer que da biberón al bebé desde el principio tiene el mismo problema.
El médico puede prescribir algún medicamento para suprimir la leche. Si esto no funciona puede recurrir a aplicar a las mamas bolsas de hielo o unas vendas muy apretadas.
Además de todo esto, es importante saber que la prolactina casi siempre protege frente al embarazo. Sin embargo, es mejor no descuidarse porque puede haber una ovulación durante el periodo de lactancia materna, aunque no haya habido menstruación.
Por eso, la lactancia materna no se considera un método efectivo de contracepción a no ser que se cumplan de manera estricta los siguientes requisitos:
- La mujer no ha vuelto a tener la regla después del parto.
- El bebé succiona continuamente leche materna de día y de noche y no consume ningún otro alimento ni líquido, ni siquiera agua.
- El bebé tiene menos de seis meses.
¿En qué casos está prohibida la lactancia materna?
Los casos en que no se debe suministrar leche materna al bebé son:
- Madres consumidoras activas de drogas ilegales o alcohol.
- Bebé con galactosemia, una enfermedad en la que no se puede descomponer la proteína de la leche y se vuelve tóxica.
- Bebé con enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce en donde no se pueden metabolizar algunos aminoácidos.
- Bebé con fenilcetonuria, enfermedad con limitación para metabolizar un aminoácido.
- Madre con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana VIH: esta contraindicación de la lactancia materna no se aplica siempre en los países pobres por el alto riesgo de desnutrición del recién nacido en comparación con el bajo riesgo de infección si se da tratamiento a la madre. En países desarrollados se suele contraindicar siempre.
- Madre con tuberculosis activa sin tratamiento.
- Madre con tratamiento para el cáncer de mama.
- Otros tratamientos con medicamentos que no se puedan evitar, principalmente tratamientos para el cáncer, isótopos radiactivos y algunos medicamentos psiquiátricos, entre otros.
Por lo demás, se ha visto que todas las otras enfermedades maternas, en especial las infecciosas, no representan un riesgo para el recién nacido aunque requieren un control médico más frecuente.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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