¿Cuáles son los signos fáciles para detectar el riesgo de malnutrición en el anciano?
El envejecimiento, en especial cuando se asocia con alguna enfermedad, favorece la desnutrición y los adultos mayores desnutridos se enferman más.
Los problemas de nutrición de los ancianos pueden ser prevenidos, controlados o tratados, pero los signos de alarma de la malnutrición son, a menudo, pasados por alto. La malnutrición no tratada puede llevar a una espiral de infecciones, mayor desnutrición y muerte.
Hay instrumentos de valoración sencillos que pueden ser utilizados durante la consulta médica para identificar los factores de riesgo de un mal estado nutricional.
Estos factores comprenden:
- Edad avanzada.
- Depresión.
- Aislamiento social.
- Deterioro físico o cognitivo (memoria).
- Nivel bajo de ingresos.
Los pacientes identificados como de alto riesgo requieren una intervención inmediata que incluye la evaluación médica y psicológica.
A menudo, un anciano sin deterioro cognitivo puede asumir una actividad independiente cuando se proporciona un soporte adecuado para corregir las causas de malnutrición.
¿Cómo se debe realizar la valoración nutricional inicial de un anciano?
No es fácil determinar cuándo un anciano está desnutrido, pero se considera que existe un alto riesgo si se presentan las siguientes condiciones:
- Anorexia (falta de apetito).
- Pérdida de peso no intencional: especialmente preocupante si se pierde más del 4% del peso en un año. Muy grave si se pierde más del 5% del peso en 30 días.
- Índice de masa corporal IMC menor de 18.5.
- Deficiencias específicas de vitaminas.
- Disminución en la toma de alimentos por cualquier razón.
Existen maneras indirectas de examinar la nutrición de un adulto mayor como la dificultad para caminar, levantarse de una silla y mantener el equilibrio. Si no hay ninguna otra enfermedad que explique estas dificultades, se debe pensar que el anciano está desnutrido, lo cual suele ocurrir con mayor frecuencia en residencias de ancianos y asilos.
Se utilizan varias escalas para determinar si un anciano está o no desnutrido.
Las llamadas evaluaciones mínimas del estado de nutrición no utilizan exámenes de laboratorio y son fáciles de utilizar. Se evalúan cuatro aspectos:
- Medidas antropométricas: peso, estatura, cuánto peso se ha perdido en el tiempo.
- Examen general: estilo de vida, qué medicamentos consume, cómo es su capacidad de moverse.
- Valoración dietética: cuántas comidas hace al día, cantidad de sólidos y líquidos, grado de autonomía al comer.
- Cuestionario de autoevaluación.
Un ejemplo de cuestionario es este:
Cuestionario
- He tenido una enfermedad o afección que me ha hecho cambiar el tipo y/o cantidad de alimento que como (2 puntos).
- Hago menos de dos comidas al día (3 puntos).
- Como poca fruta, vegetales o productos lácteos (2 puntos).
- Tomo más de tres vasos de cerveza, licor o vino, casi a diario (2 puntos).
- Tengo problemas dentales que me hacen difícil comer (2 puntos).
- No siempre tengo suficiente dinero para comprar la comida que necesito (4 puntos).
- Como solo la mayoría de las veces (1 puntos).
- Tomo a diario tres o más fármacos recetados o por mi cuenta (1 puntos).
- Sin quererlo, he perdido o ganado 5 kg de peso en los últimos seis meses (2 puntos).
- No siempre puedo comprar, cocinar y/o comer por mí mismo por problemas físicos (2 puntos).
Si la puntuación total es:
- 0 a 2: Bueno. Reevaluar la puntuación nutricional en seis meses.
- 3 a 5: Riesgo nutricional moderado. Tomar medidas para mejorar los hábitos alimentarios y el estilo de vida. Reevaluar en tres meses.
- 6 o más: Riesgo nutricional alto. Lleve el cuestionario a su médico, especialista en dietética u otros profesionales de servicios sociales o de salud cualificados y pida ayuda para mejorar su estado nutricional.
¿Cómo se puede complementar la valoración nutricional de un anciano?
En pacientes con riesgo de malnutrición se debe realizar una valoración médica y nutricional completa.
Esta valoración incluye algunas mediciones como:
Índice de masa corporal IMC
El IMC relaciona el peso con la estatura con la siguiente fórmula:
Peso (kg)/estatura (m)2
El IMC sirve para determinar si una persona tiene desnutrición, sobrepeso u obesidad. En personas ancianas es una medida difícil de interpretar por la pérdida normal de estatura que conlleva la edad y porque muchas personas no se pueden poner de pie y la estatura medida no es confiable.
Además, las personas ancianas pierden masa muscular y ganan masa grasa, lo que hace que sea más importante valorar esto y no el peso total del cuerpo.
El grado de masa grasa se puede calcular con algunas ecuaciones que tienen en cuenta las medidas de los llamados pliegues cutáneos.
Con un instrumento especial se pellizca un poco la piel en determinados sitios y se determina la medición de 4 pliegues que son: tricipital, bicipital, subescapular y suprailíaco.
De manera similar, se puede medir la circunferencia en la mitad del brazo y comparar esta medida con las medidas de la población general para saber, sobre todo si está muy baja y hay desnutrición. Las tablas que recogen estas mediciones varían dependiendo del país.
Otra medida útil puede ser la medición de la circunferencia de la pantorrilla que puede ayudar a evaluar de manera rápida la reserva de masa muscular de una persona. En general, se considera que si es menor de 31 cm puede ser que las reservas de proteína de la persona estén disminuidas.
Algunos valores normales, utilizados para valorar el estado nutricional del anciano se detallan a continuación:
Además de la evaluación nutricional, existen algunos exámenes que pueden ayudar a determinar si hay algún tipo de malnutrición:
- Albúmina en sangre: si es menor de 3,5 gr/dl se considera signo de desnutrición.
- Un examen que se ha desarrollado para determinar de manera confiable la composición corporal es la absorciometría dual de energía de rayos X (DEXA) que ayuda a determinar con fidelidad enfermedades como la osteoporosis (disminución de masa ósea), la sarcopenia (disminución de masa muscular) y diferentes tipos de obesidad como la obesidad visceral y la obesidad sarcopénica.
- En algunas personas, se utilizan tomografías computarizadas (TC) y resonancias nucleares magnéticas (RMN) para realizar cálculos similares.
¿Cuáles son los indicadores de malnutrición?
Indicadores mayores:
- Pérdida de peso de más de 5 kg.
- Bajo peso/sobrepeso.
- Albúmina sérica menor de 3,5 g/dl.
- Cambio en el estado funcional.
- Ingesta alimentaria inadecuada.
- Circunferencia muscular del brazo menor del 10° percentil.
- Pliegue cutáneo tricipital menor del 10° percentil o mayor del 95° percentil.
- Obesidad.
- Enfermedades relacionadas con la nutrición:
- Déficit de folato.
- Déficit de vitamina B12.
- Aparición de úlceras de presión en la piel.
Indicadores menores:
- Alcoholismo.
- Deterioro cognitivo.
- Insuficiencia renal crónica.
- Polimedicación.
- Síndromes de malabsorción.
- Anorexia, náuseas, disfagia.
- Cambios en el hábito intestinal.
- Fatiga, apatía, pérdida de memoria.
- Mal estado oral o dental.
- Deshidratación.
- Mala cicatrización de las heridas.
- Pérdida de grasa subcutánea o de masa muscular.
- Retención de líquidos.
- Disminución de hierro, ácido ascórbico o zinc.
¿Cuál es su origen y qué consecuencias tiene la malnutrición en la vejez?
Las personas ancianas pueden tener muchas dificultades para ingerir adecuadamente los alimentos tanto por causa del envejecimiento natural como por enfermedades que padezcan.
No siempre es fácil notar que están en un proceso de malnutrición.
El deterioro cognitivo, por ejemplo, puede ser causado por tantos factores no nutricionales que es fácil pasar por alto causas nutricionales potenciales, como deshidratación, desequilibrio del potasio, anemia ferropénica y déficit de muchas de las vitaminas hidrosolubles.
Los déficits de folato, vitamina B12, tiamina y vitamina C han sido todos ellos relacionados con la pérdida de la capacidad funcional cognitiva que ocurre en el envejecimiento.
Los niveles disminuidos de vitamina B12 en las personas muy ancianas son frecuentemente secundarios a la malabsorción provocada por una anemia perniciosa o una gastritis atrófica, ambas frecuentes en este grupo de edad.
También, por falta de ingesta de frutas y vegetales en la dieta del anciano, se puede producir un déficit de vitamina C, debido a que las reservas de este nutriente son muy limitadas.
La depresión y el aislamiento social también pueden llevar en el anciano a la anorexia, causando una espiral de malnutrición y mayor deterioro cognitivo.
Asimismo, tanto las enfermedades crónicas como los medicamentos utilizados en su tratamiento pueden alterar el apetito y el sabor de los alimentos y pueden limitar que se tenga una alimentación balanceada.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
En casos de malnutrición diagnosticada, se debe tener una valoración nutricional completa y se debe diseñar un régimen dietario específico para la persona.
Se debe hacer seguimiento tanto del cumplimiento como de la mejoría del examen nutricional.
Se suele aconsejar una pauta con suplementos de minerales y vitaminas, además de una dieta alta en proteínas y nutrientes, incluyendo tres tomas entre comidas de suplementos alimentarios comerciales.
Se puede evaluar la mejoría tanto por los análisis como por la mejora en la memoria y funciones motrices alteradas previamente.
Se tendrá contacto con los servicios de asistencia social, si es necesario. Se establecerán contactos periódicos para proporcionar al paciente una ayuda a domicilio a tiempo parcial si así lo requiere.
Mediante esta atención se puede controlar y dirigir un programa de comidas con las recomendaciones dietéticas diarias instruidas por el médico y el nutricionista.
Los aportes vitamínicos y minerales están disponibles en las farmacias, aunque siempre se deben adquirir bajo prescripción médica para evitar dosificaciones inadecuadas y efectos indeseables.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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