¿Qué es la mononucleosis?
La mononucleosis es la infección vírica aguda causada por el virus de Epstein-Barr caracterizada por la triada de fiebre, faringitis y aumento de tamaño de los ganglios linfáticos.
Es una enfermedad contagiosa benigna que no suele presentar complicaciones, pero cuyo síntoma principal que es la fatiga puede prolongarse durante meses.
En países pobres es una infección poco frecuente porque los niños tienen contacto con el virus en edades tempranas y desarrollan anticuerpos. En los países más desarrollados, la mononucleosis infecciosa se presenta de forma típica en adolescentes y adultos jóvenes.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
La mononucleosis es una enfermedad viral provocada principalmente por el virus de Epstein-Barr (VEB) que pertenece a la familia de los herpevirus.
En raras ocasiones puede estar causada por el citomegalovirus u otros virus.
¿Cómo se contagia?
La vía de contagio más frecuente del virus es por la saliva, por lo que se la conoce como "enfermedad del beso". Se transmite a través de saliva infectada por el virus al toser, estornudar, besar o compartir vasos o cubiertos.
Suele aparecer en forma de brotes que afectan simultáneamente a múltiples personas, pero a veces hay casos aislados.
A pesar de la creencia popular su contagiosidad es baja.
Afecta principalmente a niños, adolescentes y adultos jóvenes de entre 15 y 35 años de ambos sexos por igual.
El 90 % de los adultos ha tenido contacto con el virus en mayor o menor intensidad. La edad típica de contagio es la pubertad y adolescencia, aunque puede darse en niños más pequeños.
¿Cuáles son los síntomas de la mononucleosis?
El periodo de incubación de la enfermedad es de entre 4 y 7 semanas tras las cuales comienzan a aparecer los primeros síntomas.
Los niños pequeños infectados por el virus podrían no presentar ningún síntoma o desarrollar un cuadro típico de faringitis viral sin complicaciones.
La mayoría de adolescentes y adultos jóvenes con mononucleosis suelen presentar los siguientes síntomas:
- Astenia (fatiga o cansancio).
- Fiebre.
- Faringitis o dolor de garganta.
- Pérdida de apetito.
- Dolores musculares.
- Dolor al tragar.
- Adenopatías (ganglios inflamados) en el cuello principalmente y las axilas.
- Esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo), sólo se aprecia en el 50% de los casos.
Inicialmente se presentan fatiga, malestar general y dolores musculares y una semana después, aparece el cuadro típico de fiebre, dolor de cabeza y dolor de garganta asociado a inflamación de los ganglios (sobre todo en la parte posterior del cuello) y al posible aumento del tamaño del bazo.
Posteriormente y de forma variable pueden aparecer otros síntomas como:
- Náuseas.
- Ictericia (color amarillento en la piel).
- Ojos llorosos.
- Dificultad para respirar.
- Palpitaciones.
- En ocasiones, exantema en la piel (erupción en la piel), especialmente si el cuadro se trata con penicilina (aunque el exantema no está relacionado generalmente con alergia a penicilina).
La fiebre puede llegar a ser elevada, y suele alcanzar su máximo por la tarde o al anochecer, con una temperatura próxima a los 39.5 °C.
La mayoría de las personas mejora en un plazo de 2 a 4 semanas. La fatiga suele ser generalmente máxima durante las primeras 2 o 3 semanas. Cuando predominan la fiebre y la fatiga (la denominada forma tifoidea de la enfermedad), la curación puede ser mucho más lenta.
La fiebre puede persistir hasta un mes después del inicio de los síntomas y el cansancio se puede prolongar hasta seis meses.
¿Cómo se puede detectar?
En personas con los síntomas típicos de la mononucleosis y un hemograma o frotis sanguíneo que demuestre un gran aumento de glóbulos blancos (leucocitosis) con anormalidades en muchos linfocitos (mononucleares) se sospecha la enfermedad.
En estos casos, se pueden practicar tres tipos de pruebas confirmatorias:
- Detección de anticuerpos heterófilos o Test de Paul-Bunnell: es una prueba rápida, aunque inespecífica que es positiva en casi todos los adolescentes y adultos jóvenes, pero no siempre en los niños menores de 4 años. Puede permanecer un resultado positivo de esta prueba hasta por un año.
- Prueba de anticuerpos contra el virus de Epstein-Barr: La serología para anticuerpos del virus de la mononucleosis es lo que determina el diagnóstico definitivo. Si aparecen los denominados IgM anti VCA, la enfermedad está en fase aguda (en las primeras 4 semanas, aunque puede permanecer hasta 3 meses), mientras que tras la infección aguda aparecen los anticuerpos IgG anti VCA durante muchos años.
- Detección de ADN viral: es un examen de sangre que se realiza por PCR (reacción en cadena de la polimerasa) y puede detectar el número total de virus que existen. No es un examen que se realice de manera rutinaria por su complejidad. Se indica en pacientes con un órgano trasplantado, en especial en el seguimiento de personas con cáncer por el virus de Epstein-Barr como el carcinoma nasofaríngeo y el linfoma de Hodgkin.
También se puede realizar un frotis faríngeo para descartar amigdalitis por estreptococo (que está frecuentemente asociada).
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Como no existe tratamiento curativo para el virus de Epstein-Barr, se recomiendan cuidados paliativos que incluyen el descanso durante unas semanas, una adecuada hidratación, y antitérmicos para la fiebre.
Los consejos generales son:
- Reposo en cama al principio de la enfermedad para posteriormente mantenerse en casa relajado por lo menos 2 o 3 semanas. Este reposo está especialmente indicado para evitar cualquier golpe en el abdomen que pueda precipitar la rotura del bazo cuando está aumentado de tamaño (esplenomegalia).
- Aumento de la ingestión de líquidos para evitar la deshidratación.
- Se recomienda también tomar ibuprofeno o paracetamol para la fiebre y realizar gárgaras con agua salada para las molestias de garganta. Se recomienda no administrar Aspirina®, especialmente en niños, para evitar un posible Síndrome de Reye.
- Cuando existe asociada una amigdalitis por estreptococo, se añade un antibiótico.
- Todos los medicamentos que se administren durante la mononucleosis infecciosa deben ser recetados por un médico después de examinar a la persona.
¿Cuál es el pronóstico y las posibles complicaciones de la enfermedad?
La mononucleosis es una enfermedad benigna, que sólo en casos rarísimos se asocia con complicaciones (menos del 1% de los casos).
Las principales complicaciones de la mononucleosis son:
- Meningitis y encefalitis.
- Rotura del bazo: Si aparece dolor agudo intenso en la parte superior izquierda del abdomen, debe acudir urgentemente a su médico, quien deberá descartar una posible rotura de bazo. Si esto se confirma, la persona afectada debe ser intervenida quirúrgicamente de forma urgente para extirparle el bazo.
- Obstrucción de las vías respiratorias superiores por crecimiento excesivo de las amígdalas o las adenoides.
- Sobreinfección por bacterias, especialmente por estreptococo.
- Anemia hemolítica autoinmunitaria.
- Hepatitis.
- Miocarditis o pericarditis.
- Nefritis.
- Vasculitis.
- Úlceras en los genitales.
Los síntomas generales de la mononucleosis infecciosa, como son el cansancio, las cefaleas, la fatiga, la pérdida de apetito, etc., pueden durar de hasta seis meses, sobre todo en personas de más edad, sin que esto suponga una complicación obligatoriamente.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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