Medicamentos antieméticos

¿Qué deberíamos saber?

Los medicamentos antieméticos son aquellos indicados para aliviar las náuseas e impedir el vómito.

El mecanismo del vómito es extremadamente complejo al ser una respuesta refleja común a una gran variedad de estímulos y circunstancias fisiopatológicas.

El centro del vómito puede recibir información del oído interno, del tracto gastrointestinal, del cerebro, de los testículos, etc.

Mediante diversos sistemas de comunicación se producen estos reflejos por lo que hay diversos medicamentos con efectos múltiples para controlar el mecanismo del vómito.

Como la náusea y el vómito son mecanismos de defensa del cuerpo, es importante averiguar su causa y evitar solo tratar el síntoma lo cual puede ocultar una enfermedad grave.

La náusea puede ser útil para evitar seguir consumiendo una sustancia tóxica y el vómito sirve para expulsar un potencial veneno.

¿Cuándo está indicado tomar un antiemético?

En situaciones agudas, el vómito suele ser temporal y mejora con la hidratación sea bebiendo líquidos poco a poco o con administración de sueros intravenosos.

Es excepcional tener que tomar estos medicamentos y hay que recordar que pueden tener muchos efectos adversos.

Las situaciones en las que es más frecuente necesitar una prescripción de antieméticos son:

• Mujeres embarazadas con náuseas matutinas o con hiperémesis gravídica.
• Pacientes con cáncer en tratamiento con quimioterapia o radioterapia.

En ambas situaciones, el médico debe elegir con precaución el medicamento que va a utilizar para no agravar otros síntomas o producir efectos secundarios indeseables.

¿Cuáles son los medicamentos antieméticos más usados?

Existen muchos medicamentos que se pueden utilizar como antieméticos.

Los grupos de medicamentos antieméticos son:

• Antagonistas del receptor 5HT3: producen el bloqueo de receptores serotoninérgicos HT3 y son el grupo de antieméticos más potente para vómitos de quimioterapia, radioterapia y en postoperatorios.

  Inhiben el reflejo del vómito directamente en su centro neurológico. Algunos son: ondansetrón, granisetrón, dolasetrón, tropisetrón y palonosetrón. Se pueden usar por vía intramuscular o intravenosa, dependiendo del medicamento.

  A veces se usan en combinación con corticoides sistémicos como la dexametasona para mejorar su acción.

  Sus efectos secundarios son dolor de cabeza, estreñimiento o diarrea y algo de confusión. Se asocian con el síndrome de la serotonina (temblores, diarrea, fiebre convulsiones).

  En algunas personas pueden producir problemas del corazón y no es claro si pueden generar malformaciones fetales, por lo cual no se utilizan en las primeras doce semanas del embarazo.

• Antagonistas del receptor de dopamina:

  • Fenotiazinas (proclorperazina, clorpromazina): Son útiles para la cinetosis (mareo durante el viaje en vehículos en movimiento) y las náuseas y vómitos de origen gastrointestinal. Vienen en tabletas orales, inyecciones y supositorios. Producen efectos extrapiramidales como la distonía y efectos cardiacos, así como hipotensión. No se utilizan en ancianos, especialmente con demencia.
  • Benzamidas u Ortopramidas: son un grupo de medicamentos estimulantes de la motilidad intestinal (el desplazamiento de los alimentos y las heces por el intestino). Las ortopramidas tienen principalmente una acción procinética (aumento de la motilidad gástrica y del intestino delgado). Sin embargo, algunos fármacos de este grupo tienen también propiedades antieméticas como la cleboprida, la domperidona o la metoclopramida. La trimetobenzamida se utiliza para los vómitos después de una cirugía.
  • Olanzapina: es un medicamento de uso en psiquiatría que tiene buen efecto en prevenir las náuseas y vómitos asociados a la quimioterapia, pero tiene muchos efectos secundarios indeseables en el sistema nervioso y el corazón.

• Agentes anticolinérgicos: La escopolamina produce el bloqueo de los receptores colinérgicos y de la histamina siendo muy útil en el mareo cinético (de movimiento) procedente del oído interno. Estos mismos efectos (sequedad y sueño) son sus principales efectos secundarios.

• Antihistamínicos H1: ciclizina, meclozina, prometazina, dimenhidrinato, y difenhidramina. Se usan también en el mareo cinético o del movimiento (cinetosis) y en el vómito posoperatorio. Son menos potentes que la escopolamina, pero con menos efectos adversos. Su efecto secundario más frecuente es que generan mucho sueño.

• Antagonistas del receptor de la neurocinina: aprepitant y olapitant. También hay una combinación de netupitant y palonosetrón.

• Cannabinoides: dronabinol y nabilona. Los productos derivados del Cannabis (marihuana) con mecanismo dudoso (receptores de opiáceos) se han usado en vómitos de quimioterapia, pero son menos eficaces y con más efectos secundarios que los antiserotoninérgicos.

• Glucocorticoides y agentes antiinflamatorios: La dexametasona, y otros esteroides actúan como antieméticos por mecanismo desconocido, y se usan como acción aditiva al efecto de la metoclopramida y el ondansetrón, en los vómitos por quimioterapia. La combinación ondansentrón/dexametasona proporciona la potencia antiemética más alta en la actualidad.

• Benzodiacepinas: Las diazepinas (diazepam, lorazepam y otros) son útiles como coadyuvantes de otros tratamientos, como preventivo en quimioterapia.

• Soluciones de carbohidratos fosforados: soluciones acuosas de glucosa, fructosa y ortofosfórico están disponibles para aliviar las náuseas.

• Succinato de doxilamina y piridoxina.

• Antivertiginosos: La betahistina pertenece a los medicamentos antivertiginosos o preparados antivértigo que se usan para tratar el vértigo pero que también tienen propiedades antieméticas. Se utiliza para tratar el vértigo de Menière que cursa con vértigo, acompañado de náuseas y vómitos, además de pérdida de audición y acúfenos (ruido en los oídos).

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