Pregunta
Desde hace unas semanas (tres aproximadamente) siento unas 'punzadas' o 'piquetes' en la cabeza, en la sien izquierda y a veces en la nuca.
Ya me he chequeado la presión y la tengo 'normal' con un promedio de 120/80, y pulso en promedio de 90.
Cada vez son más intensos y hoy en particular me están causando dolor ¿Qué puede ser?
Respuesta
La cefalea (dolor de cabeza) es una de las consultas mas frecuentes en la práctica médica. Se dice que no hay persona en el mundo que no haya sufrido una y que alrededor del 10% de la población mundial sufre de cefaleas crónicamente. Las causas suele ser desconocidas y hay de innumerables tipos.
Los datos que hacen pensar que una cefalea puede ser algo mas grave son:
- Fiebre y dolor en zona posterior del cuello que aumenta al moverlo (meningitis)
- Cefalea brusca, como si de pronto algo estallara dentro de la cabeza, y posteriormente vómitos o intenso malestar (hemorragia intracraneal)
- Visión doble, falta de fuerza en brazo o pierna o ambos, alteración de la sensibilidad o de la marcha (tumor cerebral).
En principio para realizar una valoración correcta de su caso faltan algunos datos ya mencionados: sus antecedentes médicos y laborales, tratamientos que toma, antecedentes o no de cefaleas (dolores de cabeza) previos, si existe historia de cefaleas en su familia, síntomas exactos y progresión de los mismos, estudios realizados respecto al caso, etc...
Además es fundamental saber si su cefalea se acompaña de clínica neurológica como: visión doble o disminuida, pérdida de fuerza o sensibilidad en las extremidades, alteración en la marcha, etc... si existen nauseas y vómitos, si empeora al defecar o toser, etc... que indicarían un problema neurológico estructural.
Para evaluar un dolor de cabeza se necesitan una correcta historia clínica, que incluya una exploración neurológica con fondo de ojo, y dependiendo de los hallazgos se puede tener ya un diagnóstico o tener que ampliar el estudio mediante técnicas de imagen (T.A.C., resonancia magnética nuclear, etc...)
Una vez informada de estas limitaciones, y teniendo en cuenta que el diagnóstico final debe ser hecho por su médico o Neurólogo, si parece que en su caso se puedan llegar a conclusiones concretas. Por su edad y los síntomas referidos, unidos a que suponemos no presenta otra clínica neurológica acompañante (ni déficit de fuerza o de sensibilidad en las extremidades ni visión doble, ni alteraciones en la marcha o en el equilibrio...), se puede aventurar que el tipo de cefalea que usted presenta es de tipo tensional.
La cefalea de tensión, no está claro si es de causa física ocasionada por tensión muscular de la musculatura cervical, o bien un estado de ansiedad o depresión provoca un exceso de contracción muscular a nivel cervical.
Se pueden diferenciar dos tipos:
- La cefalea tensional episódica o tipo 1, se caracteriza por ser una cefalea que se presenta en la mañana al despertarse o vespertina, con duración de varias horas, intermitente y luego continuo, cuya distribución en el cráneo es señalada por el dedo índice o con la mano extendida de localización en un lado más frecuentemente, aunque también puede ser bilateral, con sensación de comienzo en el cuello o región occipital e irradiada hacia la coronilla (vertex) y raras veces a la frente. Al mover el cuello suele aumentar el dolor, y si se palpa esa zona se desencadena mayor dolor. Puede ser producido por enfermedades del cuello, o por posiciones inadecuadas contínuas en el trabajo.
- La cefalea tensional tipo 2: se caracteriza porque el dolor se siente como una presión constante (probablemente es su tipo) y tiende a durar muchos meses. El dolor es de más difícil localización, y sin ser tan agudo como la del tipo 1, si es más contínuo. La exacerbación ocurre por alguna discusión o situación de estrés. No responde bien a los analgésicos, siendo típico que el paciente pruebe muchos de ellos sin resultado. Es frecuente que aparezcan al despertar o que vayan apareciendo a lo largo del día, coincidiendo con la tensión del trabajo. Probablemente, en alguna situación de tensión especial todos hemos sentido alguna vez este tipo de dolor.
Estos pacientes además refieren haber visitado a numerosos médicos de diferentes especialidades, haber recibido tratamientos halopáticos y homeopáticos sin resultados, acompañados siempre de una esperanza de un nuevo tratamiento que les permita mágicamente desaparecer la cefalea. En algunos casos los pacientes reciben tratamientos múltiples sin un diagnóstico y los médicos que hacen el diagnóstico muchas veces no le dan la importancia que el paciente espera, llevándolos a un circulo vicioso y pernicioso de dolor crónico que agrava la depresión que subclínicamente llevan estos pacientes.
Para realizar su diagnóstico se deben descartar previamente una serie de enfermedades, como son: tumores o infecciones cerebrales, hipertensión endocraneal benigna, glaucoma, sinusitis, hematomas intracraneales, etc.. mediante un exploración física, y en caso de duda de un TAC o scanner cerebral.
Respecto al tratamiento, el primer paso es explicarle al enfermo lo que tiene y que no sufre enfermedad grave subyacente. En segundo lugar es importante buscar si hay una causa desencadenante clara de tensión muscular permanente: estrés, problemas físicos o psíquicos, etc... La posibilidad de que el mecanismo del dolor sea debido a la contracción muscular sostenida por estrés, y la posibilidad de relajarse en alguna de estas situaciones que desencadenen el dolor, puede proporcionar un beneficio importante. Asimismo, se deben revisar todas aquellas posturas inadecuadas en el trabajo.
Tratamiento del ataque del dolor: Se utilizan los analgésicos menores: aspirina, paracetamol, dipironas o naproxeno a sus dosis adecuadas. En algunos casos no responden, y en estos casos no se debe cambiar constantemente de medicamento, sino que se debe insistir subiendo su dosis, y asociar un relajante muscular y/o un antidepresivo. Uno de los mejores relajantes para estos caso es el Diacepam a dosis de 10 mgr a la mañana y a la noche (consulte minuciosamente el prospecto para consultar sus contraindicaciones).
En casos de clínica muy aguda e importante, o bien refractaria al tratamiento se puede infiltrar la zona muscular contraida con un anestésico combinado con corticoides de liberación prolongada que disminuirán la inflamación, y al cortar el círculo vicioso del dolor, permiten la mejoría del paciente. No siempre es efectivo a largo plazo, reapareciendo en muchos de ellos. En los pacientes refractarios a todo tratamiento se debe efectuar una interconsulta al psiquiatra o psicólogo.
Dr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor original