Estoy tomando alimentos que contienen antioxidantes y desde entonces tengo dolor en los testículos. ¿Puede estar relacionado?

Pregunta

Soy un hombre de 29 y soy estéril. Según los análisis, mis muestras por mililitro arrojan un par de millones de espermatozoides, la mayoría en mal estado.

Hace una semana cambié mi dieta para tomar más antioxidantes; estoy comiendo bastante fruta (granadas, frutos secos, tomate y algún zumo de los que venden en supermercados que tienen antioxidantes). Llevo así 10 días y mi deseo sexual se ha incrementado considerablemente, pero desde hace ya 5 días presento dolor testicular y tengo relaciones sexuales casi todos los días.

Este dolor lo tengo desde que era joven y debido a un traumatismo testicular, fui a urólogos y les expuse el caso. Me hicieron analíticas que arrojaban que tenía la testosterona un poco por encima del límite y una ecografía testicular que mostraba un pequeño varicocele en el testículo izquierdo; los seminogramas también estaban mal. El dolor es más agudo cuando hago ejercicio, estoy mucho tiempo de pie o tomo chocolate (desde que dejé de tomar chocolate el dolor casi desapareció por completo).

Por otro lado, estoy operado de ginecomastia y esta parece estar volviendo poco a poco y más ahora últimamente desde que he cambiado mi dieta. ¿Cómo puede ser que el dolor aparezca al tomar antioxidantes? ¿Debo dejar de tomarlos?

Respuesta

El dolor recidivante de testículos, sin una causa clara a pesar de un estudio completo (como el suyo), es relativamente frecuente, sin que en la mayoría de los casos se pueda hallar una causa final que lo justifique. En muchos casos, el que se asocie a un problema espermático suele evidenciar una somatización del problema (básicamente, si una situación nos agobia mentalmente, el organismo localiza un problema en otro órgano y así nos olvidamos o justificamos el anterior).

La alimentación no justifica un incremento del dolor como usted refiere. El mayor esfuerzo sexual diario, no debería provocar un gran dolor, pero si podría justificar una ligera molestias por este sobreuso repentino. Si esta es la causa, tenderá a desaparecer con el tiempo, según su organismo se acostumbre.

En estos casos, lo más conveniente es hacer un estudio urológico que descarte otras causas, pero en su caso ya se ha hecho, por lo que no debe preocuparse excesivamente.

Haga una vida normal y no de más importancia a ese dolor, y si aparece algún síntoma diferente, coméntelo con su médico o urólogo, por si fuera una pista de algo que ha pasado desapercibido (que en este caso es difícil, ya que la ecografía suele ser muy resolutiva en esta área).