Pregunta
Soy un varón de 29 años, mido 1.60 metros y peso 70 kilos. Hace dos meses y medio me dio tos, y como era muy persistente fui al doctor y me dieron antibiótico (Pentrexil 500) por diez días, y antiinflamatorio (Naproxeno) por 5 días, porque me dijeron que tenía una infección.
Sin embargo, no pasó nada con los medicamentos y cambié de doctor, quien me volvió a dar antibiótico (Amoxicilina 500) por 10 días, antiinflamatorio (Naproxeno) y lavados nasales con agua de mar.
Entonces comencé a sentir más agudos algunos síntomas antes apenas perceptibles, como lo era una sensación de peso en la cara si me inclinaba hacia adelante, además de oídos tapados, y aunque antes la tos era seca, ahora la tenía con flemas.
Como no cedía, volví al doctor y me encontró acumulación de mucosa en la zona de la cara, pero a niveles bajos, es decir, no llegaba a ser sinusitis. Me dieron otro antibiótico, del que no recuerdo el nombre, pero que era muy fuerte y por lo tanto solo debía tomarlo 5 días (que es la cantidad de pastillas que venían en la caja).
Como la tos continuaba fui a un otorrinolaringólogo y me dieron Calcort de 30mg, Conoleve inyectado y Broxol plus.
El doctor me dijo que si no me mejoraba, regresara en 5 días. Por otro lado, me realizó estudios de alergia y me encontró 3 moderadas y una grave (al polvo, al encino, etcétera) y me dijo que tendría que vacunarme, pero que no podía hacerme la vacuna hasta que yo no me curara.
Como empecé a toser más fuerte (antes de los 5 días que me había advertido), me hizo más estudios y dijo que la infección anterior, en lugar de ceder, había regresado, y me dio lo siguiente: Ketek de 400 por cinco días, Neumark (3 disparos al día por un mes), y Foradil (un disparo diario por la mañana durante 5 días).
Además me dijo que a los 7 días del tratamiento, comprara y me tomara Septrin F cada 12 horas (me tomé dos cajas de 10 pastillas cada una, o sea 20).
Todo parecía que había llegado a buen fin y ya no tosía absolutamente nada.
Sin embargo, hace 4 días la tos ha regresado y se volvió moderadamente fuerte. Los síntomas que prácticamente siempre tuve y tengo, son tos (casi siempre seca, ahora con flema), pero no he tenido dolor de garganta, ni fiebre, y dos veces me llegó a doler el tórax y el brazo por toser tanto, pero sin más complicaciones.
Ahora tengo una tos persistente que además no es constante, es decir, pueden pasar muchas horas en las que cualquiera diría que estoy completamente sano, y de repente me da una tos repentina que muchas veces la gente a mi alrededor ha confundido con un fuerte estornudo. Cuando toso así, expulso fuertemente pequeñas cantidades de flema entre verde claro y un poco amarilla a veces.
Me preocupa que la tos me continúe por tanto tiempo. ¿Qué es lo que puedo tener? ¿Qué debo hacer?
Respuesta
Si le he entendido bien, presenta usted un proceso de tos crónica, cuyas características han ido variando a lo largo de dos meses y medio, refractaria a múltiples tratamientos antibióticos, que ha cursado sin fiebre u exclusivamente con los oídos tapados y flemas (éstas de manera intermitente) verdosas y/o amarillentas. Además, en el transcurso del estudio se le ha detectado alguna alergia y le han pautado tratamiento antiasmático por un tiempo.
Bien, hay múltiples motivos para que la tos aparezca; por las características que parecen intuirse acerca de los primeros episodios de tos que me refiere, parece que en efecto puede tener relación con procesos infecciosos en las vías respiratorias, que incluso llegaron a colapsar los senos faciales ocasionando una incipiente sinusitis que consiguieron atajar.
Sin embargo, esta nueva tos que me cuenta no parece exactamente igual, ya que apaarce abruptamente como un estornudo, y expectora mucosidad; aparentemente por lo demás se encuentra bien.
Aunque es muy difícil aventurar un diagnóstico sin más datos que los que da (que son abundantes y bien narrados, pero me faltaría la impresión médica) y sin una buena exploración física, le invitaría a que realice conmigo la siguiente reflexión: ¿en qué circunstancia siente esta tos?
Si aparece en lugares con humos (cocinas, bares), con escasa humedad, con nieblas, con los cambios bruscos de temperatura (por ejemplo, pasar de un local refrigerado a la calle calurosa, o viceversa), durante o después de hacer ejercicio aunque sea tan moderado como subir un par de pisos, en ambientes ricos en polen o en polvo, tras la ingesta de determinadas comidas o algunos fármacos como el ácido acetilsalicílico (la popular aspirina), si aparece en alguna (no en todas necesariamente) de las circunstancias antedichas, es altamente probable que la causa de su tos sea de naturaleza asmática, alérgica y reactiva, y no de origen infeccioso. En este caso, es imperativo tratar la causa, el asma, ya que ningún otro tratamiento podrá ayudarle de forma definitiva.
Por otra parte, si identifica alguno de los estímulos que le he comentado como desencadenantes de su proceso, debe intentar evitarlos o, si esto no fuera posible, minimizar su impacto al máximo, ventilando adecuadamente, utilizando humidificadores , evitando medicamentos o comidas potencialmente nocivos…
Lógicamente, deberá consultar a su médico para que le paute el tratamiento oportuno; el médico puede ser un neumólogo, o un alergólogo.
Si por el contrario la causa es infecciosa, lo cual suele ir acompañado de otras manifestaciones de tipo febril, malestar general, etc., el tratamiento en caso de ser bacteriana es a base de antibióticos, y en caso de ser viral habitualmente es exclusivamente sintomático a base de analgésicos y líquido abundante.
En cualquier caso, debe efectuar una nueva visita a su médico en caso de que la sintomatología persista.
Dra. Irune Cachorro San Pedro
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