Pregunta
Tengo molestias en la zona del costado izquierdo.
Todo comenzó con una molestia en la parte delantera izquierda del tórax, como una especie de hernia en un músculo de una costilla. Consulté este problema con dos cirujanos, ya que me notaba una especie de bulto, pero ambos me dijeron que debía tratarse de un lipoma sin importancia. Incluso me hicieron una ecografía sin observar nada definitorio.
Actualmente, las molestias son poco intensas, pero menos localizables, fundamentalmente en la zona frontal izquierda del límite del tórax, y en la zona trasera izquierda, a la altura del omoplato. Últimamente tengo la sensación de un pinchazo sordo en la espalda, y a veces la sensación de entumecimiento de los músculos de alrededor.
He leído acerca del cáncer de pulmón pero, aunque sí que me dan golpes de tos de vez en cuando, no he tenido grandes molestias pulmonares ¿Es posible que se trate de éste o de otro tipo de cáncer? ¿Cuál sería el especialista adecuado para consultar mi problema? ¿Me podrían orientar sobre las pruebas diagnósticas que serían necesarias para determinar mi problema?
Debo indicar que no soy fumador y tengo sobrepeso.
Respuesta
Entiendo que tiene unos 26 años y como único antecedente sólo presenta sobrepeso. Por otro lado, ya que no lo comenta, supongo que en su familia no tiene antecedentes de importancia relacionados con la consulta que nos hace.
La descripción del dolor me resulta poco útil, no me queda claro dónde aparece ¿junto al pezón, cerca del esternón, en las últimas costillas?, ni en qué circunstancias le apareció por primera vez, si fue haciendo un esfuerzo, después de un golpe... Tampoco sé cómo reaparece, si es al hacer ejercicio, en algún momento del día...
En principio, me habla de accesos de tos pero no parece que se resienta especialmente cuando tose. Supongo que la inspiración profunda tampoco le afecta.
Por otro lado, no me cuenta si alguna postura le resulta más cómoda, o si el dolor le impide dormir o le despierta por la noche.
Le comento por tanto, un poco en general mi impresión, y espero que le resulte útil.
En principio, los dolores que no impiden conciliar el sueño o que no despiertan por la noche, suelen ser poco importantes y en general la intensidad depende más de la relevancia que el paciente les concede que del propio origen del mismo.
Por otro lado, los dolores que mejoran o empeoran con las posturas o con algunos movimientos suelen ser de origen muscular u óseo, muy frecuentemente por pequeños golpes que ocasionan fisuras costales o roturas fibrilares por sobreesfuerzos. Tardan semanas en mejorar.
Los que empeoran con la tos, la respiración, los suspiros... y mejoran al respirar suave o en determinadas posturas (sentado hacia delante) suelen ser de origen pleural (la pleura es una membrana que rodea a los pulmones) y en su rango de edad, normalmente obedecen a inflamación de origen infeccioso, generalmente viral.
Una causa que sí es importante descartar y que origina un dolor en cierto modo superponible con su descripción, si bien normalmente cursa con un deterioro del estado general, son algunos problemas aórticos como la disección.
La temporalidad que describe, la localización intercostal del dolor original, su buen estado general al cabo de cierto tiempo y la propia forma en la que no describe el dolor, me hacen pensar que las posibilidades de que se trate de una disección u otros problemas aórticos es cercana a cero; no obstante, es conveniente tomar la tensión en ambos brazos para comprobar que la diferencia entre ellos es mínima (siempre hay cierta diferencia), realizar una placa de tórax y otra de la parrilla costal para verificar si hay alguna fisura costal por algún golpe que haya pasado desapercibido, y además es importante que se tranquilice.
Lo más normal es que se trate de un problema osteomuscular o pleural y que se mejore en unas semanas.
¿Puede ser otra cosa? Hombre, en medicina decimos que todo es posible porque realmente lo es, pero también usamos otra sabia frase “cuando oigas galopar, piensa que son caballos, no cebras” en alusión a que buscar la rareza, el caso excepcional que uno contará a sus compañeros en el próximo congreso, es un desatino porque “o más frecuente, es lo más probable. En cualquier caso, no tiene aspecto de ser un cáncer.
Dra. Irune Cachorro San Pedro
Autor original