Tengo dolor, que parece muscular, en la parte de las nalgas y sufro hemorragias anales ¿Qué puedo tener?

Pregunta

Desde hace unos meses vengo sintiendo un dolor leve localizado en las nalgas, más concretamente sobre la unión de éstas, a la vez que vengo sufriendo hemorragias anales que no puedo controlar y que me obligan a continuos cambios de ropa interior. La sangre es de color rosa pálido. No siento dolor en el interior del ano, ni durante las deposiciones. El color de las heces es normal. No he tenido fiebre y en general mi estado es bueno.

Hace unos 25 años me operé de hemorroides, pero esta sensación o dolor es distinto. El dolor es parecido a alguna contractura muscular y con frecuencia me siento incómodo al estar sentado y al levantarme de duele un poco.

Respuesta

Aunque por la descripción que hace del dolor este parece que puede ser de tipo inflamatorio, siendo las contracturas musculares la causa más frecuente, su asociación a sangrado anal obliga a realizar un estudio del aparato digestivo, que incluya una inspección de su colon, ya que diferentes problemas rectales pueden dar un dolor referido en esa zona. Este estudio debe ser realizado por un especialista del Aparato Digestivo.

Debe tener en cuenta que también puede ser existir una asociación casual, es decir, que exista un problema musculoesquelético en esa zona y además haya algún problema de su aparato digestivo que sea el responsable de ese sangrado (fístula anal, hemorroides internas, etc.) sin que ambos problemas estén relacionados entre sí.

Si el estudio digestivo fuera normal, puede pensarse en otras causas que produzcan ese tipo de dolor. Entre ellas las más frecuentes son las enfermedades que afectan al final de la columna vertebral, al coxis, al sacro y sus articulaciones con los huesos de la pelvis y pueden ser múltiples:

1. Anomalías de las vértebras: espondilolisis, espondilolistesis, etc.

2. Problemas degenerativos: artrosis, hiperostosis anquilosante.

3. Hernias discales.

4. Alteraciones inflamatorias: artritis reumatoide, psoriasis, espondilitis anquilopoyética (probablemente la mas frecuente para dolores localizados en esa zona), síndrome de Reiter.

5. Contracturas musculares de todo tipo.

6. Alteraciones metabólicas: osteoporosis, Paget, hiperparatiroidismo, sarcoidosis, hipertiroidismo.

Y otras muchas.

Por ello, con tan escasa información es imposible realizar un asesoramiento correcto, siendo conveniente que acuda a su médico de cabecera para que el sea el responsable de coordinar el estudio de su dolor y sangrado, y referirle a los diferentes especialistas según los hallazgos que se encuentren.