Pregunta
Quisiera consultar un problema que tengo en la lengua, se pela con facilidad de la mitad hacia delante, se pone roja y duele. Me sucede, a veces especialmente, cuando saboreo un dulce y a veces sin motivo. No tengo ninguna herida, solo enrojecida. Me enjuago con agua con bicarbonato.
Respuesta
Parece tratarse de una glositis, que es una inflamación aguda o crónica de la lengua.
La glositis puede ser una entidad primaria o el síntoma de alguna otra enfermedad. Entre las muchas y variadas causas destacan las que se exponen a continuación:
1. Locales. Agentes infecciosos comunes de la boca, traumatismos mecánicos (dientes cortantes, prótesis mal ajustadas, hábitos orales como morderse la lengua, mordeduras repetidas en el curso de crisis convulsivas), irritantes primarios (consumo excesivo de alcohol, tabaco, alimentos calientes, especias) o sensibilización (por dentífrico, colutorios, refrescantes del aliento, colorantes de dulces y, raras veces, prótesis plásticas o materiales restauradores).
2. Sistémicas. Avitaminosis (particularmente del grupo B, como en la pelagra), anemia (perniciosa o ferropénica), ciertas enfermedades de la piel generalizadas (liquen plano, eritema multiforme, lesiones aftosas, síndrome de Behçet, pénfigo vulgar, sífilis).
Las manifestaciones clínicas varían ampliamente y no existe una correlación estrecha entre el aspecto de la lesión y la gravedad de los síntomas. La punta y los bordes linguales enrojecidos pueden indicar pelagra incipiente, anemia perniciosa, irritación por tabaquismo excesivo o la presencia de un diente con superficie áspera. En fases más tardías de la pelagra, toda la lengua adopta un color rojo intenso y está edematosa y a menudo ulcerada. En los déficits de hierro y, especialmente, en la anemia perniciosa, la lengua está pálida y lisa. La presencia de úlceras dolorosas puede indicar lesiones aftosas o herpéticas primarias, tuberculosis pulmonar con esputo positivo, infección estreptocócica, eritema multiforme o pénfigo vulgar. La presencia de placas blanquecinas sugiere candidiasis, placa mucosa de la sífilis, liquen plano, leucoplasia o respiración bucal. Las lesiones lisas y denudadas pueden indicar, si no causan dolor, una lengua geográfica (glositis migratoria benigna) o, si son moderadamente dolorosas, anemia o pelagra; si son muy molestas y persistentes pueden ser lesiones de liquen plano atrófico (lengua glaseada).
La glositis romboidal media, una candidiasis localizada, consiste en una superficie nodular romboidal lisa y eritematosa sobre la superficie dorsal de la porción posterior del tercio medio de la lengua.
La lengua vellosa, debida al sobrecrecimiento profuso de las papilas filiformes, suele ser asintomática y a menudo es consecuencia de tratamiento antibiótico, fiebre, empleo excesivo de colutorios liberadores de O2 o de una reducción del flujo salival. Las papilas pardas suelen deberse a la tinción por tabaco o al sobrecrecimiento de bacterias cromógenas.
El tratamiento consiste en la rectificación de la causa subyacente y el cepillado de la lengua con un cepillo de dientes.
La leucoplasia vellosa (placas fijas y blanquecinas de virus en los bordes laterales de la lengua) se asocia al SIDA. La glositis aguda grave es, en ocasiones, la consecuencia de una infección local, quemaduras o traumatismos.
Puede desarrollarse rápidamente, produciendo una notable hipersensibilidad o dolor, con un edema suficiente para causar protrusión lingual y riesgo de obstrucción de las vías aéreas y de ahogo. La masticación, la deglución y el habla son dolorosas y, en ocasiones, imposibles. Puede haber adenitis cervical y submandibular, con evidencia de toxicidad sistémica. A menudo está indicado el tratamiento inmediato con corticoides para reducir el edema. Los pacientes pueden referir una quemazón dolorosa en la lengua (glosodinia o glosopirosis) sin evidencias clínicas de inflamación. En muchos casos se trata de pacientes posmenopáusicas. Se debe descartar candidiasis incipientes, xerostomía, hábitos orales, anemias, diabetes mellitus, deficiencias nutricionales latentes o neoplasias.
Cada caso de glositis requiere un estudio particular, dado que a menudo la lengua es el espejo de la enfermedad. La historia clínica puede revelar un irritante, alergeno de contacto, fármaco sensibilizante, dieta deficitaria u otros síntomas de enfermedad. Se deben inspeccionar la piel y otras superficies mucosas en busca de signos de pelagra, eritema multiforme, sífilis o liquen plano. Deben practicarse estudios para investigar anemias, diabetes mellitus leve, esprue y sífilis.
Cuando es posible determinar y corregir la causa, la respuesta suele ser rápida, pero en casos crónicos o inespecíficos ésta puede demorarse. Se debe tranquilizar al paciente y asegurarle que las lesiones persistentes, como la glositis romboidal media y la lengua geográfica, son inocuas. Las lesiones aftosas, el eritema multiforme y la lengua vellosa a menudo recidivan periódicamente. Las úlceras solitarias que no responden al tratamiento después de una semana deben biopsiarse.
Los trastornos causales específicos se tratan de la forma indicada. Deben evitarse los agentes irritantes y sensibilizantes. Hay que administrar una dieta blanda o líquida, preferiblemente tibia. Es imperativa la higiene oral cuidadosa.
Las infecciones orales requieren tratamiento específico. El dolor de las lesiones de gran tamaño que interfieren en la ingesta se puede aliviar temporalmente con un enjuague sedante antes de cada comida; los anestésicos tópicos (Lidocaína, pomada al 5 % o aerosol al 10 %, pomada de Benzocaína al 2 % y líquido de Diclonina al 0,5 %) aplicados en lesiones específicas también alivian el dolor y permiten la ingesta. A veces se requieren analgésicos sistémicos (Ácido acetilsalicílico o Paracetamol, 650 mg cada 4 horas). La aplicación tópica de Acetónido de triamcinolona al 0,1 % en pasta dentaria emoliente sobre lesiones específicas (excepto de etiología vírica) 3-4 veces al día alivia los síntomas y puede facilitar la curación.
El paciente con síntomas de quemazón dolorosa pero con una lengua clínicamente normal requiere un tratamiento especial. Deben practicarse pruebas que investiguen el déficit de vitamina B12, especialmente después de la menopausia.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
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