Pregunta
Me duele la cabeza casi todo los días, un lado de la cabeza se me pone duro, es como si echaran un pegamento sobre mi cabeza, lo siento como si estuviera dañado. No es dolor, es presión.
Ya me han hecho escáner y supuestamente no tengo nada.
Respuesta
El dolor de cabeza o cefalea es una consulta habitual en la medicina familiar. Casi todas las personas la han sufrido alguna vez y se estima que una de cada diez lo padece de forma crónica.
No suele ser fácil encontrar las causas que lo provocan pero en general no suelen tener gravedad si no presentan alguna de las siguientes características:
- Se acompaña de fiebre y dolor en la zona posterior del cuello sobretodo al moverlo. Puede indicar meningitis
- Dolor brusco como si estallara la cabeza acompañado de vómitos y malestar. Puede indicar hemorragia intracraneal
- Se acompaña de visión doble, pérdida de sensibilidad y falta de fuerza en brazos y piernas que dificultan la movilidad. Puede indicar tumor cerebral
- Historia médica (enfermedades que padece o ha padecido)
- Medicamentos que está tomando
- Antecedentes familiares
- Otros síntomas (naúseas, vómitos, etc.)
- Exploración neurológica con fondo de ojo
- TAC
- Resonancia magnética
En su caso y con los pocos datos que nos indica parece tratarse de algún tipo de cefalea de tensión que suelen estar provocadas por tensión excesiva sobre los músculos del cuello. Puede ser debidas a posiciones inadecuadas del cuello en el trabajo o por estrés.
Existen varios tipos de cefalea de tensión en función de la duración del dolor, si aparece al despertarse o a lo largo del día y de su localización.
Por ello el primer consejo es intentar evitar las posiciones inadecuadas y las situaciones de estrés que pueden provocar dicho dolor. En los pacientes que lo consiguen se obtiene un alivio importante.
Si este sencillo consejo no funciona se puede utilizar medicamentos para paliar los ataques de dolor. Se comienza con analgésicos como la aspirina, el paracetamol, las dipironas o el naproxeno a bajas dosis y se va subiendo hasta que se mitigue el dolor en los ataques. En función de la causa que lo provoque se puede añadir un relajante muscular como el Diacepam si la causa es una mala postura o un antidepresivo si es por causa psicológica. En casos graves se puede intentar infiltraciones de anestésicos en la zona del cuello para reducir la inflamación.
Es una situación que requiere paciencia por parte del paciente porque a veces se intentan múltiples tratamientos hasta encontrar el más adecuado a cada persona.
En su caso, le recomendamos que siga los consejos de su médico que le ira realizando las pruebas pertinentes y tratará de encontrar el tratamiento adecuado a su situación.
Dr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
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