Pregunta
Recientemente mi madre (73 años y diabética, insulina dependiente) ha sufrido un infarto, y posteriormente una angina de pecho.
Realizado un primer cateterismo nos comunicaron que las tres arterias presentaban obstrucciones (hasta 7). En un segundo cateterismo colocan hasta 4 stent y desobstruyen las 3 arterias.
Entre cateterismo y cateterismo se presenta una Flebitis en el brazo izquierdo, con fiebre de hasta 38º, e infección en la orina.
Pasado todo esto mi madre se queja de intenso dolor en la parte inferior de la espalda, en la ingle y pierna derecha (el cateterismo se hizo por aquí). Este dolor no solo no ha remitido, si no que se ha agudizado, extendiéndose en ambas piernas (sobre todo en la noche). Pasa todo el tiempo en la cama, (le duele menos, pero le duele)
En este momento solamente le están dando analgésicos (tipo Nolotil, Paracetamol).
Mi consulta es;
1. ¿A que especialista debería dirigirme? Traumatólogo? ¿Radiografías? ¿Un TAC?.
2. ¿Podría ser nervioso ese dolor y tener algo que ver con el cateterismo? ¿Con haber pinchado algún nervio?
3. ¿Pueda ser algún síntoma de cáncer de huesos?
4. ¿Puede suministrársele antiinflamatorios o algún otro tipo de calmantes?
Respuesta
La respuesta a su pregunta no es fácil, ya que el proceso que usted nos cuenta está activo y por tanto es dinámico (va cambiando en los días), y en estos casos la consulta tiene serias limitaciones, tendiendo en cuenta además que no se puede preguntar al enfermo ni explorarlo.
A pesar de esa dificultad comentada, si intentaremos orientarles sobre como deben enfocar el problema.
En principio, hay varias posibilidades de iniciar el estudio:
La primera, y más lógica, es pensar que el proceso actual esté relacionado con el cateterismo que ha sufrido recientemente.
La segunda posibilidad es que esté relacionado con otros problemas de salud que presentaba previamente o han complicado al actual; la diabetes y la infección urinaria recientemente sufrida.
Finalmente, tampoco hay que descartar otras posibilidades, como que alguna otra enfermedad haya aparecido en el contexto del estrés actual.
Vayamos por partes; después de la realización de un cateterismo, no es infrecuente que aparezca un dolor en la zona de punción y que afecte también a la extremidad completa. La causa de este dolor suele ser un pequeño hematoma que comprime los nervios de esa zona y producen dolor. En muchas ocasiones el dolor cede en unos días y no llega a diagnosticarse, pero en otras es necesario realizar exploraciones radiológicas para investigar este problema.
La más utilizada es el eco-doppler, que es capaz de discernir si este hematoma existe o no. En caso de confirmarse, no suele precisar tratamiento y solo esperar a que se resuelva solo. En el caso de su madre, llama la atención que el dolor afecte a la zona lumbar y a ambas piernas, ya que estos hematomas solo afectan a la pierna manipulada. Por ello, esta posibilidad es de baja probabilidad, pero dado que suele relativamente frecuente, debe descartarse. Coméntelo con el Cardiólogo que le realizó el cateterismo.
Otra complicación local del cateterismo es la producción de un pseudoaneurisma (una especie de dilatación del vaso puncionado) en esa zona, pero tampoco suele dar dolor bilateral. En todo caso, la ecografía lo confirmará si es que existe.
La segunda posibilidad es que ese cuadro no esté relacionado con el procedimiento realizado, y sí con otro problema de salud.
La diabetes puede producir un dolor en piernas (por afectación vascular por la enfermedad de los nervios), que recibe el nombre de meralgia parestésica, pero tradicionalmente es delimitado a una zona, cursa también con disminución de la sensibilidad, y suele estar localizada en la zona anterior-lateral del muslo, por lo que en este caso parece descartada como causa del dolor.
La infección urinaria pasada también debe tenerse en cuenta, ya que pueden complicarse, sobre todo en diabéticos, y producir una infección del riñón (denominada pielonefritis aguda), que produciría fiebre elevada con tiritona y sudoración, orina maloliente y dolor lumbar.
Pero el dolor no suele bajar por la pierna, con lo que parece también descartada, máxime al no mencionar ustedes que esté con fiebre.
Otra posibilidad con relación a la infección de orina, es que estas se asocian con frecuencia a la producción de litiasis (arenilla o incluso piedras) en el riñón o vía urinaria. Esto produciría un típico cuadro de cólico nefrítico, que cursa con dolor lumbar que puede irradiarse a las piernas, y aunque clásicamente lo hace a una de ellas, no es infrecuente que los pacientes lo refieran a ambas. Este cuadro, aunque fácil de diagnosticar habitualmente, en muchos casos atípicos es muy simulador de otras enfermedades (por ej. lumbago).
En el caso de su madre tampoco parece que sea la causa, pero debería ser descartado.
Finalmente, la última posibilidad es que sea algo nuevo o que estuviera subyacente y que haya sido precipitado por los distintos procesos que ha pasado su madre estos días.
Entre ellos, el más frecuente es el lumbago, que es una situación habitual y que dado que su madre ha estado inmóvil en postura forzada esto puede precipitar su aparición.
El cuadro clínico es compatible, aunque habría que determinar las posibles causas subyacentes, ya que el término lumbago solo se utiliza para denominar al dolor a nivel de espalda sin entrar en que lo ocasiona.
Respecto a otros posibles procesos que cursen con clínica similar son innumerables, desde problemas vasculares (raro, ya que las piernas se le quedarían frías y ustedes ya nos lo habrían comentado), etc…y exceden a las posibilidades de esta consulta, aunque la posibilidad que ustedes mencionan de cáncer óseo no es de las más probables.
Por tanto lo recomendable es comenzar por descartar inicialmente procesos relacionados con el procedimiento realizado recientemente, y luego seguir con los demás.
El coordinador del estudio debe ser su médico de cabecera, que tras realizar una historia clínica completa, que incluya una exploración física, debe tener los datos necesarios para intuir hacia donde se orienta el proceso y decidir el plan diagnóstico que debe realizarse.
Las pruebas que más rendimiento darían en un caso de estas características, serían una ecografía y un TAC, además de analíticas completas.
Finalmente, indicarles que el componente psíquico siempre puede existir, agravando un cuadro preexistente o incluso simulándolo, pero deben recordar que siempre es un diagnóstico de exclusión. Esto quiere decir que una vez se ha descartado todas las posibilidades orgánicas, se comienza a pensar en que la causa puede ser psíquica.
Dr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
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