¿Qué es la EPOC?
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad respiratoria que reduce el flujo de aire que llega a los pulmones causando problemas respiratorios persistentes.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) agrupa dos trastornos principales:
- Bronquitis crónica: Se caracteriza por la inflamación persistente del revestimiento interior de los bronquios.
- Enfisema: Se caracteriza por el daño irreversible en las bolsas de aire (alvéolos) que hay al final de los bronquios en los pulmones.
La mayoría de las personas con EPOC tiene una combinación de enfisema pulmonar y bronquitis crónica, aunque generalmente, uno de los dos trastornos es dominante.
La EPOC afecta a cientos de millones de personas en todo el mundo y es una de las tres primeras causas de muerte en casi todos los países.
Aunque es incurable, el manejo médico adecuado y unos hábitos de vida saludables pueden ayudar a aquellas personas con la enfermedad a gozar de una mejor calidad de vida y a reducir las perspectivas de complicaciones.
¿Cuáles son los principales signos y síntomas de la EPOC?
Los signos primarios y los síntomas de la EPOC son:
- Disnea (dificultad para respirar).
- Tos leve persistente que puede o no producir mucosidad (esputo).
- Producción persistente de esputo.
- Según progresa la enfermedad, la dificultad para respirar puede limitar la capacidad de la persona para llevar a cabo su actividad diaria.
- Exacerbaciones (empeoramiento) de los síntomas de manera episódica a veces por causa de infecciones respiratorias.
- Empeoramiento de otras enfermedades que se presentan simultáneamente (enfermedades concomitantes) principalmente: enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, osteoporosis, enfermedades musculares, depresión, ansiedad y cáncer de pulmón.
- Otros síntomas: sensación de opresión en el pecho, cansancio (fatiga) constante, silbidos en el pecho (sibilancias) que a veces escucha la persona y otras veces el médico en la auscultación.
¿Cuál es la causa de la EPOC?
El tabaquismo causa más de un 80 por ciento de los casos del enfisema, de la bronquitis crónica y de otras enfermedades crónicas del pulmón. La mayoría de los que sufren EPOC son fumadores severos, actuales o previos.
Otra causa conocida de la EPOC es una deficiencia hereditaria relativamente rara de una proteína llamada alfa-1-antitripsina, con una función protectora en los pulmones. Estos enfermos tienen una forma severa de enfisema de comienzo muy precoz, antes de los 30 o 40 años de edad.
La exposición frecuente o prolongada a aire contaminado o las infecciones de vías respiratorias también puede desempeñar una función en el desarrollo de la enfermedad pulmonar crónica EPOC.
¿Cómo se diagnostica la EPOC?
La EPOC puede ser diagnosticada por un médico de atención primaria basándose en los antecedentes médicos y personales del paciente y una exploración física.
Se debe pensar que alguien tiene EPOC si presenta tos persistente, producción de esputo o disnea. Asimismo, se debe sospechar la enfermedad si la persona ha estado expuesta al humo de cigarrillo o a otros contaminantes del aire por un tiempo prolongado.
El diagnóstico de certeza se realiza con una espirometría que es un examen médico en el cual la persona debe soplar con fuerza antes y después de utilizar un medicamento broncodilatador. El espirómetro dibuja una curva que sirve para determinar el grado de obstrucción al paso del aire a los pulmones.
Este grado de obstrucción también determina la gravedad de la EPOC y, por lo tanto, orienta el tratamiento.
La radiografía de tórax ayuda a diferenciar la bronquitis crónica del enfisema y a descartar otras enfermedades pulmonares.
¿Cuál es el objetivo del manejo de la EPOC?
La EPOC no puede curarse, pero el manejo médico adecuado y unos hábitos de vida saludables pueden ayudar a aquellas personas con la enfermedad a gozar de una mejor calidad de vida, aumentar la tolerancia a la actividad física habitual y reducir las perspectivas de complicaciones.
El tratamiento de la EPOC es diferente para cada persona y está determinado por cuatro factores:
- Gravedad de la obstrucción del flujo aéreo: puede ser leve, moderada, severa y muy severa.
- Intensidad de los síntomas y de las exacerbaciones: esto se determina con cuestionarios como la escala de disnea modificada mMRC (modificada del Medical Research Council) que va del Grado 0 al 4 o el Cuestionario Respiratorio Crónico CRQ entre otras.
- Recuento de eosinófilos en sangre: se usa para determinar si sería útil agregar un corticoide inhalado al broncodilatador.
- Presencia de otras enfermedades.
Los objetivos del tratamiento son:
- Reducir los síntomas: aliviar las molestias, mejorar la capacidad de realizar ejercicio y mejorar la salud en general.
- Reducir el riesgo de empeoramiento general, exacerbaciones y muertes tempranas.
¿Cuál es el tratamiento recomendado en la EPOC?
Los tipos de tratamiento para la EPOC son:
- Medicación: Por lo general se hace una terapia combinada con varios fármacos. Los más utilizados son:
- Broncodilatadores: Mediante la relajación y el ensanchamiento de los bronquios, estos medicamentos permiten que se introduzca más oxígeno en los pulmones. Hay broncodilatadores en jarabes, en comprimidos o en aerosol. El mejor tratamiento es en forma de inhaladores y son de diferentes tipos:
- Beta 2 adrenérgicos de corta duración o SABA como el salbutamol y la terbutalina. Son principalmente utilizados en el asma aunque tienen algunas indicaciones en la EPOC.
- Beta 2 adrenérgicos de larga duración o LABA como salmeterol, formoterol y vilanterol.
- Antimuscarínicos o anticolinérgicos de larga duración o LAMA como el bromuro de ipratropio y el bromuro de glicopirronio.
- Glucocorticoides inhalados o GCI como beclometasona, budesonida, mometasona, entre otros.
- Combinaciones: en la actualidad se pueden encontrar presentaciones comerciales de medicamentos que combinan SABA y LAMA, LABA y LAMA, y la triple combinación LABA y LAMA con GCI.
- Antibióticos: Pueden ser necesarios para tratar una infección respiratoria aguda y, en algunos casos, para ayudar a prevenir una infección bacteriana.
- Oxígeno: cuando hay hipoxemia (oxígeno bajo) grave en reposo. Su uso a largo plazo mejora la supervivencia.
- Broncodilatadores: Mediante la relajación y el ensanchamiento de los bronquios, estos medicamentos permiten que se introduzca más oxígeno en los pulmones. Hay broncodilatadores en jarabes, en comprimidos o en aerosol. El mejor tratamiento es en forma de inhaladores y son de diferentes tipos:
- Vacunas: Dado que algunas enfermedades comunes, relativamente leves en otros pacientes, pueden presentar graves riesgos para la salud en los pacientes con EPOC se recomiendan:
- SARS-CoV-2 para evitar la COVID 19.
- Influenza (administrada en octubre o noviembre antes del comienzo de la estación de la gripe).
- Neumococo (una inyección de una sola vez).
- Vacuna Tdap (tosferina, tétanos y difteria) en quienes no fueron vacunados en la adolescencia.
- Herpes zóster.
- Nueva vacuna contra el virus sincitial respiratorio en personas mayores de 60 años o en quienes presentan enfermedad cardiaca crónica.
- Ejercicio:
- Un programa de ejercicio moderado --siempre bajo supervisión médica-- puede ayudar a los pacientes con EPOC a que lleven vidas más activas. La forma física no puede mejorar la función de los pulmones, pero puede aumentar la tolerancia de una persona al esfuerzo, al permitir al corazón y otros músculos utilizar el oxígeno disponible de forma más eficiente. A veces puede ser necesario algún medicamento broncodilatador antes de una sesión de ejercicio.
- Son muy importantes los ejercicios de respiración para aumentar la fuerza y la resistencia de los músculos que controlan la inspiración y la espiración, así como ciertas técnicas para ayudar a despejar los pulmones de secreciones mucosas.
- Nutrición e hidratación:
- Los hábitos nutricionales adecuados desempeñan una función importante en la forma física y la resistencia a la infección.
Los pacientes con EPOC que experimentan disnea al comer, pueden tolerar mejor comidas más pequeñas y más frecuentes. Pueden estar indicados ciertos suplementos nutricionales si su médico sospecha que no están satisfaciéndose las necesidades nutricionales de un paciente. - Es fundamental para todo paciente con EPOC permanecer bien hidratado(a), bebiendo al menos ocho vasos de agua u de otros líquidos al día, lo que ayudará a mantener una expectoración más floja y fluida, y por lo tanto una tos más eficaz.
- Los hábitos nutricionales adecuados desempeñan una función importante en la forma física y la resistencia a la infección.
- Otras medidas:
- No fumar NUNCA. Evitar áreas cerradas donde están fumando otras personas.
- Evitar el contacto con personas que sufren resfriados o gripe.
- Al primer signo de una infección respiratoria, contactar con el médico.
- Respirar siempre por la nariz, como manera de introducir en los pulmones aire más caliente. En pleno invierno, use una bufanda sobre la boca y la nariz.
- En días de especial polución atmosférica, debido al ozono alto u otros contaminantes, permanezca dentro de casa con las ventanas cerradas.
- Evite respirar polvo, gases del automóvil, pintura, aerosoles, etc.
- Emplee un humidificador si el aire en su hogar es muy seco.
- Es importante revisar con el médico y otros miembros expertos del personal sanitario que el uso del inhalador sea correcto para garantizar el mejor efecto del medicamento.
Tratamientos más intensos como la cirugía y la broncoscopia intervencionista pueden ser necesarios en personas con enfisemas muy avanzados.
En el futuro, las nuevas terapias médicas puede que mejoren la calidad de vida de las personas que desarrollan la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica EPOC.
¿Es posible prevenir la EPOC?
Es posible prevenir la EPOC alentando la evitación de la exposición al humo de tabaco de todas las maneras posibles, a todas las personas y en todas las instancias: familia, escuela, consulta médica, propuestas legislativas, etc.
Es evidente que la mejor manera de prevenir esta enfermedad tan incapacitante es crear un mundo libre de humo.
Esto es de especial importancia en las personas más susceptibles de generar la enfermedad como aquellos con otras enfermedades crónicas o quienes ya presentan los síntomas, pero aún no ven alteradas sus pruebas de función del pulmón.
Fernando Martínez Sáez
Redactor y divulgador de temas científicos, médicos y sanitarios. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico