¿Qué es un accidente isquémico transitorio?
El accidente isquémico transitorio (AIT) es un cierre temporal del riego sanguíneo de una zona del cerebro con alteración de las funciones cerebrales de esta zona de forma breve y recortada en el tiempo.
A diferencia del ictus, el cuadro sintomático del accidente isquémico transitorio (AIT) es temporal (transitorio) y no dura más de unas pocas horas antes de desaparecer por completo sin dejar secuelas ni notarse anormalidades en los exámenes de imágenes del cerebro.
A pesar de ser transitorio, el AIT requiere valoración por el servicio de urgencias pues representa un riesgo inminente de presentar un ictus o accidente cerebrovascular con consecuencias mucho más graves.
También es importante descartar otras causas de los síntomas neurológicos que pueden tener un tratamiento y pronóstico completamente diferente.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
La isquemia cerebral transitoria puede producirse solo una vez en la vida o puede ser repetitiva.
No se ha establecido muy bien la causa del AIT aislado.
Cuando es repetitivo, suele implicar que una arteria del cerebro se está ocluyendo por diversas causas como:
- Presencia de un coágulo de sangre dentro de una arteria del cerebro
- Estrechamiento de un vaso sanguíneo cerebral
- Desplazamiento de un coágulo hacia el cerebro desde otro órgano, generalmente el corazón
- Lesiones diversas de los vasos sanguíneos cerebrales
- La aterosclerosis con presencia de placas de ateroma, que producen estos cuadros transitorios antes de producir otro cuadro más importante
- Enfermedades de la sangre
- Enfermedades de la coagulación
- Enfermedades inflamatorias de las arterias (vasculitis, lupus eritematoso diseminado, etc.)
- Alteraciones de la tensión arterial (alta o baja)
- La diabetes, edad avanzada y otras enfermedades generales diversas
¿Cuáles son los síntomas del accidente isquémico transitorio?
Los síntomas del accidente isquémico transitorio son parecidos a un ictus cerebral o accidente cerebro vascular (ACV), pero solo duran minutos u horas, con recuperación total de los mismos:
- Adormecimiento y hormigueos de cara o extremidades, por lo general solo en una mitad del cuerpo (derecha o izquierda).
- Debilidad, sensación de pesadez o parálisis total de los músculos de la cara y extremidades.
- Incoordinación de movimientos voluntarios (nadar, coger cosas con las manos, etc.).
- Alteraciones en el habla: tartamudeo, mala pronunciación, confusión cuando se le habla, etc.
- Alteraciones en la vista: pérdida súbita de toda la visión o parte de ella, visión doble, etc. Es común la ceguera o amaurosis fugaz que consiste en ver como una cortina o una luz brillante y luego perder la visión de un ojo por 5 a 30 segundos con recuperación total de la vista después.
- Mareo o vértigos.
- Movimientos anormales como sacudidas de una pierna o brazo.
¿Qué estudios se pueden realizar para su diagnóstico?
La recogida en la historia clínica de todos los síntomas, así como su secuencia y duración es lo más importante, ya que pueden desaparecer antes de acudir al médico.
El médico realizará una exploración neurológica completa para evaluar la situación al momento del estudio.
Suele aparecer un aumento de la tensión arterial y un soplo a nivel carotídeo en el cuello.
La evaluación neurológica se dirige a diferenciar el cuadro del AIT de otros muy similares como una crisis convulsiva, una migraña compleja, un síncope, un episodio de vértigo o, incluso, algunas enfermedades mentales.
En el momento agudo se debe plantear un estudio diagnóstico para precisar un tratamiento inmediato del cuadro con:
- Analítica de sangre completa (Hematimetría y VSG), estudio de coagulación (tiempo de protrombina)
- Se realizará un estudio con Escáner o Tomografía Cerebral (TC) o Resonancia Magnética Nuclear
- Una ecografía Doppler de la arteria carótida
- Ecocardiograma
- En ocasiones se puede llegar a realizar una arteriografía cerebral
Posteriormente se realizará un estudio de las posibles causas mediante:
- Glucosa sanguínea
- Análisis completo de bioquímica de la sangre, con glucemia, lipidograma (colesterol, triglicéridos, etc.)
- Serología de sífilis
- Electrocardiograma
- Radiografía de tórax
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Lo primero que se debe de hacer es recuperar el riego sanguíneo cerebral para que no se produzca una lesión cerebral de peor recuperación.
Se suele hacer un tratamiento en régimen de internamiento hospitalario mientras se realizan los primeros estudios de diagnóstico y situación del problema.
- Si hay un problema de engrosamiento de la sangre (exceso de glóbulos rojos en la hematimetría) se administra hidratación.
- Si hay problemas de exceso de coagulación o en los exámenes se evidencian placas de aterosclerosis con obstrucción importante dentro del cerebro, existen dos opciones:
- Anticoagulantes como la Heparina
- Antiagregantes plaquetarios como la Aspirina® y el Clopidogrel
- Si hay hipertensión arterial se dan antihipertensivos y se hace un seguimiento estricto de las cifras de presión arterial hasta controlarla por completo.
- Según la valoración del riesgo cardiovascular, el perfil lipídico (colesterol y triglicéridos) y la evidencia de aterosclerosis, también se recetan medicamentos hipolipemiantes cuanto antes con controles periódicos y ajuste de la dosis cuando sea necesario.
- Corrección de arritmias cardiacas si las hay, en especial la fibrilación auricular que es la que más presenta riesgo de ictus en el futuro. En casos de fibrilación auricular también se suelen utilizar medicamentos anticoagulantes.
- En el caso de placas de ateroma en la arteria carótida que se encuentra en el cuello, se valorará con el cirujano vascular la necesidad de una angioplastia carotídea o de una cirugía llamada endarterectomía para desobstruir la arteria.
¿Cuál es el pronóstico de la enfermedad?
En el caso de los AIT repetidos, pero leves, el riesgo de apoplejía en el futuro suele ser bajo.
Sin embargo, los AIT repetitivos que varían mucho en sus síntomas pueden implicar un riesgo muy alto de presentar el accidente cerebrovascular: de 20% en el siguiente mes y de hasta 50% en el siguiente año.
Además, una persona con AIT puede presentar con más facilidad otras enfermedades donde se ocluyan las arterias como el infarto de miocardio.
Por todo esto, el tratamiento de las causas es muy importante por lo cual se debe actuar sobre todos los factores de riesgo conocidos:
- Dejar de fumar
- Controlar los niveles de colesterol
- Tratar el sobrepeso y la obesidad
- Controlar la diabetes o hipertensión arterial
- Fomentar una dieta saludable tipo dieta mediterránea y disminuir el consumo de sal
- Realizar ejercicio guiado por profesionales
- Controlar el estrés emocional
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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