¿Qué es la angina de pecho?
La angina de pecho es un dolor torácico o molestia en el pecho producida porque el miocardio (músculo cardiaco) no recibe suficiente flujo sanguíneo.
La angina de pecho es un tipo de enfermedad coronaria o cardiopatía isquémica en la que las arterias coronarias se estrechan u obstruyen debido a la arteriosclerosis.
El objetivo de diagnosticar y tratar una angina de pecho es evitar la complicación principal de la enfermedad coronaria: el infarto del corazón.
Por ello, la llamada angina inestable o infarto de miocardio sin elevación del ST (conocida de manera popular como “preinfarto”) se trata como una urgencia.
¿Cuáles son los principales signos y síntomas?
El dolor típico de la angina de pecho es un dolor torácico con sensación de opresión aguda y sofocante, generalmente retroesternal, es decir, centrada detrás del esternón, en la mitad del pecho y a veces extendida (irradiada) a uno u otro brazo, el cuello o la mandíbula.
El dolor torácico suele durar desde uno o dos minutos, hasta tanto como 10 o 15 minutos.
La angina es un síntoma, y no una enfermedad. Es el resultado directo de la falta de sangre en el músculo cardíaco (isquemia).
Cuando uno se esfuerza, el corazón necesita más oxígeno para trabajar más. Cuando las arterias coronarias están afectadas y no pueden ajustarse al aumento de la demanda de sangre, los nervios del corazón transmiten mensajes dolorosos de aviso urgente al cerebro.
Los ataques se desencadenan, generalmente, por ejercicio (levantar pesos, deporte, actividad sexual) o estrés emocional, y se alivian con el reposo. También pueden desencadenarse por frío extremo o por comidas pesadas.
También se puede sentir sentimiento de ansiedad o de muerte inminente.
A veces se percibe un tipo de dolor atípico o menos común como una sensación de quemazón o una sensación de pesadez u opresión en el pecho que no llega a dolor y en ocasiones se acompaña de sudoración y náuseas.
Otros dolores atípicos son los que se irradian hacia el abdomen o las piernas, duran varias horas o empeoran al respirar o al tocarse el pecho.
En caso de presentarse dolor atípico puede ser porque se debe a una causa diferente a un problema de corazón.
Sin embargo, es importante recordar que, algunas veces, una angina inestable o un infarto de miocardio se pueden presentar con síntomas poco comunes sobre todo en mujeres, personas ancianas y diabéticos.
¿Qué incidencia tiene?
La angina de pecho es frecuente. En los hombres ocurre generalmente después de los 30 años de edad, y en las mujeres más tarde.
La causa, en la mayor parte de los casos, es la aterosclerosis de las arterias coronarias que llevan sangre al corazón.
¿Qué tipos existen?
Existen dos tipos principales de angina de pecho:
- Angina de pecho estable: La angina estable es la que ocurre siempre con el mismo nivel de ejercicio, y la duración de los ataques es similar.
Se denomina estable porque los síntomas deben haber permanecido sin cambios por lo menos en el último mes. Cualquier cambio hace el diagnóstico del otro tipo de angina: la inestable.
Angina de pecho inestable: Sucede cuando los ataques se hacen más frecuentes y largos o no están ligados a actividad física (aparecen en reposo).
La angina inestable puede ser el aviso de un infarto inminente y necesita tratamiento especial.
¿Cómo se puede diagnosticar la causa de una angina?
No hay pruebas de laboratorio para el diagnóstico de la angina de pecho porque es un síntoma y no una enfermedad.
El proceso diagnóstico se enfoca en definir si se trata de un dolor torácico típico o atípico y en detectar un infarto de miocardio.
Por esta necesidad de diagnosticar rápidamente el infarto de corazón, cualquier dolor torácico opresivo requiere un diagnóstico diferencial muy específico.
Se busca determinar rápidamente la presencia de las siguientes condiciones:
- Angina estable
- Angina inestable o infarto de miocardio sin elevación del ST (IMSEST)
- Infarto de miocardio con elevación del ST (IMCEST)
- Pericarditis
- Aneurisma disecante de la aorta
- Tromoembolismo pulmonar
- Hipertensión pulmonar
- Neumonía o inflamación de la pleura (pleuritis)
- Traqueobronquitis
- Neumotórax espontáneo
- Reflujo gastroesofágico
- Úlcera péptica
- Enfermedad de las vías biliares
- Pancreatitis
- Costocondritis (inflamación de las costillas)
- Neuralgias del pecho
- Herpes zóster
- Trastorno de pánico
Para llegar a un diagnóstico correcto, el proceso que sigue el médico es:
- Examen físico inicial minucioso, en especial determinando si la persona está estable: presión arterial normal, pulso normal, respiración normal, está consciente y responde a las preguntas. Si no lo está el manejo es urgente.
- Interrogatorio exhaustivo del comienzo, características y evolución del dolor torácico, antecedentes personales y familiares y determinación del riesgo cardiovascular.
- Examen físico más detallado buscando las causas del dolor: soplos en el cuello, soplos y otros ruidos anormales en el corazón, pulsos alterados por ejemplo en las piernas, anormalidades en los pulmones o en el abdomen.
- Toma de exámenes dependiendo de las sospechas, pero, para descartar o confirmar la angina inestable o el infarto de miocardio, se realizan por lo menos:
- Electrocardiograma: Normalmente se realiza muy rápido, incluso en la ambulancia que traslada al paciente porque es el examen que evalúa si hay un infarto de miocardio con elevación del ST que es el que debe recibir tratamiento inmediato.
- Radiografía de tórax: se hace para descartar otras causas del dolor torácico.
- Marcadores de daño miocárdico: son exámenes de sangre que ayudan a determinar si se está presentando un infarto. Los más importantes son la troponina y la CK MB (Isoenzima MB de la creatina cinasa).
- Si el diagnóstico no es claro y se sigue sospechando un infarto de miocardio, se deja al paciente en observación en el hospital y si hay dudas se puede considerar tomar otros exámenes como:
- Prueba de esfuerzo (electrocardiograma con ejercicio).
- Imágenes del corazón como ecocardiograma, Resonancia Nuclear Magnética del corazón, angiografía de las arterias coronarias por Tomografía Computarizada (TC) (coronariografía) o estudios de cardiología nuclear.
Puede ser útil disponer de algunos análisis para detectar la presencia de situaciones como hipertiroidismo o anemia, que pueden forzar al corazón a latir más rápido, usar más oxígeno y, por lo tanto, precipitar la angina.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El tratamiento de la angina de pecho es el de la enfermedad coronaria, y está dirigido a disminuir la carga del corazón y sus necesidades de oxígeno:
Cambios en el estilo de vida
- Dejar de fumar.
- Perder los kilos de más.
- Realizar una dieta balanceada, baja en sal, baja en grasas de origen animal y alimentos ultraprocesados y rica en vegetales como por ejemplo, la dieta mediterránea
- Realizar ejercicio. Tener angina no significa que tenga uno que volverse un ser sedentario. De hecho, el ejercicio es parte clave en el manejo de la enfermedad coronaria. Tiene que ser, desde luego, una actividad física compatible con las limitaciones impuestas por el dolor y por su estado general y, en lo posible, orientado por un médico del deporte, fisiatra o un entrenador profesional.
- Mantener controladas las enfermedades de mayor riesgo para presentar un infarto de miocardio: la diabetes mellitus y la hipertensión arterial.
- Mantener normales los niveles de colesterol, sobre todo el colesterol LDL o "malo".
Medicación
- La nitroglicerina (Vernies®, Cafinitrina®, Trinispray®, etc.) dilata las arterias coronarias y suele revertir el dolor en minutos. Se toma en pastillas debajo de la lengua o también en spray. Puede dar dolor de cabeza como efecto secundario.
- Los calcio-antagonistas o bloqueantes de los canales del calcio impiden la entrada de calcio en las células del miocardio. Esto disminuye la tendencia de las arterias coronarias a estrecharse y además disminuye el trabajo del corazón y por tanto sus necesidades de oxígeno. También disminuyen la tensión arterial.
- Betabloqueantes. Actúan bloqueando muchos efectos de la adrenalina en el cuerpo, en particular el efecto estimulante sobre el corazón. El resultado es que el corazón late más despacio y con menos fuerza, y por tanto necesita menos oxígeno. También disminuyen la tensión arterial.
- Cirugía. En caso de angina inestable o que resiste al tratamiento con medicamentos, la cirugía puede conseguir corregir la obstrucción de los vasos coronarios, bien mediante by pass (derivación) o en algunos casos mediante la apertura de los vasos estrechados o angioplastia coronaria.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico