¿Qué es la bronquiolitis?
La bronquiolitis es una infección vírica aguda del tracto respiratorio inferior que afecta a lactantes y niños pequeños.
La infección ataca a los bronquiolos, las vías aéreas más pequeñas de los pulmones que se encuentran al final de las ramificaciones de los bronquios.
La bronquiolitis afecta mayormente a lactantes y niños pequeños porque es más fácil que se obstruyan sus vías aéreas por ser tan estrechas.
Se caracteriza por dificultad para respirar, sibilancias audibles (sonidos como silbidos que se escuchan en el pecho) y ruidos crepitantes a la auscultación del médico.
La bronquiolitis es una enfermedad muy frecuente y aunque a veces no necesita tratamiento específico, en otras ocasiones requiere el ingreso al hospital.
¿Qué incidencia tiene la bronquiolitis?
La bronquiolitis suele aparecer en epidemias, principalmente en niños menores de 18 meses de edad, con incidencia máxima en lactantes menores de 6 meses.
La incidencia anual durante el primer año de vida se estima en 11 casos por cada 100 niños.
¿Cuál es la causa de la bronquiolitis?
La principal causa de la bronquiolitis es la infección por el virus sincitial respiratorio y el virus parainfluenza 3.
El contagio se lleva a cabo por contacto directo; el virus se encuentra en las microgotas del aliento y se contagia fácilmente al estornudar o toser.
Un enfermo puede diseminar el virus durante 3 a 8 días, y el periodo de incubación varía de 2 a 8 días. Los niños más propensos y más graves son los prematuros, los que presentan una enfermedad del corazón o alguna inmunodeficiencia.
¿Cuáles son los signos y síntomas de la bronquiolitis?
La bronquiolitis se reconoce porque después de presentar síntomas catarrales y algo de fiebre, el niño empieza a tener dificultad para respirar o respiración agitada, sibilancias audibles y ruidos crepitantes, y la tos se vuelve persistente e intensa. Puede haber retracción de las costillas y postración.
¿Cómo se diagnostica la bronquiolitis?
La bronquiolitis se diagnostica por medio del interrogatorio clínico y el examen físico.
Otros trastornos similares a la bronquiolitis son el asma, el reflujo gastroesofágico con aspiración del contenido gástrico, y la aspiración de un cuerpo extraño, así que el interrogatorio y el examen se dirigen a diferenciarlos.
Además del diagnóstico de la enfermedad, es necesario establecer su gravedad para proporcionar el mejor tratamiento.
En el examen físico se establecen tres grados de severidad de la enfermedad (leve, moderado y grave) dependiendo de la saturación de oxígeno en la sangre, la frecuencia respiratoria, la presencia de sibilancias y los signos de dificultad para respirar.
Además, se deben tener en cuenta algunos factores que favorecen que la enfermedad pueda pasar de leve a grave, principalmente:
- Niños con menos de seis semanas de edad.
- Antecedente de parto prematuro.
- Bajo peso al nacer: menos de 2500 gramos.
- Enfermedades como cardiopatías congénitas, enfermedades pulmonares crónicas, enfermedad neuromuscular o inmunodeficiencia (disminución de las defensas naturales del cuerpo).
- Primeras 72 horas de los síntomas.
- Contacto con humo de cigarrillo en su hogar y entorno.
- No tomar leche materna.
- Bajos recursos económicos y hacinamiento.
Algunas pruebas complementarias que pueden ser necesarias en niños de alto riesgo son:
- Pulsioximetría transcutánea.
- Gases respiratorios en sangre capilar.
- Radiografía de tórax.
- Exámenes de sangre como hemograma, proteína C reactiva, procalcitonina, hemocultivo, etc.
- Examen de orina ya que puede presentarse al mismo tiempo una infección urinaria en niños muy pequeños.
- Pruebas de detección de virus respiratorios.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
No hay un tratamiento muy eficaz para esta enfermedad.
Por lo general no es necesario administrar medicamentos, pero el médico avisará a los padres y cuidadores sobre los signos de alarma y empeoramiento que obligan a volver al servicio de salud de inmediato para evaluar una posible hospitalización.
Estos signos son principalmente:
- Dificultad para respirar con aumento de la frecuencia respiratoria, dilatación de las alas de la nariz, hundimiento de los músculos del pecho entre las costillas.
- Pausas repentinas sin respirar (apnea).
- Coloración muy pálida o azulada.
- Agitación.
- No recibir líquidos.
- Vómitos.
Las recomendaciones de tratamiento en casa son:
- Hacer lavados con suero fisiológico en la nariz extrayendo el moco, en especial antes de alimentar al bebé.
- Acostar al bebé boca arriba con la cuna inclinada por lo menos 30 grados en su cabecera.
- No exponer a temperaturas muy elevadas.
- No exponer a ningún tipo de humo.
- Ofrecer bebidas de manera frecuente.
- Controlar la fiebre.
- No ir a la guardería hasta mejorar por completo.
- Mantener al bebé con ropa cómoda, no demasiado arropado y sin movimientos bruscos.
El uso de corticoides, broncodilatadores, antitusivos (medicamentos contra la tos) y descongestionantes se considera de poca o ninguna utilidad, y los antibióticos sólo se emplean en caso de infección bacteriana secundaria.
Se usan medicamentos para bajar la fiebre, para mejorar la ventilación pulmonar y, en los casos graves que necesitan ser hospitalizados, se emplea un medicamento antiviral llamado Ribavirina® en aerosol y se realizan nebulizaciones con adrenalina.
Actualmente, se dispone de una inmunoglobulina específica contra el virus sincitial respiratorio que se aplica, de manera preventiva, a los niños con alto riesgo de presentar la enfermedad grave, con lo que se ha visto que disminuye la gravedad de la enfermedad y los días de hospitalización se reducen.
El palivizumab, a base de anticuerpos monoclonales humanizados específicos contra el virus sincitial respiratorio, puede prevenir la aparición de bronquiolitis en pacientes de alto riesgo.
Por lo general, la enfermedad puede durar entre 7 y 12 días. Las recurrencias son muy frecuentes.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico