¿Qué es el cáncer de esófago?
El cáncer de esófago es un tumor maligno que se desarrolla en los tejidos del canal muscular hueco (esófago) a lo largo del cual los alimentos pasan desde la garganta hacia el estómago.
El cáncer de esófago suele originarse en las capas internas del revestimiento del esófago y va creciendo hacia afuera. Con el tiempo, el tumor puede agrandarse y obstruir el paso de alimentos y líquidos, provocando que la deglución de alimentos sea dolorosa y difícil.
Debido a que la mayoría de los enfermos no son diagnosticados hasta las últimas etapas de la enfermedad, el cáncer de esófago se asocia bajas tasas de supervivencia.
¿Que tipos existen?
Entre los diferentes tipos de cáncer de esófago podemos encontrar:
- Carcinoma de células escamosas: El esófago está revestido de células escamosas delgadas y planas. El carcinoma de células escamosas puede desarrollarse en cualquier parte del esófago, pero es más común en la porción media.
- Adenocarcinoma: Se origina en el tejido glandular que normalmente no está presente en el revestimiento del esófago. Antes de que se desarrolle el adenocarcinoma, las células glandulares deben reemplazar una parte de las células escamosas. Esto ocurre en el esófago de Barrett, una condición precancerosa en la cual el reflujo ácido del estómago estimula la transformación de las células escamosas en la parte inferior del esófago. Es más común que se desarrolle en la parte inferior del esófago.
- Otros tipos: Una fracción muy pequeña de los cánceres de esófago son melanomas, sarcomas o linfomas.
¿Qué incidencia tiene?
El carcinoma de células escamosas generalmente ocurre en personas de 60 a 70 años. El adenocarcinoma se desarrolla antes. En general, el cáncer de esófago ocurre con mayor frecuencia en hombres que en mujeres.
¿Por qué se produce?
Se desconoce la causa exacta que origina el cáncer de esófago, aunque muchos investigadores creen que la irritación crónica del esófago es uno de los principales motivos.
Sin embargo, se cree que determinados factores genéticos pueden favorecer la aparición de este tipo de cáncer.
Se conocen además varios factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de sufrir un cáncer de esófago:
- El consumo de tabaco y alcohol: son los principales factores de riesgo, especialmente para el carcinoma de células escamosas. El tabaquismo o el abuso de alcohol aumentan cinco veces el riesgo de padecer carcinoma de células escamosas. La combinación de ambas circunstancias aumenta exponencialmente el riesgo entre 25 y 100 veces.
- Esófago de Barret: Los pacientes con esófago de Barrett tienen aproximadamente de 30 a 40 veces más probabilidades de desarrollar un adenocarcinoma en el esófago.
- Dieta no saludable: Una dieta baja en frutas, verduras, zinc, y otras vitaminas puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de esófago.
- Ingesta de productos cáusticos: La lesión de esófago producida por ingesta de productos cáusticos (lejía u otras sustancias) puede conducir al desarrollo de carcinoma de células escamosas en la edad adulta.
- Acalasia: La acalasia es una afección en la cual el esfínter del esófago no puede relajarse lo suficiente como para permitir que los alimentos pasen al estómago. El cáncer de esófago de células escamosas se desarrolla en aproximadamente el 6% de los pacientes con acalasia.
- Tilosis: La tilosis es una enfermedad hereditaria rara caracterizada por un exceso de piel en las palmas y las plantas de los pies. Los pacientes afectados tienen una probabilidad mucho mayor de desarrollar cáncer de células escamosas.
- Síndrome de Plummer-Vinson: las personas con este trastorno presentan membranas en la parte superior del esófago y son más propensas a padecer cáncer de esófago.
- Divertículos: lesiones benignas en forma de bolsas que aparecen en la pared del esófago.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Los síntomas generalmente no aparecen hasta que el tumor ha crecido hasta tal punto que el cáncer es irreversible.
El síntoma más común es la disfagia (dificultad para tragar o la sensación de tener comida atorada en la garganta o el pecho).
Sin tratamiento, el tumor eventualmente evitará que incluso el líquido pase al estómago.
Una sensación de ardor o una leve presión en la mitad del pecho es un síntoma raro y a menudo ignorado de cáncer de esófago.
La deglución dolorosa suele ser un síntoma de un tumor grande que obstruye la apertura del esófago. Puede provocar regurgitación de alimentos, pérdida de peso y desnutrición.
¿Cómo se puede diagnosticar?
La primera prueba realizada a un paciente con síntomas de cáncer de esófago suele ser un estudio radiográfico con contraste de bario llamado esofagograma, donde después de tragar una pequeña cantidad de sulfato de bario, una serie de rayos X puede resaltar cualquier protuberancia o área elevada en la superficie normalmente lisa de la pared esofágica. También puede detectar áreas grandes e irregulares que estrechan el esófago en pacientes con cáncer avanzado, pero no puede proporcionar información sobre la enfermedad si se ha extendido más allá del esófago.
La endoscopia también puede utilizarse con el objeto de hacer una biopsia. Se introduce un tubo iluminado por la boca hasta el esófago y se extrae tejido sospechosos para realizar analizarlo. Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de cáncer de esófago a través de la biopsia, se realizan pruebas para determinar si la enfermedad se ha diseminado (se ha producido metástasis a otros órganos). Estas pruebas pueden incluir tomografía computarizada, ultrasonido endoscópico, toracoscopia, laparoscopia y tomografía por emisión de positrones (TEP).
¿Cuál es el tratamiento más adecuado?
El tratamiento del cáncer de esófago está determinado por la etapa de la enfermedad y la salud del paciente. La distinción más importante es si el cáncer está avanzado o no:
- Si el cáncer está en las primeras etapas, la curación puede ser posible.
- Si el cáncer está avanzado o si el paciente no tolerase una cirugía mayor, el tratamiento generalmente se dirige a paliar los síntomas en lugar de a la curación.
Los principales tratamientos que se contemplan son:
- Cirugía: Denominada esofagectomía consiste en la extracción de parte del esófago y los nodos linfáticos cercanos. Se reemplaza ese tejido por partes del estómago o el intestino. Sólo es adecuado en las primeras fases del cáncer y puede detener el cáncer.
- Quimioterapia: Por vía oral o intravenosa. No es un procedimiento curativo, pero sirve para paliar los síntomas o ayudar antes de una operación de cirugía.
- Radioterapia: Puede ser usada con efectos paliativos o tras una cirugía para eliminar las células cancerosas que no pudieron ser eliminadas con la cirugía.
- Terapia fotodinámica: Se trata de inyectar un medicamento que es absorbido por las células cancerosas. Posteriormente se aplica laser para eliminar dichas células. Puede usarse como medida paliativa y también parece ser eficaz como medida curativa en las primeras fases del cáncer de esófago.
¿Qué pronóstico tiene el cáncer de esófago?
Dado que la mayoría de los pacientes son diagnosticados cuando el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos u otras estructuras, el pronóstico para el cáncer de esófago es malo.
Se estima que únicamente el 10% sobreviven más de 5 años después del diagnóstico.
Fernando Martínez Sáez
Redactor y divulgador de temas científicos, médicos y sanitarios. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
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