¿Qué es la ciática?
La ciática es el dolor o molestias relacionadas con el nervio ciático que va desde la parte inferior de la médula espinal hasta el pie.
La ciática produce un dolor de espalda que afecta a los nervios de la espina dorsal, produciendo dolor en las nalgas y en toda la pierna por su parte posterior hasta el talón, descrito como un dolor “eléctrico” que podría acompañarse de debilidad o alteraciones en la sensibilidad de los miembros inferiores.
También se conoce como síndrome ciático, ciática o lumbociática.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
Las vértebras de la columna están separadas por unos discos o almohadillas cartilaginosas llamadas discos intervertebrales.
Figura 1: Disco intervertebral
El desgaste de estos discos ocurre por la edad o secundario a traumatismos, aunque también se podría asociar a procesos infecciosos o a causas metabólicas, como las enfermedades reumatológicas.
La gran mayoría de los casos de ciática se deben a una hernia discal o del disco intervertebral, situación que ocurre cuando la parte gelatinosa central (o núcleo pulposo) del disco intervertebral se escurre a través de una zona debilitada del anillo fibroso que rodea al disco, comprimiendo e irritando la raíz del nervio ciático.
Figura 2: Protrusión de disco intervertebral
Aunque también puede ocurrir secundario a la reducción del calibre del orificio por el cual las raíces nerviosas abandonan el canal medular antes de dirigirse distalmente hacia las piernas; esta disminución de tamaño es secundario a la presencia de osteofitos, que son excrecencias óseas presentes en casos degenerativos, o por el sobrecrecimiento y endurecimiento de los tejidos blandos que rodean esta salida.
¿Cuáles son los síntomas de la ciática?
La ciática es un dolor muy intenso de espalda irradiado a las nalgas, piernas y pies, que se acompaña de hormigueo o adormecimiento de piernas/pies y que puede llevar a debilidad muscular en etapas tardías.
En casos extremos pueden ocurrir pérdida del control de la vejiga o del intestino y dificultad al andar o al mantener el equilibrio. Esto ocurre cuando la hernia discal es tan grande que llena el canal vertebral por completo, o la reducción del tamaño del foramen de salida es tan grave que comprime la raíz nerviosa. Esta situación se llama síndrome de Cauda Equina o de Cola de Caballo, y es una urgencia médica, que si no es manejada de manera oportuna podría ocasionar la pérdida total de la sensibilidad y movilidad de las piernas, o en casos más graves, hasta la muerte.
¿Cómo se puede detectar?
Para el diagnóstico de la ciática es conveniente realizar:
- Historia clínica y exploración: Pueden ser suficientes para el diagnóstico (medicina basada en la evidencia).
- Radiografía de columna: Ayuda a descartar otras causas de ciática, pero no es diagnóstica en la hernia de disco.
- Resonancia nuclear (RMN): Muestran la compresión del canal por el núcleo pulposo herniado, o la reducción del foramen de salida de la raíz nerviosa.
- Mielografía: En ocasiones es necesario este estudio especial con contraste para ver el tamaño y localización de la hernia discal, así como para identificar otras áreas de degeneración medular.
- Electromiografía (EMG): Es una prueba que detecta el nivel exacto de afectación de las raíces nerviosas en la columna, así como el grado de la lesión. Consiste en insertar diminutos electrodos en los músculos de la pierna, y buscar señales eléctricas anormales en una pantalla de video que nos señalan si el nervio está irritado o comprimido al salir de la columna, y a qué nivel. La electromiografía permitirá clasificar el grado de lesión de las raíces nerviosas en 3 grados, y el pronóstico de recuperación se puede guiar de acuerdo a este hallazgo.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El tratamiento recomendado para la ciática se enfoca principalmente en aliviar el dolor. Las principales opciones de tratamiento son:
- Reposo en cama.
- Hielo: Los síntomas se pueden aliviar colocando hielo en el área dolorida tan pronto como se produce el dolor. Se debe aplicar hielo en el área durante 30-60 minutos varias veces al día durante las primeras 48 horas. Después de 2-3 días, aplique calor para mejorar la circulación y la curación.
- Medicamentos: En caso de un dolor muy agudo se recomienda medicación para el dolor como los analgésicos (paracetamol), AINEs (ibuprofeno) o relajantes musculares. Si el dolor no cesa con esos medicamentos se puede recetar opioides o una inyección local de anestésicos.
- Fisioterapia: A medida que el dolor lo permita se pueden realizar ejercicios de estiramiento enfocados en la parte inferior de la espalda, las nalgas y los músculos isquiotibiales. El fisioterapeuta en función de la evolución puede sugerir ejercicios y actividad regular, como nadar o caminar.
- Consejos posturales: Es importante seguir una serie de recomendaciones posturales al permanecer de pie, sentado o levantar pesos para evitar recaídas.
- Cirugía: Si el dolor es crónico y/o fracasa el tratamiento conservador, se puede sugerir una cirugía para tratar una hernia de disco, extirpar parte o todo el músculo piriforme, o retirar el tejido interpuesto que comprime la raíz nerviosa en su agujero de salida, particularmente si hay evidencia neurológica de daño en los nervios o en las raíces nerviosas.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDr. Jorge Valenzuela Flores
Especialista en Ortopedia y Traumatología y licenciado en medicina por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (TEC).
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