¿Qué es el colon irritable?
El síndrome del colon irritable o intestino irritable es un trastorno de la movilidad del tubo digestivo que causa grados variables de dolor abdominal asociados a cambios en la deposición que pueden ser estreñimiento o diarrea.
Los síntomas, por lo general, se desencadenan por estrés emocional o algunas comidas y mejoran cuando se expulsan gases o heces fecales.
Suele presentarse en adolescentes y adultos jóvenes, principalmente en mujeres menores de 45 años.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
El síndrome del intestino irritable se caracteriza por las alteraciones de la movilidad intestinal con normalidad de la estructura del intestino.
No es totalmente clara su causa, pero los factores predisponentes o factores de riesgo que se conocen actualmente son:
- Tránsito intestinal alterado por diferentes razones: dieta inadecuada, estrés emocional, falta de ejercicio
- Alteración en la percepción personal del dolor
- Interacciones no muy claras entre el cerebro y el intestino
- Alteraciones hormonales
- Alteraciones psicosociales: personas muy ansiosas y con antecedentes, por ejemplo, de abuso sexual
- Infecciones del tubo digestivo que generan el daño en el colon
- Activación anormal de la inmunidad (defensas naturales) del cuerpo
- Flora bacteriana intestinal alterada (excesivamente aumentada)
- Alteraciones de la serotonina (la misma sustancia que se asocia con la depresión)
¿Cuáles son los síntomas del colon irritable?
Las personas con síndrome de colon irritable pueden presentar gran diversidad de síntomas:
- El principal síntoma es el dolor abdominal que puede ser muy leve y suele ocurrir durante el día, pero en algunos casos se agrava e incluso no deja dormir a la persona.
- El segundo síntoma principal es la alteración del hábito intestinal. Puede haber largos periodos de estreñimiento con heces muy duras alternados con episodios de diarrea con deposiciones blandas.
- No suele presentarse diarrea en las noches.
- Tampoco es frecuente ver pérdida de peso o signos de malnutrición.
- Puede haber sensación de evacuación incompleta (tenesmo) y moco en las heces.
- No hay sangrado rectal excepto cuando se asocia con hemorroides.
- Hay distensión abdominal y aumento del gas intestinal.
- En mujeres empeora en las fases premenstrual y menstrual.
- Del 25 al 50 % de personas con colon irritable presentan dispepsia funcional, acidez de estómago (pirosis), náuseas o vómitos asociados.
- Muchos pacientes muestran alteraciones psicológicas, aunque no hay una enfermedad psiquiátrica específica asociada.
- Se ha asociado con otros padecimientos como el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia.
¿Cómo se puede detectar?
En 2016 se hizo el último consenso estableciendo los llamados Criterios de Roma IV para el diagnóstico del colon irritable que son:
Debe presentarse dolor abdominal recurrente al menos un día por semana durante los últimos tres meses asociado con dos o más de las siguientes características:
- Se relaciona con la defecación
- Se relaciona con cambios en la frecuencia de las deposiciones
- Se relaciona con cambios en el aspecto de las heces fecales
Es fundamental para su diagnóstico descartar que haya otras enfermedades digestivas que puedan provocar síntomas similares.
El examen físico y los exámenes practicados (tacto rectal, rectoscopia, colonoscopia, estudios de laboratorio, estudios de las heces) no revelarán ninguna anormalidad.
Los signos de alarma para pensar que se trata de una enfermedad diferente son:
- Aparición después de los 50 años
- Sangre en las heces
- Antecedente familiar de cáncer de colon
- Antecedente de viaje a zonas con enfermedades parasitarias endémicas
- Diarrea crónica
- Pérdida de peso
- Fiebre
- Síntomas nocturnos
- Vómitos recurrentes
- Dificultad para tragar los alimentos (disfagia)
- Al examen físico: artritis activa, dermatitis herpetiforme, masa abdominal, sangre rectal, signos de anemia o de alteraciones de la tiroides y signos de malabsorción u obstrucción intestinal
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas y tranquilizar al paciente.
Entender que se trata de una enfermedad que puede mejorar con los cambios en el estilo de vida y que es totalmente benigna puede ayudar mucho.
Es útil hacer un diario de los alimentos que producen diarrea o estreñimiento para así poder establecer un régimen individual, preferiblemente en conjunto con un especialista en nutrición, de manera que se mejoren los síntomas, pero se prevenga la malnutrición.
Se han visto beneficios en muchas personas con colon irritable con la dieta baja en FODMAP, que significa dieta con cantidades pequeñas de carbohidratos llamados oligosacáridos, disacáridos y monosacáridos y polioles fermentables que se encuentran en muchos alimentos.
Estos carbohidratos tienden a fermentarse y empeorar los síntomas digestivos y son diferentes para cada persona. Se pueden tener en cuenta al hacer el diario personal y el régimen dietético.
Como la mayoría de veces los síntomas son leves, es raro que sean necesarios los medicamentos.
Sin embargo, si la persona ve muy afectada su calidad de vida, podría necesitar tratamientos específicos para el estreñimiento y la diarrea, según sea el caso.
También los antiespasmódicos para el dolor y los antidepresivos se usan dependiendo de cada caso individual.
Los prebióticos y probióticos pueden resultar útiles.
La psicoterapia se utiliza también de manera individualizada.
¿Qué complicaciones pueden aparecer?
El síndrome del intestino irritable puede ser una alteración de muy larga evolución, incluso de por vida, pero en general se alivia sin problemas con el tratamiento. No tiene complicaciones mayores.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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