¿En que consiste la criptococosis?
La criptococosis es una infección causada por la inhalación del hongo Cryptococcus neoformans que afecta principalmente a los pulmones en pacientes inmunodeprimidos.
La criptococosis puede afectar únicamente a los pulmones, pero con frecuencia se propaga por todo el cuerpo. Aunque casi cualquier órgano puede verse afectado, el hongo a menudo es mortal si infecta el sistema nervioso donde causa la inflamación de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal (meningitis).
Cuando el hongo criptocócico llega a los pulmones, pueden suceder tres cosas:
- El sistema inmunitario puede atajar la infección
- La infección puede permanecer localizada en los pulmones
- La infección puede propagarse a todo el cuerpo
La criptococosis suele afectar con frecuencia a personas inmunodeprimidas como enfermos con VIH/SIDA o personas trasplantadas.
¿Por qué esta causada?
El hongo que causa la criptococosis se llama Cryptococcus neoformans.
El hongo tiene tres variantes:
- C. neoformans variante Neoformans
- C. neoformans variante Grubii
- C. neoformans variante gattii.
Suele encontrarse en suelos contaminados con excrementos de palomas u otras aves. También se ha encontrado el hongo en fruta sin lavar y en los eucaliptos.
La criptococosis es una enfermedad poco frecuente en individuos sanos, pero es la infección micótica más común en personas con VIH/SIDA.
Las personas que toman medicamentos inmunosupresores (corticosteroides, quimioterapia, etc.) son más susceptibles a contraer la enfermedad.
La enfermedad no es contagiosa y no se transmite de una persona a otra.
¿Cuáles son los principales síntomas?
En personas sanas con sistemas inmunes no dañados, el cuerpo combate la infección adecuadamente y la persona infectada no presenta síntomas ni complicaciones.
La criptococosis se considera una infección oportunista que afecta a personas con el sistema inmune debilitado. En estas personas, el hongo comienza a crecer en los pulmones y formar nódulos que pueden ser detectados en radiografías del tórax. La persona afectada presenta síntomas de una infección respiratoria, como tos seca, por lo que la enfermedad suele pasar inadvertida.
El hongo puede permanecer latente en los pulmones y producir una infección activa más adelante si el sistema inmunitario se debilita. Si la enfermedad se vuelve activa, puede causar neumonía criptocócica en los pulmones. Sin embargo, la neumonía criptocócica tiene síntomas similares a otras neumonías (tos, dolor en el pecho, dificultad para respirar), lo que dificulta el diagnóstico preciso. La infección puede extenderse posteriormente a otras partes del cuerpo, particularmente al cerebro y al sistema nervioso central.
A la mayoría de los pacientes no se les diagnostica criptococosis hasta que muestran signos de meningitis criptocócica o infección de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal (meningitis).
Los síntomas aparecen gradualmente durante un período de dos a cuatro semanas. La fiebre y el dolor de cabeza son los síntomas más comunes, que ocurren en aproximadamente el 85% de las personas que lo sufren.
Otros síntomas comunes son:
- Náuseas
- Vómitos
- Pérdida de peso no deseada
- Fatiga
Otros síntomas menos frecuentes observados en un 25 o 30% de los pacientes son:
- Visión borrosa
- Rigidez en el cuello
- Fotosensibilidad
- Convulsiones
Además de la meningitis, también se puede desarrollar inflamación del cerebro (encefalitis) y lesiones cerebrales llamadas criptococomas o tortulomas.
Además del cerebro, la infección criptocócica puede extenderse a los riñones, la médula ósea, el corazón, las glándulas suprarrenales, los ganglios linfáticos, el hígado, el bazo, las vías urinarias, la sangre y la piel.
Muchas veces, antes del desarrollo de la meningitis criptocócica, pueden desarrollarse erupciones sin dolor y lesiones en la piel que imitan otras enfermedades como el molusco contagioso.
¿Cómo se puede diagnosticar?
Los métodos de diagnóstico más usados se basan en pruebas de sangre y líquido cefalorraquídeo (LCR) mediante punción lumbar que detectan la presencia de un antígeno producido por el hongo.
Las pruebas de antígeno se recomiendan rutinariamente para pacientes no sintomáticos con VIH/SIDA avanzado.
Otra forma de diagnosticar la criptococosis es cultivar una muestra de esputo, tejido de una biopsia pulmonar o LCR (líquido cefalorraquídeo) en el laboratorio para aislar el hongo. También se realizan cultivos para evaluar la efectividad del tratamiento.
Las radiografías de tórax son útiles para evaluar el daño pulmonar y pueden revelar una sola masa o múltiples nódulos distintos, pero la radiografía sola no conduce a un diagnóstico definitivo de criptococosis.
¿Cúal es el tratamiento recomendado?
Una vez diagnosticada la criptococosis, el tratamiento comienza con anfotericina B (Fungizona) de forma intravenosa, a veces en combinación con flucitosina oral (Ancobon).
La anfotericina B es un potente fármaco antifúngico (contra los hongos) con efectos secundarios potencialmente tóxicos para el riñón. Esta medicación puede causar también:
- Fiebre
- Escalofríos
- Náuseas y vómitos
- Diarrea
- Dolor de cabeza
- Dolores musculares
La anfotericina B, con o sin flucitosina, se administra durante varias semanas hasta que el paciente ser estabiliza, después de lo cual el paciente recibe fluconazol oral (Diflucan) o itraconazol.
El fluconazol es un medicamento antifúngico de amplio espectro con pocos efectos secundarios graves.
Los pacientes con VIH/SIDA deben continuar tomando fluconazol de forma continua para prevenir una recaída. A veces se administra fluconazol a pacientes con VIH/SIDA avanzado como medida preventiva (profiláctica).
¿Cúal es el pronóstico de la enfermedad?
La criptococosis no tratada adecuadamente puede tener consecuencias fatales. La tasa de mortalidad para pacientes con VIH/SIDA es del 10 al 25%.
La mayoría de las muertes son atribuibles a la meningitis criptocócica y ocurren dentro de las dos semanas posteriores al diagnóstico.
Para los pacientes con VIH/SIDA que no reciben terapia supresora continua con fluconazol, la tasa de recaída es del 50 al 60% en seis meses.
Una vez que la infección por criptococosis ha sido tratada con éxito, los individuos pueden sufrir una gran variedad de síntomas neurológicos como debilidad, dolor de cabeza y pérdida auditiva o visual. Además, se puede acumular líquido alrededor del cerebro (hidrocefalia).
Fernando Martínez Sáez
Redactor y divulgador de temas científicos, médicos y sanitarios. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
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