¿Qué es la diabetes mellitus?
La diabetes mellitus, que se suele nombrar de forma simplificada como diabetes, es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de azúcar (glucosa) en la sangre.
Las células del cuerpo necesitan energía para su funcionamiento. La principal fuente de energía del organismo es la glucosa, un tipo de azúcar que proviene de la digestión de los carbohidratos. La glucosa circula por la sangre a disposición de las células que la necesitan.
La insulina es una hormona producida en el páncreas que permite la entrada de la glucosa en las células. En la diabetes mellitus el páncreas no produce suficiente insulina o las células no responden de forma adecuada a la insulina existente haciendo que se acumule la glucosa en la sangre. La diabetes se caracteriza de este modo por hiperglucemia (o hiperglicemia), que significa niveles elevados de glucosa en la sangre.
La hiperglucemia crónica puede provocar a largo plazo múltiples problemas en otros órganos del cuerpo, especialmente en los riñones, el corazón, los ojos, los nervios y los vasos sanguíneos.
El estilo de vida sedentario y los malos hábitos alimentarios han contribuido al aumento de la incidencia de la diabetes de forma global.
¿Qué tipos de diabetes mellitus existen?
Se pueden distinguir principalmente tres tipos de diabetes mellitus:
- Diabetes tipo 1: Es una enfermedad caracterizada por una deficiencia absoluta de insulina. El páncreas no produce la insulina necesaria. Se corresponde con el 5-10% de todos los casos. Suele comenzar en la infancia o adolescencia. Antiguamente se denominaba DMID (diabetes mellitus insulinodependiente) o diabetes juvenil. En este tipo de diabetes se distinguen dos subtipos:
- Diabetes tipo1a o autoinmune: El cuerpo ataca y destruye las células productoras de insulina (células beta del páncreas).
- Diabetes tipo 1b o idiopática: Forma poco frecuente en los que la enfermedad no tiene causa conocida.
- Diabetes tipo 2: Está causada por una resistencia a la acción de la insulina que impide que la glucosa pase a las células. Los pacientes pueden tener una concentración de insulina normal o incluso aumentada. Su problema es que su cuerpo se resiste a la insulina. Se corresponde con el 90-95% de todos los casos de diabetes y la mayoría de los que la sufren tienen sobrepeso. Suele comenzar en la edad adulta. Antiguamente se denominaba DMNID (diabetes mellitus no insulinodependiente).
- Diabetes gestacional: Se presenta durante el embarazo y se resuelve en la mayoría de las mujeres una vez que se ha dado a luz. Suele afectar a un 2% de los embarazos. La diabetes gestacional aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2 posteriormente en un intervalo de 5 a 10 años.
Existen otros tipos de diabetes menos frecuentes como la diabetes secundaria a medicamentos, la relacionada con la fibrosis quística o secundaria a otras enfermedades (acromegalia, síndrome de Cushing, hipertiroidismo o extracción quirúrgica del páncreas).
¿Cuáles son las causas de la diabetes mellitus?
Las causas por las que aparece la diabetes mellitus no se saben con certeza, pero parece que pueden estar involucrados factores hereditarios y factores ambientales.
En la diabetes tipo 1 se cree que la causa que desencadena la enfermedad es algún virus o microorganismo que destruye las células pancreáticas que producen insulina.
En la diabetes tipo 2 la edad, la obesidad y los antecedentes familiares son factores de riesgo.
¿Qué prevalencia tiene la diabetes mellitus?
La diabetes mellitus afecta a entre un 9 - 10% de la población mundial.
¿Cuáles son los principales síntomas de la diabetes mellitus?
A menudo la diabetes no causa ningún síntoma externo durante años.
En caso de padecer algún síntoma los más frecuentes son:
- Excesiva producción de orina o ganas frecuentes de orinar (poliuria).
- Sed excesiva (polidipsia).
- Hambre excesiva o fuerte deseo de comer (polifagia).
Algunos síntomas menos frecuentes son:
- Sentirse cansado y enfermo.
- Pérdida de peso a pesar del aumento del apetito.
- Vaginitis, infecciones de la piel, visión borrosa y frecuentes infecciones de vejiga y del tracto urinario.
- Ocasionalmente impotencia en el hombre y desaparición de la menstruación en la mujer.
¿Cómo se puede detectar?
Los criterios para el diagnóstico de la diabetes más empleados son:
- Glucemia en ayunas: Glucosa en ayunas mayor a 126 mg/dl (el ayuno debe ser superior a 8 horas).
- Prueba de Hemoglobina A1c: Hemoglobina glicosilada superior al 6,5% (HbA1c > 6,5%).
- Prueba de tolerancia a la glucosa: Glucosa mayor que 200 mg/dl a las dos horas de una prueba de sobrecarga oral de glucosa (tras tomar una bebida azucarada especialmente preparada).
Cualquiera de dichos criterios es suficiente para el diagnóstico de la diabetes mellitus.
Al realizar un test de orina es frecuente detectar altos niveles de glucosa, proteínas (albúmina) y cuerpos cetónicos en la orina.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El tratamiento de la diabetes tiene dos objetivos principales:
- Mantener el nivel de glucosa en la sangre en niveles adecuados.
- Prevenir el desarrollo de complicaciones a largo plazo.
El tratamiento difiere en función del tipo de diabetes que se padece.
- Diabetes tipo 1: Requieren la administración de insulina de forma diaria. Además, se requiere seguir un estilo de vida sana haciendo ejercicio con regularidad y una dieta saludable que evite el sobrepeso.
- Diabetes tipo 2: En este caso el tratamiento debe comenzar con una dieta adecuada, normalmente para perder peso, y la realización de ejercicio de forma regular. La mayoría de los pacientes requieren medicamentos antidiabéticos o hipoglucémicos (metformina o sulfonilureas) y en algunos casos es necesario administrar también insulina.
- Diabetes gestacional: Suele tratarse con dieta, aunque en algunos casos se requiere también administrar insulina.
¿Qué complicaciones se pueden presentar?
En el caso de padecer diabetes tipo 1 la principal complicación asociada es la cetoacidosis diabética en la que la sangre, si no se administra insulina de forma adecuada, puede volverse excesivamente acida debido a la presencia de cuerpos cetónicos. El aumento de la sed y de la orina, las náuseas, la respiración profunda y rápida, el dolor abdominal, y el aliento con olor dulce son los síntomas que preceden a una pérdida gradual de la conciencia en la cetoacidosis diabética.
En el caso de padecer diabetes tipo 2 la principal complicación que puede aparecer con alta mortalidad (alrededor del 20%) es el síndrome diabético hiperosmolar hiperglucémico (también llamado coma hiperosmolar). Se caracteriza por un nivel extremadamente alto de glucosa en sangre sin presencia de cuerpos cetónicos. Otras características de este síndrome son la deshidratación extrema y la alteración del nivel de conciencia.
Además, la hiperglicemia crónica puede provocar complicaciones a largo plazo (suelen aparecer al de 15 o 20 años). Las principales complicaciones que pueden aparecer son:
- Complicaciones vasculares: las personas con diabetes son más propensas a sufrir un infarto o un ictus.
- Nefropatía diabética: daño a los riñones debido a la diabetes.
- Problemas oculares (cataratas, glaucoma) pudiendo sufrir incluso ceguera.
- Neuropatía diabética: daños a los nervios a consecuencia de la diabetes.
- Infecciones frecuentes (infección de la piel, tuberculosis, neumonía, pielonefritis, etc.).
¿Cómo se puede prevenir?
No se conoce prevención alguna para la diabetes tipo 1, pero la obesidad está muy asociada con el desarrollo de la diabetes tipo 2 en personas mayores de 40 años.
La reducción de peso puede ayudar a disminuir su desarrollo en algunos casos. Si su peso está un 10% o más por encima del recomendado para su talla y tamaño, hay algún diabético en su familia y es mayor de 40 años debe de reducir su peso.
Una vez diagnosticado de diabetes, hay una serie de medidas que usted debe de tomar para limitar el desarrollo y la aparición de posibles complicaciones:
- Un buen programa de ejercicios es crucial.
- Disminuir la ingesta de alimentos procesados y ricos en azúcares.
- Si usted es fumador la diabetes debe proporcionarle la motivación que necesita para dejar de fumar. Fumar es un riesgo adicional para los diabéticos. A esto se suma, además, el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón o accidentes cerebrovasculares.
- El cuidado de los pies es muy importante para los diabéticos por los frecuentes problemas causados por la alteración de la función nerviosa y estrechamiento de las arterias de la parte baja del cuerpo que limita el riego sanguíneo de los pies. Si la circulación es alterada, cualquier herida pequeña como una ampolla, uña encarnada etc., puede acabar en una infección grave o en gangrena. Si los nervios están dañados, los callos pueden acabar en úlceras difíciles de curar. Use zapatos apropiados. Esto minimiza el riesgo de aparición de callos, heridas y ampollas. Su médico debe recomendarle la visita a un podólogo para que le de instrucciones y le proporcione un cuidado conveniente de las uñas, callos, etc.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
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