¿Qué es la disfonía?
La disfonía es la alteración de las características normales de la voz causada por diferentes factores.
La disfonía se define por tanto como una alteración en el timbre, tono, intensidad o flexibilidad vocal que se desvía de lo esperado para personas del mismo sexo, edad y contexto cultural.
Por lo menos la tercera parte de las personas presentan disfonía en algún momento de la vida.
Se considera importante diagnosticar y clasificar la disfonía especialmente cuando produce problemas de comunicación o empeora de alguna otra manera la calidad de vida.
¿Cómo se diagnostican y clasifican las disfonías?
La disfonía es un síntoma que el médico evaluará con el fin de determinar el riesgo particular de cada persona de empeoramiento o prolongación excesiva de los problemas de voz.
Existen algunos factores de riesgo que pueden requerir una valoración especializada y pueden modificar el tratamiento. Principalmente, los otorrinolaringólogos consideran como riesgo especial los siguientes antecedentes:
- Cirugía en el cuello.
- Intubación endotraqueal.
- Radiación en el cuello.
- Tabaquismo.
- Exposición a otros irritantes respiratorios.
- Ocupación con riesgo de abuso de la voz: cantante, conferenciante, profesor, etc.
Si hay uno o más de estos factores de riesgo o si la disfonía persiste por más de tres meses se recomienda la visualización directa de la laringe o laringoscopia.
Dependiendo de los hallazgos en este examen se puede clasificar la disfonía en varios tipos.
¿Qué tipos de disfonías existen?
Dependiendo de la causa que la origina las disfonías se pueden clasificar en:
- Disfonías orgánicas: Producida por lesiones anatómicas en los órganos fonatorios (cuerdas vocales y otros órganos que intervienen en la voz).
- Disfonías funcionales: No se deben a alteraciones físicas o anatómicas de los órganos fonatorios sino a un uso incorrecto o excesivo de la voz.
- Disfonías psicógenas: Causada por factores emocionales o psicológicos.
- Disfonías traumáticas: Causada por un traumatismo externo (golpe o herida) o interno (intubación) sobre los órganos de la voz.
- Disfonías audiógenas: Relacionada con el déficit o la pérdida de audición.
¿Cuál es el tratamiento recomendado en la disfonía?
Para el tratamiento de las disfonías existen varias alternativas que dependen del tipo de disfonía que se padece y de las particularidades de cada caso:
- Logopedia: La terapia con un logopeda es una opción que puede resultar beneficiosa en numerosos casos de disfonía. El logopeda es un especialista encargado de las patologías del lenguaje.
- Cambios de hábitos: Mantener una buena hidratación de las cuerdas vocales, evitar el tabaco y reducir el uso excesivo o la intensidad de la voz pueden ayudar a prevenir o aliviar la disfonía.
- Medicación: En el caso de infecciones o inflamaciones se pueden recetar antibióticos o antiinflamatorios.
- Cirugía: Casos graves, como la presencia de nódulos o pólipos en las cuerdas vocales, puede requerir una intervención quirúrgica.
¿Cuál son las principales fases del tratamiento de la disfonía en el logopeda?
Aunque el tratamiento logopédico está en función del tipo de disfonía, los pasos fundamentales suelen ser:
Relajación: total o parcial. Se pueden utilizar diferentes técnicas.
- Total: trabajando el cuerpo entero y favoreciendo también la relajación a nivel mental.
- Parcial: trabajando por separado cada parte del cuerpo o la zona que veamos está más contraída y afecta a la producción de la voz.
Para la relajación, especialmente de la zona de los hombros, cuello, laringe y cara, se suele utilizar el masaje.
De todas formas, hay que tener en cuenta que en las disfonías producidas por una relajación de los músculos de la laringe no se trabaja la relajación ya que agravaría el problema.
Respiración
Es una de las fases más importantes en el tratamiento ya que suele ser la causa o uno de los aspectos que más influyen en las disfonías.
Se comienza a trabajar con el paciente tumbado para posteriormente pasar a la posición de sentado y finalmente de pie.
El tipo de respiración que se intenta conseguir es la costo-diafragmática ya que es la que permite una mayor inspiración y espiración de aire y aumenta la capacidad pulmonar del paciente.
En esta fase del tratamiento también se suelen introducir ejercicios fonatorios durante la espiración.
Ejercitación muscular: del sistema bucofonatorio y musculatura asociada
En esta fase trabajamos mediante ejercicios y masajes los músculos de hombros, cuello y cara.
Estos ejercicios son una especie de "gimnasia" en la que, por ejemplo, el paciente debe mover el cuello hacia derecha-izquierda, girarlo... o abrir-cerrar la boca exageradamente, colocar la lengua en una determinada posición, etc.
Impostación vocal
Es la última fase del tratamiento y la culminación de este. En ella se enseña al paciente a fonar (producir voz, hablar) correctamente coordinando la respiración y los movimientos de la boca y el cuello necesarios evitando la contracción de los músculos innecesarios y la realización de pautas incorrectas que son las que llevaron a la disfonía.
Se enseña al paciente a escuchar su voz y emitirla en el tono e intensidad más óptimos para él.
Pero lo más importante del tratamiento es enseñar al paciente a vigilar y controlar su higiene vocal y los malos hábitos ya que suelen ser la causa principal de las disfonías y si no los eliminamos el tratamiento será inefectivo.
¿Cómo puede prevenirse la disfonía?
La prevención de las disfonías se puede enfocar desde la evitación y/o eliminación de:
- Agentes externos:
- Tabaco.
- Alcohol.
- Gases nocivos (lacas, tintes, ...).
- Comidas y bebidas fuertes o demasiado calientes o frías.
- Determinados medicamentos.
- Ambientes muy calientes o fríos.
- Cambios bruscos de temperatura.
- Ambientes ruidosos que obligan a forzar la voz.
- Situaciones de estrés.
- Hábitos incorrectos:
- Respirar por la boca.
- Hablar más alto o en un tono inadecuado.
- Carraspear o toser frecuentemente.
- Forzar la voz cuando ésta no está bien.
- Chillar.
- Gritar frecuentemente.
- Hablar susurrando.
- Hablar mientras se realiza un esfuerzo físico importante (ej. Levantar o moverse con algo de peso).
La mayoría de estos hábitos pueden corregirse o modificarse para que, si se dan, el perjuicio para la laringe sea el menor posible.
- Hábitos correctos:
- Mantener una buena hidratación de las cuerdas bebiendo agua, haciendo gárgaras, tomando vahos, ...
- En personas que necesiten hablar mucho por su profesión tener periodos de descanso y no forzar la voz.
- Postura corporal correcta.
- Alimentación correcta.
- Dormir 8 horas mínimas diarias.
- Relajación.
Lo más importante es que el paciente se dé cuenta de cómo habla y qué pautas sigue para hacerlo para así intentar evitar o corregir aquellas que no realice correctamente.
De la misma forma se debe concienciar a la población de la importancia de su voz y de la incorporación a su vida diaria de una serie de hábitos para cuidarla y mejorarla.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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