¿Qué deberíamos saber?
En términos médicos, se considera que una mujer es mayor cuando intenta concebir o queda embarazada a partir de los 35 años.
El embarazo en mujeres mayores es cada vez más frecuente porque, en especial en las sociedades occidentales, se hace una postergación del embarazo en mujeres que quieren cumplir ciertas metas educativas, profesionales y personales antes de tener hijos.
Esto hace más relevante la consulta preconcepcional o prenatal, es decir, la preparación con ciertos exámenes, toma de vitaminas como el ácido fólico e incluso consejo genético cuando se planea un embarazo.
La edad materna es solo un factor de riesgo entre muchos y se debe tomar la decisión del embarazo basados no solo en ella sino en otros aspectos como: antecedentes personales, antecedentes familiares, factores psicosociales como la violencia intrafamiliar o el maltrato, estado de salud física y mental actual de la mujer y disposición a seguir un control prenatal juicioso.
¿Cuáles son las complicaciones del embarazo en una mujer mayor?
En mujeres mayores se presentan ciertos riesgos que conviene conocer:
- Infertilidad que implica que la mujer puede sufrir de alguna enfermedad y aumenta la probabilidad de optar por una técnica de reproducción asistida
- Pérdidas de los embarazos más frecuentemente: abortos espontáneos
- Mayor probabilidad de tener hijos con defectos congénitos
- Mayor probabilidad de un embarazo múltiple (gemelos), en especial tras tratamientos de fertilidad
- Mayor probabilidad de tener un recién nacido de bajo peso
- Mayor riesgo de preclampsia: trastornos de hipertensión arterial durante el embarazo
- Mayor riesgo de diabetes mellitus gestacional: en este casos aumenta aún más el riesgo de defectos congénitos
- Mayor riesgo de parto prematuro, en especial cuando se han presentado la diabetes o la hipertensión
Las mujeres mayores de 35 años en su primer embarazo deben ser especialmente evaluadas antes y durante la gestación, pues no tienen una historia obstétrica que ayude a prepararse ante posibles complicaciones.
Las mujeres con antecedentes de preclampsia, diabetes mellitus, hijos con defectos congénitos u otras situaciones graves durante los embarazos anteriores no deberían embarazarse de nuevo.
Si optan por hacerlo, debería ser exclusivamente bajo supervisión de un médico perinatólogo experto.
¿Por qué aumenta el riesgo en el embarazo de una mujer mayor?
Los hombres producen espermatozoides continuamente, por lo tanto a los 80 años los espermatozoides de un hombre solo tienen un par de meses.
En cambio, la mujer nace con los huevos que va a ovular. De forma que a los 35 años sus óvulos tienen ya esa misma edad y han estado almacenados en los ovarios por todo ese tiempo.
Como todo lo que se almacena mucho tiempo, a veces ocurren defectos en estos óvulos por envejecimiento o por contacto con sustancias como tóxicos del medio ambiente, drogas, alcohol y tabaco, radiación ionizante, etc.
Estas alteraciones del óvulo pueden propiciar una pérdida de embarazo o un bebé que nazca con defectos como por ejemplo el Síndrome de Down (también conocido como trisomía 21).
El riesgo de tener un hijo con síndrome de Down es:
- 1 de cada 1.000, antes de los 35 años
- 1 de cada 400, para los 40 años
- 1 de cada 105, para los 49 años
- 1 de cada 12, después de los 50 años
Es importante entender que a cualquier edad se puede tener un bebé con esta enfermedad y que algún riesgo siempre existe y, simplemente, aumenta con la edad.
¿Hay diferencias en el control del embarazo de una mujer mayor?
La evaluación del riesgo, seguimiento médico y toma de laboratorios y ecografías es igual en todas las mujeres embarazadas.
Sin embargo, siempre hay diferentes énfasis dependiendo del factor de riesgo adicional que se encuentre.
Por ejemplo, una mujer con una infección, con hipertensión arterial, con elevación de la glucosa en sangre (diabetes) u otros hallazgos anormales, requiere exámenes y valoraciones médicas especializadas adicionales a las de un control prenatal básico.
En el caso particular de las mujeres mayores de 35 años, solo por el factor de la edad, el ginecólogo suele ofrecer exámenes que se toman en consenso con la madre o la pareja por el alto estrés que implican.
Estos exámenes buscan detectar problemas congénitos en el feto que no es posible curar, solo diagnosticar.
Algunos son exámenes no invasivos como exámenes de sangre y otros implican procedimientos más complejos como la amniocentesis (pruebas en el líquido amniótico) y la biopsia de vellosidades coriónicas (toma de muestra de la placenta).
¿Para qué se utiliza la amniocentesis?
La amniocentesis es uno de los exámenes que se puede realizar durante el control de un embarazo en una mujer mayor de 35 años para realizar la detección precoz de alteraciones del feto.
La amniocentesis no es un estudio rutinario que se ofrece a todas las mujeres embarazadas, ya que la prueba lleva un pequeño riesgo de infección o aborto.
Se propone cuando hay un aumento en el riesgo de defectos cromosómicos o defectos del nacimiento genéticos, o algunas malformaciones.
La amniocentesis se practica por:
- Edad materna. La más común de estas alteraciones es el síndrome de Down, una combinación de anormalidades mentales y físicas causadas por la presencia de un cromosoma extra.
- Un niño o embarazo previo con defectos del nacimiento.
- Antecedentes familiares.
- Sospecha de defectos del tubo neural. Los defectos del tubo neural (defectos de la espina y cerebro, incluyendo espina bífida y anencefalia) pueden ser diagnosticados, midiendo el nivel de alfa-fetoproteína (AFP) (una substancia producida por el feto en el líquido amniótico).
La medición de AFP por amniocentesis se ofrece si hay una historia familiar de defectos del tubo neural, o si pruebas anteriores de alfafetoproteína AFP en la sangre de la madre indicaron que el embarazo es de alto riesgo.
Dr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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