¿Qué es la enfermedad de Enfermedad de Charcot-Marie-Tooth?
La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth es un grupo de neuropatías motoras y sensoriales hereditarias caracterizada principalmente por un progresiva debilidad y atrofia en los músculos distales de las piernas.
La enfermedad afecta al sistema nervioso periférico, los nervios que transportan la información motora y sensorial desde y hacia la médula espinal. Disminuye la capacidad de los nervios periféricos para llevar las ordenes motoras a los músculos causando debilidad y pérdida de sensibilidad en las extremidades.
Afecta especialmente a los músculos más alejados de la médula espinal como los ubicados en los pies y las manos. Como resultado, los músculos conectados a estos nervios eventualmente se debilitan.
La enfermedad también afecta a los nervios sensoriales que transportan información desde las extremidades hasta el cerebro. Por lo tanto, las personas también sufren pérdida sensorial que les dificulta saber si algo está caliente o frío o les provoca dificultad para mantener el equilibrio.
¿Qué incidencia tiene la enfermedad?
La edad de inicio de la enfermedad es muy variable afectando desde la infancia hasta a personas de 50 o 60 años. Los síntomas frecuentemente empiezan alrededor de los 20 años.
Tiene una incidencia aproximada de 1 caso por cada 2.500 personas y se considera el tipo más común de afección neurológica hereditaria junto con la esclerosis múltiple.
¿Cuáles son las causas de la enfermedad?
La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth es una enfermedad genética debida a mutaciones en los genes que codifican las instrucciones que afectan a los nervios periféricos. Existen más de 15 genes afectados.
¿Qué tipos existen?
La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth se puede clasificar básicamente en dos tipos:
- Tipo 1: Afecta a la mielina de los nervios (recubrimiento de los nervios)
- Tipo 2: Afecta al axón (parte más interior del nervio)
Los tipos 1 y 2 pueden desglosarse a su vez en subtipos dependiendo del gen que esté causando la enfermedad. Los subtipos se etiquetan con letras, por lo que existen tipo 1A, tipo 1B, etc.
Los principales subtipos son:
- Tipo 1A: Causado por una mutación en el gen PMP22 localizado en el cromosoma 17 (17p11.2-12) encargado de producir una proteína que forma parte de la mielina. Es el tipo más común (50% de los casos). Dentro de este tipo puede incluirse la Neuropatía hereditaria con susceptibilidad a la parálisis por presión (NHPP).
- Tipo 1B: causado por una mutación en el gen MPZ localizado en el cromosoma 1 (1q22) encargado de hacer que las capas de mielina se peguen envolviendo al axón.
- Tipo X: Se considera un subtipo 1 porque afecta también a la mielina, pero tiene un tipo de herencia diferente al tipo 1 o tipo 2. El gen causante de la mutación es el gen Cx32 situado en el cromosoma X que codifica una clase de proteínas llamadas conexinas que forman túneles entre las capas de mielina.
- Tipo 2: Existen al menos 5 tipos A, B, C, D y E dependiendo del gen afectado
- Tipo 3 o enfermedad de Déjerine-Sottas: Es un tipo severo de la enfermedad en la que los síntomas comienzan en la infancia o la niñez. Se puede considerar dentro del tipo 1 ya que suele afectar a los genes PMP22 y MPZ. Se asocia con frecuencia a anomalías esqueléticas (talla corta, cifoscoliosis, deformidades en manos y pies).
- Tipo 4: Es un tipo raro de la enfermedad. Se clasifica de manera diferente al tipo 1 porque tiene un patrón diferente de herencia. Hay cinco subtipos diferentes y cada uno solo se ha descrito en unas pocas familias. Los síntomas son a menudo graves y pueden producir síntomas como sordera.
Los tipos 1A, 1B y el tipo 2 se heredan con herencia autosómica dominante. El tipo X tiene herencia asociada al cromosoma X. El tipo 4 tiene herencia autosómica recesiva.
¿Cuáles son los principales síntomas de la enfermedad?
Los principales síntomas son:
- Debilidad
- Perdida de sensibilidad en manos y pies
- Pies cavos
- Escoliosis
Los primeros síntomas suelen aparecer en los pies con problemas al correr o caminar como tropezar mientras se camina y la aparición de frecuentes esguinces de tobillo.
La pérdida de masa muscular en los pies conduce a una caída del pie donde el pie no se eleva lo suficiente del suelo al caminar.
Posteriormente suele aparecer sensación de frío en los pies y calambres en las piernas después de realizar ejercicio.
En algunas personas pueden verse afectados las manos y los dedos de las manos dificultando tareas como atarse los botones o subir cremalleras.
También pueden aparecer temblores en las extremidades superiores o incapacidad para sentir si algo está frío o caliente.
¿Cómo se puede diagnosticar la enfermedad?
El diagnóstico de la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth se realiza mediante un examen neurológico cuidadoso para determinar el alcance y la distribución de la enfermedad. Se debe realizar un historial familiar completo para determinar si otras personas de la familia están afectadas. También se pueden realizar pruebas para descartar otras causas de neuropatía.
Se debería realizar la prueba de velocidad de conducción nerviosa (VCN) para medir la velocidad con la que los impulsos que viajan a través de los nervios. Las pruebas de conducción nerviosa se pueden combinar con electromiografía (EMG).
El diagnóstico definitivo de la enfermedad se realiza mediante pruebas genéticas, generalmente realizadas mediante la extracción de una pequeña cantidad de sangre.
Es posible el diagnóstico prenatal realizando pruebas durante el embarazo para determinar si el feto está afectado en una familia en la que se ha identificado una mutación específica.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
No hay cura para la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth.
Sin embargo, la terapia física y ocupacional son una parte importante del tratamiento. La fisioterapia se usa para preservar el rango de movimiento y minimizar la deformidad causada por el acortamiento muscular o la contractura.
A veces se usan aparatos ortopédicos para mejorar el control de las extremidades inferiores que pueden ayudar enormemente en el equilibrio.
Es importante que las personas que padecen la enfermedad eviten lesiones que les mantengan inmóviles por largos períodos de tiempo porque puede ser difícil recuperar la fuerza en las extremidades después de una lesión.
Hay una larga lista de medicamentos que las personas diagnosticadas deben evitar en la medida de lo posible:
- Taxanos (Paclitaxel, docetaxel, cabazitaxel) usados para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer
- Medicamentos usados en quimioterapia (vincristina, cisplatino, mivacurio)
- Hidralazina usada para tratar la hipertensión arterial
- Megadosis de vitamina A, B6 y D
- Grandes dosis intravenosas de penicilina.
Las personas que consideren tomar alguno de estos medicamentos deben valorar los riesgos y beneficios con su médico.
¿Qué pronóstico tiene la enfermedad?
Los síntomas de la enfermedad generalmente progresan lentamente durante años, pero no suelen acortar la esperanza de vida y la mayoría de las personas no necesitan usar una silla de ruedas durante su vida.
Fernando Martínez Sáez
Redactor y divulgador de temas científicos, médicos y sanitarios. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
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