¿Qué es la enfermedad de Lyme?
La enfermedad de Lyme es una enfermedad inflamatoria aguda, caracterizada por cambios en la piel, unida a síntomas "como de gripe", causados por la bacteria Borrelia burgdorferi, y transmitida por la picadura de una garrapata de ciervo o rata.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
La enfermedad de Lyme fue descrita por primera vez en la ciudad de Lyme, Connecticut, en 1975. Desde entonces, se han descrito casos en otros muchos lugares. Es una enfermedad endémica en muchas partes del mundo.
Los ciervos y las ratas, que sirven de anfitrión a la garrapata, son los animales más frecuentemente infectados, pero los animales domésticos también son huéspedes en el ciclo de reproducción de las garrapatas (larva-ninfa-forma adulta). En el estadio de ninfa son muy pequeñas y ya pueden estar infectadas por la Borrelia burgdorferi, siendo en esta fase cuando el riesgo de trasmisión al hombre es más importante ya que su ubicación en áreas pilosas (ingles, pelo, axilas) puede pasar desapercibida. La mayor parte de las infecciones ocurren en verano.
Cuando un individuo infectado es portador de piojos, estos pueden ser infectados a través de la sangre, lo que los convierte en transmisores de la enfermedad a otras personas. La transmisión por sangre, saliva u otras secreciones ha quedado descartada.
La enfermedad de Lyme es difícil de diagnosticar pues sus síntomas imitan a los de otras enfermedades. Primero aparece en la zona de la picadura un sarpullido muy característico, aunque la picadura puede no notarse. Pocos meses después, aparece una parálisis muscular acompañada de inflamación en las articulaciones, síntomas neurológicos y, a veces, alteraciones cardiacas.
Representación de una garrapata como vehículo transmisor de la infección por Borrelia, y lesión de eritema anular típica en la enfermedad de Lyme inicial o primaria.
La infección inicial se llama enfermedad de Lyme primaria. A partir de ésta se desarrollan la enfermedad de Lyme secundaria y en la enfermedad de Lyme terciaria.
¿Cómo puedo prevenirme?
La prevención de la enfermedad de Lyme se basa en evitar la exposición a las garrapatas y a los piojos.
Cuando vaya de excursión, o camine por áreas infestadas de garrapatas, utilice pantalones largos y botas para proteger las piernas. Use botas y medias altas. Las garrapatas se ven mejor sobre tejidos de colores claros que en los oscuros, lo que es mejor para arrancarlas de la ropa. Mírese a menudo así como a su animal doméstico. Si encuentra alguna garrapata, cójala inmediatamente con una pinza y empuje cuidadosamente hacia fuera. La aplicación de un repelente para insectos puede ser de ayuda al ir al campo.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Lyme?
Los síntomas se dividen en tres fases evolutivas (si se trata a tiempo y se cura, puede faltar alguna de ellas):
Primera etapaLa enfermedad generalmente comienza en la piel como una gran mancha roja, localizada casi siempre en el muslo, la nalga, el tronco o la axila. La mancha se extiende hasta alcanzar un diámetro de unos 15 centímetros y, a menudo, aparece una zona clara en su centro.
Al menos el 75 % de los individuos infectados presenta este signo temprano. Su denominación técnica es ‘Eritema Migrans’. En casi la mitad de los enfermos aparecen más zonas rojas, generalmente de menor tamaño, poco después de que haya aparecido la gran mancha roja.
Además se asocian síntomas como los del virus de la gripe (fiebre y escalofríos, fatiga, dolores musculares, cefalea, etc.) acompañados de síntomas menos frecuentes como dolor de espalda, náuseas y vómitos, dolor de garganta, ganglios linfáticos hinchados y dolorosos y agrandamiento del bazo.
A pesar de que la mayoría de los síntomas (aún sin tratamiento) pueden desaparecer, la sensación de malestar puede durar semanas y seguir sintiendo durante meses fatiga, somnolencia y a veces un dolor vago de los músculos o las articulaciones.
Segunda etapaAparece en alrededor de un 15 % de los afectados semanas o meses después de que aparezcan los primeros síntomas. Consiste en alteraciones de las funciones nerviosas que duran varios meses y al final suelen desaparecer por completo.
El problema más frecuente es una infección de las membranas que revisten el cerebro (encefalitis, meningitis…), que provoca rigidez de nuca, dolor de cabeza, inflamación de los nervios faciales y debilidad en un lado de la cara. También pueden aparecer otras zonas de debilidad motora.
En el 8 % de los enfermos se producen trastornos cardíacos, como latidos irregulares (arritmias) e inflamación del saco que rodea al corazón (pericarditis).
Tercera etapaDespués de algunas semanas, y a veces hasta 2 años después de haber comenzado la infección, aproximadamente un 60% de los enfermos comienzan a tener artritis, con dolor e hinchazón de las articulaciones. La articulación más afectada es la rodilla.
También se pueden seguir teniendo problemas con el sistema nervioso, pero esto es menos probable.
Los síntomas de problemas nerviosos durante la etapa 3ª pueden ser: entumecimiento o cosquilleo en las manos y los pies, falta de concentración y pérdida de memoria, debilidad en los brazos o las piernas y depresión.
Alrededor del 10 % de las personas con artritis de Lyme queda con problemas persistentes en las rodillas.
¿Cómo se puede diagnosticar la enfermedad?
El diagnóstico, si no se sospecha en etapas iniciales, puede llegar a ser muy difícil.
La analítica no es específica de la enfermedad y se precisa realizar una medición de anticuerpos IgG e IgM anti Borrelia burgdorferi, mediante ELISA y Western Blot.
Estos exámenes son considerados más seguros y exactos cuando son realizados al menos un mes después de la picadura, aunque ningún examen es seguro al 100 %.
Las bacterias tipo Borrelia burgdorferi son muy difíciles de cultivar en el laboratorio y no existe ninguna prueba que pueda diagnosticar con toda seguridad la enfermedad de Lyme.
El cultivo de las espiroquetas en medio de Kelly es el método más específico y sencillo para el diagnóstico. Tiene éxito en un 60-70% de las biopsias de piel, pero para ello es necesario hacerlo en las fases iniciales.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Un tratamiento temprano de la enfermedad de Lyme es importante, ya puede ayudar a prevenir posibles complicaciones y casi siempre la enfermedad es curable en su totalidad en esta fase.
Si el tratamiento se inicia después de las tres primeras semanas, la enfermedad también puede curarse, pero mientras más tarde se inicie el tratamiento, menos probabilidad de curación se tiene.
Se prescriben antibióticos según las etapas y manifestaciones: eritromicina, tetraciclina, doxiciclina, cefuroxima y penicilina. La tetraciclina oral no se prescribe a niños que no tienen la dentadura definitiva pues puede decolorar los dientes que todavía se estén formando.
Se desconoce la eficacia real del tratamiento precoz en la aparición de lesiones neurológicas, por lo que este tratamiento no parece garantizar la falta de complicaciones en este sentido.
Los antiinflamatorios se recetan para aliviar la rigidez en las articulaciones.
Hay vacuna, pero no es eficaz al 100 %, y además no puede ser usada en personas con la forma crónica de la enfermedad, en la cual se puede intentar una tanda extensa de antibióticos y un tratamiento sintomático con antiinflamatorios.
¿Cuál es el pronóstico de la enfermedad?
Si se diagnostica pronto (en las primeras etapas) la enfermedad se cura con antibióticos. Si se deja sin tratar puede haber complicaciones en las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Revisor clínico