¿Qué es la helmintiasis?
La helmintiasis es un conjunto de enfermedades parasitarias producidas por una amplia variedad de gusanos que viven en la naturaleza.
El parasitismo, es una relación que se establece entre el parásito (en este caso helmintos) y el hospedador donde se aloja (ser humano o animales) obteniendo un beneficio de éste último.
Tienen ciclos largos y complejos, pasando de formas larvarias a fase adulta, en ocasiones requiriendo cambiar de hospedador para completar el ciclo. Por ello, afectan a la gran mayoría de seres vivos (insectos, reptiles, peces, mamíferos).
¿Cuál es la causa que lo provoca?
Los helmintos, debido a la amplia variedad existente, se dividen según su forma y tamaño fundamentalmente en 3 tipos:
- Nematodos (gusanos cilíndricos)
- Cestodos (gusanos planos segmentados)
- Trematodos (gusanos planos no segmentados)
En función del lugar de afectación, se puede dividir en parásitos intestinales y no intestinales.
Parásitos intestinales
- Ascariasis
- Tricocefalosis
- Uncinariasis
- Estrongiloides
- Oxiuros
Parásitos no intestinales (que afectan a otros órganos)
- Filariasis (filarias linfáticas, oncocercosis, mansolenosis, loasis)
- Nematodos (triquinelosis, angiostrongiliasis, dracunculosis)
- Trematodos (esquistosomiasis, fasciolosis, clonorquiasis, opistorquiasis, paragonimiasis)
- Larvarias (larva migrans, anisakiasis, gnathostomiasis, cisticercosis, cenurosis, hidatidosis, esparganosis)
La forma de contagio es muy variada debido a la amplia variedad de helmintos existente y que cada una tiene un mecanismo de contagio diferente.
Los parásitos intestinales, se contagian fundamentalmente por transmisión feco-oral, es decir, por la ingesta de agua o alimentos contaminados con quistes de parásitos.
Los parásitos no intestinales se pueden transmitir por la ingesta de alimentos contaminados, por picaduras de vectores y por contacto al atravesar la piel. Algunos ejemplos de ellos son:
- Anisakiasis (ingesta de pescado crudo o poco cocinado)
- Triquinelosis (ingesta de carne de cerdo contaminada)
- Cisticercosis (ingesta de alimentos contaminados)
- Fasciolosis (ingesta de vegetales contaminados)
- Esquistosomiasis (penetran a través de la piel)
- Loasis (mediante picadura de un tábano)
Los parásitos tienen una distribución mundial y se considera un problema de salud pública de primer orden al existir unas 1000 millones de personas infectadas.
Los helmintos más extendidos son los parásitos intestinales que están presentes en todo el mundo.
Los parásitos no intestinales, dependiendo del tipo de parásito tienen una distribución geográfica determinada. Predominan fundamentalmente en las zonas tropicales y subtropicales (Latinoamérica, Caribe, África subsahariana, Asia y Oceanía).
¿Cuáles son los síntomas de la helmintiasis?
Los principales síntomas que producen en función del tipo de parásito son:
Parásitos intestinales
- Diarrea y pérdida de peso
- Anemia crónica
- Obstrucciones intestinales e incluso apendicitis (sobre todo en ascariasis)
- Dolor abdominal
- En niños, desnutrición con alteraciones en el crecimiento y desarrollo cognitivo
- Picor anal nocturno (oxiuros fundamentalmente)
- Prolapso rectal (complicación rara y grave, producida por tricocéfalo)
Parásitos no intestinales
La variedad de síntomas es amplia debido a que cada helminto produce síntomas diferentes.
- Filarias: filarias linfáticas (edemas en miembros inferiores), oncocercosis y loasis (alteraciones oculares), mansonelosis (alteraciones cutáneas y cardiacas)
- Nematodos: triquinosis (dolores musculares), dracunculosis (problemas cutáneos)
- Trematodos: fasciolosis, clonorquiasis y opistorquiasis (problemas en hígado y la vía biliar), esquistosomiasis (alteraciones en vías urinarias y tracto digestivo), paragónimus (problemas pulmonares)
- Formas larvarias: anisakiasis (dolor gástrico), hidatidosis (problemas hepáticos), larva migrans (alteraciones cutáneas)
¿Cómo se puede detectar?
La gran mayoría de las helmintiasis se diagnostican mediante la visualización del gusano o el huevo (quiste) en las heces. No obstante, existen otra serie de pruebas complementarias que apoyan el diagnóstico.
- Analítica de sangre con hemograma, bioquímica y serología
- Análisis parasitológico de las heces
- Anatomía patológica o biopsia (en aquellos que producen alteraciones cutáneas o musculares)
- Técnicas moleculares como la PCR
- Pruebas inmunológicas
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El tratamiento se realiza mediante antihelmínticos, antiprotozoarios y antibióticos.
Cada helminto tiene un tratamiento específico, a continuación se enumeran los tratamientos más empleados actualmente.
- Albendazol y Mebendazol (oxiuros, áscaris, tricocéfalo, nematodos)
- Ivermectina y Pamoato de Pirantel (parásitos intestinales)
- Praziquantel (trematodos y cestodos)
- DEC o Dietilcarbamazina (filariasis)
- Transfusiones sanguíneas (si existe anemia severa)
¿Qué factores de riesgo existen?
Los principales factores de riesgo para la adquisición del parásito son:
- Déficit de control del material fecal, que contaminan aguas y alimentos
- Malas condiciones de la vivienda
- Malos hábitos higiénicos a la hora de consumir agua y alimentos
- Condiciones climáticas tropicales que favorecen el desarrollo de helmintos
¿Cómo puedo prevenirme?
Las principales medidas de protección son:
- Programas de desparasitación masiva y diagnóstico precoz en zonas de alta incidencia
- Medidas de salud pública para controlar los residuos fecales (letrinas, alcantarillado) y mejora de las condiciones socio-sanitarias y de vivienda
- Control veterinario de animales domésticos, ganado, etc…
- Mejora en la conservación, manipulación y preparación de alimentos
- Asegurar fuentes de agua segura potable
- Lavado de manos antes de las comidas (parásitos intestinales)
- En zonas de filariasis, medidas para evitar picaduras de vectores que transmiten la enfermedad (mosquiteras, repelentes, ropas de manga larga y clara)
Dr. Miguel Cabrero de Cabo
Especialista en Medicina de Familia y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago de Compostela.
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