¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis es una enfermedad hepática que produce la inflamación del hígado.
Como consecuencia de la inflamación hepática se altera la función normal del hígado que consiste principalmente en:
- Eliminar las toxinas de la sangre
- Producir sustancias importantes para el organismo (colesterol, albúmina y otras proteínas plasmáticas)
- Almacenar y distribuir la glucosa, las vitaminas y los minerales
- Secretar la bilis necesaria para la digestión de las grasas
¿Qué tipos de hepatitis existen?
La hepatitis es un grupo de enfermedades que pueden clasificarse según la causa que la origina. Las principales son:
- Hepatitis viral (causada por virus)
- Hepatitis alcohólica (causada por excesivo consumo de alcohol)
- Hepatitis autoinmune (el sistema inmunitario ataca al hígado)
- Hepatitis tóxica o inducida por fármacos (como reacción adversa a ciertas sustancias o medicamentos)
La hepatitis en función de la duración puede ser clasificada en:
- Aguda (de curso rápido y duración breve)
- Crónica (de larga duración)
¿Cómo se contagian las hepatitis virales?
Las hepatitis virales, aquellas causadas por un virus, son enfermedades infecciosas. Por lo tanto, son también enfermedades contagiosas. Los principales métodos de contagio son:
- Hepatitis A: Se contagia por vía oral y fecal a través de ciertos alimentos (crustáceos), agua o materiales contaminados.
- Hepatitis B: Se contagia por la sangre (sangre o agujas contaminadas), por el sudor, semen, saliva o lágrimas y secreciones vaginales a través de heridas o mucosas. También se trasmite a través de la placenta al feto, y a través de contactos sexuales.
- Hepatitis C: Puede ser transmitida por vía parenteral a través de transfusiones, pinchazos, etc. También puede transmitirse por vía sexual, aunque con mucho menor facilidad que la hepatitis B. Por último, puede transmitirse también en el momento del parto al recién nacido.
- Hepatitis D: Se transmite de forma similar a la hepatitis B, aunque ésta más unida al uso de drogas por vía intravenosa o transfusiones de sangre. El virus de la hepatitis D necesita del virus de la hepatitis B para desarrollarse, por lo que cursa asociada a este virus.
- Hepatitis E: Se transmite de forma similar a la hepatitis A, por eliminación de virus por las heces y contaminación de las aguas por estas, que luego se utilizan para lavar la comida e incluso beberla (transmisión por vía fecal-oral).
¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis?
Los síntomas son muy variables dependiendo del tipo de hepatitis, ya que pueden ir desde ser totalmente asintomáticas y descubrirse en analíticas que se hagan por otra causa, hasta dar un cuadro similar a una gripe.
Los síntomas más frecuentes y comunes en todas las hepatitis son:
- Malestar general con cansancio
- Fiebre moderada
- Pérdida de apetito
- Dolor en la parte alta del abdomen
- Náuseas y vómitos
- Coluria (orina oscura)
- Acolia (decoloración de las heces o heces pálidas y blanquecinas)
- Ictericia (color amarillo de la piel y de los ojos)
Otros síntomas menos frecuentes pueden ser:
- Dolores musculares
- Dolor de cabeza
- Picor en la piel
- Artritis
¿Cómo se diagnostica?
Si aparece ictericia (coloración amarillenta de las mucosas y de la piel) el diagnóstico es mucho más fácil, ya que hace sospechar inmediatamente de la enfermedad. Al eliminarse el exceso de bilirrubina por la orina, esta se oscurece y las heces suelen ser blanquecinas.
Cuando se sospecha el diagnóstico, las pruebas de laboratorio confirman la enfermedad al revelar un aumento de las transaminasas (enzimas hepáticas que aparecen en la sangre al destruirse las células hepáticas).
Una vez diagnosticada la hepatitis es conveniente discernir el tipo de hepatitis que se padece.
Para las hepatitis virales es conveniente hacer una serología para ver de qué virus concreto se trata, ya que la evolución y el pronóstico es diferente según cual sea.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El tratamiento depende del tipo de hepatitis que se padezca. Sólo para determinados tipos hay tratamientos específicos. Sin embargo, algunas medidas generales son recomendables:
- Reposo.
- Se debe tomar abundantes líquidos.
- Evitar ciertos medicamentos que producen toxicidad hepática (analgésicos, tranquilizantes, etc.).
- Dieta apropiada con abundantes proteínas y pocas grasas, hasta que los niveles de transaminasas en la sangre desciendan.
Para la hepatitis A y la hepatitis B existen inyecciones de inmunoglobulinas específicas que pueden prevenir o reducir los síntomas de la enfermedad incluso cuando se administra hasta dos semanas después del contagio.
En el caso de la hepatitis alcohólica o inducida por medicamentos es imprescindible abstenerse del alcohol o suprimir la medicación.
En los casos más graves puede ser necesario como último recurso el trasplante de hígado.
¿Qué evolución tiene?
Habitualmente la evolución es hacia la curación total, aunque en algunos casos puede quedar una hepatitis crónica (por ejemplo, la hepatitis C se vuelva crónica en un porcentaje elevado). Es excepcional que la evolución sea fulminante y acabe con la vida del enfermo, aunque puede darse.
En algunos casos la hepatitis puede evolucionar a una cirrosis de hígado o a un cáncer de hígado.
¿Cómo puedo prevenirme?
Algunos tipos de hepatitis pueden prevenirse. Por ejemplo, para las hepatitis virales A y B existen vacunas en el mercado que pueden administrárseles a las personas de riesgo.
Para evitar la hepatitis alcohólica es conveniente moderar el consumo de alcohol.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo?
Los factores de riesgo dependen del tipo de hepatitis, pero se pueden destacar los siguientes:
- Hepatitis virales
- Hepatitis A: La falta de higiene en las comidas, en la preparación de alimentos y el tomar agua contaminada es la fuente más importante de contagio.
- Hepatitis B: El factor de riesgo principal es el personal sanitario por el uso de agujas y del cuidado de heridas, etc., y en el caso de convivir con portadores crónicos del virus. Otros factores son la administración de drogas inyectadas, la promiscuidad sexual o el padecer hemofilia.
- Hepatitis C: Los factores de riesgo son similares a los de la hepatitis B ya que se contagia por sangre o secreciones corporales.
- Hepatitis D: El factor de riesgo más significativo es padecer previamente la hepatitis B.
- Hepatitis E: El factor de riesgo más importante es el consumo de agua contaminada o de carne poco cocinada de animales contaminados.
- Hepatitis alcohólica: La combinación de consumo abusivo de alcohol y desnutrición es el principal factor de riesgo
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Revisor clínico