¿Qué es el insomnio en los niños?
El insomnio en los niños y adolescentes es la dificultad para dormir en las noches que produce un sueño no reparador y alguna alteración en las actividades diarias.
Es diferente del insomnio que se presenta en la edad adulta.
A medida que un niño crece tiene diferentes necesidades de descanso nocturno y de siestas durante el día.
Muchas veces los problemas para dormir en menores de 18 años se manifiestan no solo con mucha somnolencia en el día, sino con trastornos emocionales y problemas en el rendimiento escolar.
Los niños y adolescentes con insomnio prolongado pueden tener graves problemas de salud.
¿Cómo es el sueño normal en los niños y adolescentes?
Las asociaciones de pediatría han determinado algunas características comunes de los patrones de sueño dependiendo de la edad del niño.
Hay cambios significativos en la manera de dormir que se han definido en las siguientes etapas:
Recién nacido:
- Duermen de 10 a 19 horas al día (los prematuros aún más).
- Los bebés que toman leche materna duermen durante periodos más cortos (1 a 3 horas) que los que toman biberón (2 a 5 horas).
- Los periodos en que están despiertos son de 1 a 2 horas.
- En las primeras semanas no hay diferencia entre el sueño del día y la noche.
- La mayoría de veces que los padres piensen que el bebé no duerme bien se debe indagar sobre problemas físicos como cólicos, reflujo gastroesofágico o intolerancia a algún alimento.
Lactante (2 a 12 meses)
- Se recomienda dormir entre 12 y 16 horas al día.
- Varía mucho de un niño a otro.
- Lo más posible es que a los 3 meses de edad un bebé ya pueda conciliar el sueño solo y dormir toda la noche. Esto depende de su madurez neurológica y del ambiente en casa: si siempre se acostumbra a dormir después de comer o de ser mecido no aprenderá a dormirse solo y llorará cada vez que se despierte.
Niño pequeño (1 a 2 años)
- Se recomienda dormir entre 11 y 14 horas al día incluyendo las siestas.
- Hasta los 18 meses se pueden tener dos siestas. Después, se recomienda solo una siesta.
- Puede haber miedos nocturnos, aunque también ya puede haber una asociación de objetos como peluches y mantas con una mejor rutina para dormir.
Preescolar (3 a 5 años)
- Se recomienda dormir entre 9 y 13 horas al día incluyendo las siestas.
- No todos los niños mayores de 4 años necesitan siestas.
- La mayoría de problemas de sueño en esta edad se deben a que el niño sigue durmiendo con los padres.
Infancia media (6 a 12 años)
- Se recomienda dormir entre 9 y 11 horas al día.
- Los problemas de sueño en esta edad se asocian cada vez más al contacto con dispositivos electrónicos como televisores, teléfonos, tabletas que disminuyen el tiempo de sueño.
- También se debe tener en cuenta la discrepancia en las horas de despertar y acostarse entre los días de colegio y los días de descanso.
Adolescencia (13 a 18 años)
- Se recomienda dormir entre 8 y 10 horas al día.
- También influye el uso de dispositivos electrónicos que disminuyen las horas de sueño.
- Se van adquiriendo los patrones de sueño diferentes por lo cual se puede presentar problemas similares al insomnio en los adultos.
¿Cuál es la causa provoca el insomnio en niños?
La mayoría de niños presenta alguna dificultad para iniciar el sueño. Muchos usan un juguete de peluche o alguna fuente de luz para poder iniciar el sueño. Hasta ahí es normal.
Las experiencias que más influyen en que el niño presente trastornos del sueño son:
- Dormir en cama de los padres.
- Accidentes o enfermedad del niño.
- Separación o ausencia de la madre (laboral, viaje, etc.).
- Depresión materna.
- Actitud materna ambivalente o contradictoria en la crianza del niño.
Los niños pueden considerar que la hora de dormir es un momento en que son alejados del amor y cuidado de sus padres (ansiedad de separación).
Los niños mayores pueden presentar miedo o ansiedad de la presencia en la noche de ruidos, ladrones, etc. No siempre lo expresan abiertamente, sino que a veces emplean tácticas para ir postergando la hora de iniciar el sueño.
La ansiedad de separación y el temor para iniciar el sueño muchas veces se desencadenan cuando el niño ha iniciado su estancia en una guardería, y más aún si existen conflictos conyugales, fallecimiento de un familiar, etc.
La mayoría de veces el insomnio en niños mayores de un año se debe a prácticas inadecuadas y falta de límites.
A partir de los 3 años, se asocian como causa las parasomnias como sonambulismo, terrores nocturnos, pesadillas y se debe indagar sobre enfermedades físicas como la apnea del sueño.
¿Cuál es el tratamiento recomendado para el insomnio en niños?
Lo esencial es el apoyo de los padres, el estímulo afectivo y la motivación para poder superar esta situación. Existen una serie de normas generales y otras que dependen de la edad del niño.
Normas generales
- Mantener, a toda costa, un horario de inicio del sueño que debe ser cumplido irreversiblemente permitiéndose pocas modificaciones.
- Los padres deben impedir que el niño duerma en la cama de ellos. Pueden hacer la concesión de que duerma, momentáneamente, en la cama de uno de sus hermanos, por ejemplo.
- Se deben evitar a toda costa los programas de televisión que presenten algún grado de violencia.
- Se puede ofrecer un baño nocturno, una luz débil o un momento previo de conversación antes de iniciar el sueño. En algunos niños funciona el iniciar la lectura de un cuento. Se puede aceptar, momentáneamente, que duerma con una luz encendida o con la puerta abierta.
- Sólo el pediatra puede autorizar el uso de medicamentos tranquilizantes en algunos contados casos.
Recién nacido
- No deje que su bebé duerma más de tres horas consecutivas durante la mañana. Despiértelo con cariño. De esta manera dormirá más de noche.
- No dar leche o biberón cada vez que llora. No siempre llorará por hambre. Si al bebé se le alimenta constantemente de día, también pedirá constantemente de noche.
- No permita que el bebé duerma con usted. Una vez que sea consciente de ese privilegio será muy difícil hacerlo cambiar. Puede tenerlo en una cuna o "moisés" cerca de su cama.
- Si tiene cuna, colóquelo en ella cuando esté soñoliento pero despierto. Su último recuerdo despierto debe ser la cuna y no la presencia de los padres o el alimento. Debe aprender a dormirse solo.
- Realizar las prácticas seguras del sueño para evitar accidentes y muerte súbita:
- Dormir boca arriba siempre.
- Dormir sobre un colchón firme con una sábana que ajuste bien en una cuna.
- No usar almohadas ni edredón.
- Los barrotes de la cuna no deben tener más de 6 cm entre ellos.
- Asegurarse que la cabeza y cara del bebé no queden cubiertas durante el sueño.
Dos a cuatro meses
- Pase la cuna a un cuarto separado.
- Disminuya lo antes posible el número de tomas durante la noche.
- Nunca despierte al niño en la noche para alimentarlo. Espere que él solicite su alimento.
- A partir de los 3 meses se puede establecer un horario fijo para acostarse y una rutina que favorezca que el bebé aprenda a dormirse solo sin biberón y sin mecerlo: esperar que esté somnoliento y pasarlo a su cuna de manera tranquila. Esto evitará también que llore en la noche cada vez que se despierte.
Seis meses
- Regale al niño un juguete de peluche que se puede asociar a la rutina de comenzar a dormir de cada noche.
- Deje abierta la puerta del cuarto del bebé.
- Durante el día brinde afecto al niño cuando manifieste temor por la separación.
- Si el bebé ya se acostumbró a la presencia de los padres para dormirse y sigue llorando en la noche cada vez que se despierta, los pediatras proponen dos estrategias:
- Ignorar por completo los llantos del niño por un tiempo específico desde la hora de acostarse hasta la mañana hasta que aprenda a dormirse solo. Esto es muy difícil para la mayoría de padres.
- Hacerlo de manera gradual: se deja al niño aprender a dormir vigilándolo por ciertos intervalos de tiempo sin alimentarlo ni mimarlo. Estos intervalos de tiempo dependen de la ansiedad de los padres y del temperamento del bebé y requieren de mucha paciencia y constancia.
Un año
- Establezca una rutina grata para el niño: un cuento agradable, etc.
- Una vez colocado el niño en su cama debe permanecer allí. Hay que hacer caso omiso de las protestas o rabietas, y mantener siempre una actitud firme.
El niño debe ser pasado de una cuna a una cama entre los dos y los tres años de edad. Puede adelantar este paso si el niño ya ha aprendido antes a trepar por los barrotes de su cuna.
En niños mayores y adolescentes se recomienda:
- Intentar mantener un patrón fijo de horas de sueño que varíe poco entre los días en que se vaya a estudiar y los días libres. En niños menores de 13 años se recomienda que la diferencia sea de máximo dos horas y en adolescentes, de una hora.
- Crear una rutina de relajación de 20 a 45 minutos antes de acostarse.
- Nunca usar la habitación como un lugar de castigo.
- Tomar una cena equilibrada y evitar el exceso de líquidos las horas previas a acostarse.
- Evitar estimulantes como refrescos de cola, chocolate, marihuana y alcohol.
- Evitar el uso de dispositivos electrónicos que emiten luz como ordenadores, televisores, teléfonos móviles en la habitación. No utilizarlos en las dos horas previas a la hora de acostarse.
- Tomar el sol, seguir una dieta balanceada para la edad y hacer ejercicio físico.
- No tomar siestas cerca de la hora de acostarse.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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