¿Qué es la leucorrea?
El exceso de secreción (flujo) vaginal se denomina técnicamente leucorrea, y es uno de los problemas más frecuentes entre las mujeres.
Muchas veces, se trata de una secreción normal que lubrica la vagina y mantiene en equilibrio los hongos y bacterias que normalmente habitan en ella (microbiota vaginal) para evitar infecciones.
Normalmente, muchas mujeres refieren haber consultado a múltiples especialistas por este problema, y no han logrado solucionarlo. Muchas de ellas, sienten que su ginecólogo no le da demasiada importancia al problema, a pesar de que altera mucho su calidad de vida.
Realmente, esto no es así. Puede ser solo una falta de comunicación entre médico y paciente acerca de lo que es normal o no.
¿Qué tipos existen?
Básicamente, existen dos tipos de leucorrea:
- Leucorrea fisiológica, esto es, propia del organismo de la mujer, y que no obedece a enfermedad alguna. La leucorrea fisiológica puede llegar a ser muy molesta, por lo que numerosas mujeres que la sufren consultan por ello.
- Leucorrea debida a algún problema concreto de salud (habitualmente infecciones), por lo general con cambios notorios en las características del flujo y asociación con otras molestias.
¿Qué signos son característicos según el tipo de leucorrea?
- Leucorrea fisiológica: suele ser de color transparente o blanquecino, sin acompañarse de mal olor ni de otros síntomas.
Aumenta los días previos a la regla y durante la ovulación (mitad del ciclo menstrual). - Leucorrea patológica o anormal: producida por tres causas principales:
- Infecciones por hongos (cándidas), que viven de forma normal en el organismo, pero, si hay alguna circunstancia que favorece su crecimiento excesivo (diabetes, toma de antibióticos o cualquier disminución de las defensas naturales del cuerpo), producen aumento de un flujo blanquecino que forma grumos, con picor y enrojecimiento vaginal, ardor al orinar y dispareunia (dolor con las relaciones sexuales).
Otra causa que produce el crecimiento del hongo cándida es el exceso de higiene en la zona genital que desequilibra la flora vaginal normal. La irritación o alergias por contacto con productos químicos también favorecen esta infección.
Asimismo, el estrés psíquico puede incrementar esas infecciones. - Vaginosis bacteriana: No es una enfermedad de transmisión sexual, aunque se presenta con mucha más frecuencia en mujeres con vida sexual activa.
Parece deberse a un desequilibrio de las bacterias que normalmente viven en la vagina debido a que se pierde la acidez normal de esta zona del cuerpo (similar a lo que ocurre con las cándidas) produciéndose un flujo gris-amarillento con olor a pescado, por lo general sin irritación vaginal. - Enfermedades de transmisión sexual, concretamente la gonorrea, clamidiasis, tricomoniasis. Los síntomas son más intensos con leucorrea abundante, ardor al orinar, coitorragia (sangrado con las relaciones sexuales) y sangrados intermenstruales y, en casos más graves, con dolor abdominal bajo y fiebre (enfermedad inflamatoria pélvica).
- Infecciones por hongos (cándidas), que viven de forma normal en el organismo, pero, si hay alguna circunstancia que favorece su crecimiento excesivo (diabetes, toma de antibióticos o cualquier disminución de las defensas naturales del cuerpo), producen aumento de un flujo blanquecino que forma grumos, con picor y enrojecimiento vaginal, ardor al orinar y dispareunia (dolor con las relaciones sexuales).
¿Cómo se pueden diagnosticar?
La leucorrea es de fácil diagnóstico mediante la visualización directa durante el examen ginecológico y, si hay dudas en el diagnóstico, con la toma de muestras y cultivos de la secreción.
Pueden requerirse exámenes como el de glucosa (azúcar) en sangre y otros cuando se sospechan alteraciones de las defensas naturales del cuerpo o cuando la enfermedad parece resistente a los tratamientos.
Es fundamental que la mujer tenga paciencia y confianza en su ginecólogo hasta que se llegue el diagnóstico correcto y, con ello, a la solución del problema.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
- Leucorrea fisiológica: normalmente no requiere ningún tratamiento.
- Candidiasis vaginal y Vaginosis bacteriana: Se tratan si producen mucha molestia a la mujer o en el embarazo.
En estos casos no está claro si es útil tratar al compañero sexual masculino que no presenta síntomas. Sin embargo, es algo que se suele hacer cuando la infección es muy repetitiva y, al parecer, mejora en alguna medida los síntomas de la mujer.
Es importante evitar la automedicación con productos de venta libre, así como la higiene vaginal exagerada.
El seguimiento correcto del tratamiento según las indicaciones del médico y por el tiempo completo es muy importante. Si el tratamiento es incompleto, la infección va a seguir presentándose. - Infecciones de transmisión sexual: La terapia antibiótica se da exclusivamente bajo receta médica, es diferente para cada causa y en ocasiones consta de varios medicamentos para eliminar diferentes tipos de bacterias.
Si la mujer está en embarazo el tipo de medicamentos también es diferente.
Se pueden tratar sin tener necesariamente resultados de exámenes de laboratorio para no demorar la curación del caso.
Basta con conocer las características del flujo, los hallazgos al examen físico y el antecedente de pareja sexual con sintomatología genitourinaria, múltiples compañeros sexuales o nueva pareja en los últimos tres meses sin uso de preservativo o antecedente de abuso sexual.
Se debe tratar también a la pareja de la mujer afectada e indagar el contacto de ambos con otras enfermedades de transmisión sexual, en especial VIH, Hepatitis y sífilis.
La importancia del tratamiento completo y definitivo radica en evitar las complicaciones: enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad, contagio a otras personas.
¿Qué consejos se pueden aplicar para la leucorrea fisiológica?
Para las mujeres que sufren de leucorrea fisiológica, hay una serie de consejos para intentar minimizarla.
Estas recomendaciones se basan en el hecho de que el exceso de higiene y el contacto con productos químicos disminuye la defensa natural de la vagina contra las infecciones: matan o disminuyen las “bacterias buenas” llamadas lactobacilos.
Son pautas válidas para ayudar a mejorar la candidiasis vaginal y la vaginosis bacteriana.
- Realizar la limpieza de su vulva sólo con agua, no usar la ducha vaginal, ya que romperá la barrera natural de protección de la vagina.
- No usar ropa interior ajustada ni sintética, solo de algodón.
- Realizar el lavado de la ropa interior con jabones suaves o detergentes hipoalergénicos.
- No usar salvaslips (protectores diarios) a no ser que sea realmente necesario. Se recomienda usarlos únicamente para el sangrado leve de los últimos días del periodo y en las etapas en las que el flujo vaginal aumenta: pocos días antes de la regla y durante la ovulación.
- Si se notan síntomas con un tipo específico de salvaslips, compresas, tampones, preservativos u otros productos en contacto con los genitales, se deben evitar o cambiar porque puede tratarse de una reacción alérgica que favorece una infección.
- Tratar de mantener el área vulvovaginal lo más seca posible, pero sin irritarla al secarla (usar paño suave y secar suavemente y sin frotar). Si hay pérdidas de orina frecuentes es importante tener una valoración médica.
- También se debe tener precaución con el uso de tampones que a veces se aumenta el riesgo de sufrir un síndrome del shock tóxico. Es recomendable leer las instrucciones de uso que vienen en cada producto.
Dr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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