¿Qué es el pie de atleta?
El pie de atleta es una infección producida por hongos en las plantas y en la zona entre los dedos de los pies cuyo término médico es tinea pedis.
Puede producir picor y dolor y también agrietar o pelar la piel de dicha zona.
¿Por qué se produce?
El pie de atleta es una enfermedad extremadamente contagiosa debida a una micosis, es decir, que está causada por un hongo. En la actualidad es la micosis más frecuente.
Casi siempre se debe a hongos antropofílicos (que afectan a humanos), como la Tiña rubrum, la Tiña interdigitale (antes conocida como Tiña mentagrophytes) y Epidermofitos floccosum que pueden actuar de forma combinada, concurrente y consecutiva.
El contagio casi siempre se produce de forma indirecta, sobre todo a partir del suelo de duchas y piscinas públicas, toallas, moqueta de hoteles, etc., o mediante el uso de los mismos calcetines y calzado por varias personas.
Ello explica la gran facilidad con que suceden recidivas y/o reinfecciones, incluso después de tratamientos bien realizados, y que la incidencia sea mayor en jóvenes.
También aumenta el riesgo de padecerlo la humedad por aumento del sudor (hiperhidrosis) y maceración a causa del empleo de calcetines y de calzado poco o nada permeables como suele ocurrir en soldados, agricultores, mineros, etc.
¿Qué síntomas presenta?
El pie de atleta afecta a los pliegues interdigitales o subdigitales, las plantas de los pies y, en ocasiones, al dorso de los pies. Incluso es habitual comprobar lesiones a distancia. La zona más afectada suelen ser los dedos más pequeños del pie.
Los principales síntomas del pie de atleta son:
- Picor
- Dolor en los dedos de los pies
- Piel agrietada o con escamas
- Ampollas que pueden romperse
Es una enfermedad de curso crónico con brotes irregulares y picor variable, a veces muy intenso.
¿Qué tipos existen?
La tinea pedis afecta principalmente a los pies de cuatro formas distintas:
- Tinea pedis intertriginosa o interdigital:
Afecta la zona entre los dedos y por debajo de ellos donde desde el principio la maceración causa un aspecto blancuzco de la piel y mal olor.
Pronto se desarrollan fisuras muy dolorosas y, a los lados, placas eccematosas, descamativas, pruriginosas (que pican) o dolorosas que a veces se extienden a los pulpejos, zona anterior de la planta y dorso del pie.
Es muy posible que se sobreinfecte por bacterias. - Tinea pedis seca y queratósica
Este tipo suele afectar ambos pies de manera muy similar en arcos plantares y bordes donde, por confluencia de pequeñas zonas enrojecidas y con descamación se forman extensas placas con pequeñas vesículas y con endurecimiento de la piel en la planta de los pies.
Si la infección se debe a la Tiña rubrum (hongo específico) es habitual que ocurra esta hiperqueratosis (zonas endurecidas) "en sandalia" o “en mocasín”, profundas fisuras muy dolorosas y alteraciones en las uñas.
Es de muy difícil tratamiento y a veces se asocia con inmunodeficiencias (disminución de las defensas naturales del cuerpo). - Tinea pedis dishidrosiforme
Suele afectar a la bóveda plantar, superficies laterales y pulpejos de los dedos, donde se caracteriza por placas rojas, con picor o quemantes, llenas de ampollas, engastadas en la piel cuyo contenido al principio es un líquido claro y después purulento.
Cuando se secan, originan costras adherentes y si se rompen por el roce o rascado aparecen heridas húmedas con descamación. Luego, se añaden lesiones intertriginosas (en los pliegues) y la inflamación y la sobreinfección pueden ser tan intensos que dificulten la marcha. - Tinea pedis ulcerosa
Comúnmente es una complicación de la tiña interdigital con la formación de pequeñas heridas y luego úlceras entre los dedos que se sobreinfectan por bacterias.
Suele ocurrir en personas diabéticas o en quienes tiene disminución de la inmunidad (defensas naturales del cuerpo).
Los diferentes tipos pueden coexistir, sucederse y sobreinfectarse por cocos piógenos, corinebacterias y microorganismos Gram negativos.
Es posible la colonización del hongo a las uñas produciendo onicomicosis.
¿Cómo se puede tratar?
El pie de atleta suele responder bien a los tratamientos con cremas o pomadas antifúngicas (antimicóticas) que contengan clotrimazol, ketoconazol, miconazol, sulconazol, o tolnaftato.
Si las cremas o pomadas no solucionan la infección se puede tomar medicamentos antifúngicos por vía oral, siempre bajo prescripción médica.
Si hay sobreinfección bacteriana, también se necesitarán antibióticos específicos.
En las formas ulcerosas o muy inflamatorias pueden ser de utilidad las soluciones muy diluidas de permanganato de potasio o de sulfato de zinc o sulfato de cobre.
Cuando hay mucho endurecimiento de la piel (hiperqueratosis) se pueden usar queratolíticos como la vaselina salicílica asociada al tratamiento antifúngico.
¿Cómo evoluciona el pie de atleta?
La tinea pedis evoluciona con desesperante cronicidad, alternando períodos casi asintomáticos con otros más intensos y exacerbaciones muy agudas en primavera-verano que, en ocasiones, llegan a hacer muy difícil la vida normal e impiden la práctica de cualquier deporte e incluso la posibilidad de andar.
¿Cómo puedo prevenirme?
Ante cualquier proceso dermatológico en los pies, acuda a su médico a fin de que este establezca el diagnóstico y tratamiento adecuado.
No obstante, es importante observar una serie de medidas higiénicas que eviten en lo posible el contagio de una de estas formas de micosis:
- Higiene diaria y profunda de los pies con un secado exhaustivo posterior.
- Procurar no utilizar calzado o calcetines de otras personas.
- Cambiar el tipo de calzado y calcetines cuantas veces sean necesarias, para evitar la humedad que favorezca el desarrollo de estos hongos.
- Preferir el uso de calcetines de algodón en lugar de fibras sintéticas.
- Empleo de antitranspirantes locales para controlar la excesiva sudoración.
- Utilizar zapatillas de baño cuando acudamos a vestuarios de lugares públicos y evitar usar toallas de otras personas.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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