¿Qué es el pie diabético?
El pie diabético es una complicación derivada de la diabetes por la que aparecen úlceras y pérdida de sensibilidad en los pies debido a una neuropatía (deterioro del sistema nervioso).
Todas las personas que padecen diabetes pueden presentar pie diabético. Por ello, es necesario examinar frecuentemente los pies y realizar consultas periódicas con un especialista para prevenir la aparición de úlceras y lesiones.
La prevención es fundamental para evitar amputaciones.
¿Qué cuidados son precisos?
A los pacientes diabéticos de riesgo (ancianos y aquellos que tienen mala circulación) se les recomienda los siguientes cuidados rutinarios de los pies:
- Lavar (no empapar) los pies todos los días con jabón suave y agua tibia, cuya temperatura ha sido probada previamente con la mano.
- Secar con meticulosidad cada pie, prestando una atención especial a los espacios interdigitales (entre los dedos).
- Recortar las uñas con cuidado, en línea recta, evitando cortar las esquinas. Las uñas no deben ser más cortas que el extremo del dedo. Los pacientes con mala vista o manos temblorosas deben pedir a otras personas que se las corten. Si encuentra una uña encarnada, consulte a un especialista.
- Inspeccionar los pies con frecuencia, buscando detenidamente zonas resecas y fisuras en la piel, sobre todo alrededor de las uñas y en los espacios interdigitales. Deben espolvorearse con talco, si la piel está húmeda, o recubrirse con crema hidratante, si la piel está seca. Debe tenerse un cuidado especial con los callos y las durezas, que deben ser atendidas por un podólogo. No se deben utilizar antisépticos potentes (yodo), ni callicidas.
- Si aparecen ampollas o infecciones, debe consultarse inmediatamente al médico.
- No deben utilizarse bolsas de agua caliente ni poner los pies en los radiadores o frente a la chimenea. Es preferible utilizar unos calcetines o zapatos calientes.
- Pueden emplearse mantas eléctricas, pero deben apagarse antes de meterse en la cama.
- Los zapatos deben ajustar bien (sin apretar) y ser confortables, dejando espacio para que los dedos descansen en su posición natural.
- Los zapatos nuevos deben calzarse progresivamente, cada vez durante un tiempo un poco más largo.
- Se deben utilizar calcetines de algodón o lana, mejor que de nylon. Deben ser de la talla adecuada y no tener zurcidos ni costuras que puedan producir presiones. Deben cambiarse diariamente.
- Caminar con los pies descalzos es peligroso, ya que una pequeña herida puede tardar mucho en curarse.
- El tabaco es muy perjudicial para los diabéticos, porque produce vasoconstricción.
- Considerar el diseño de calzado a medida para los diabéticos con pies muy vulnerables. Estos zapatos deben estar diseñados para redistribuir las fuerzas que soporta el pie.
- No sentarse con las piernas cruzadas durante mucho tiempo ya que disminuye el aporte de sangre a sus pies.
¿Qué cuidados se deben hacer de las lesiones existentes?
Las lesiones en el pie diabético pueden agravarse ni no se tratan adecuadamente y provocar problemas considerables como la gangrena acarreando amputaciones.
Por ello, se debe hacer un examen detallado de ambos pies, con una inspección cuidadosa de los talones y los espacios interdigitales. El estado de la circulación, y sensibilidad deben evaluarse con detalle.
Deben tenerse en cuenta la temperatura y el color de la piel, la respuesta vascular a la elevación del miembro, es decir si se producen cambios en el color según la postura de la extremidad, y el cambio en la cantidad de pelo de la pierna.
Una fotografía en color es útil para poder juzgar la progresión de la falta de riego.
El tratamiento del pie diabético se basa en:
- Mejorar la circulación evitando el uso de calzado o prendas ajustadas.
- Eliminar los callos y realizar desbridamiento de las úlceras.
- Intentar favorecer la cicatrización de las úlceras mediante uso de apósitos autolíticos (alginatos, hidrocoloides, hidrogeles) o agentes enzimáticos (colagenasa).
- Tratar las infecciones que puedan aparecer. Puede utilizarse un sistema de cierre asistido al vacio (VAC®) para heridas quirúrgicas infectadas.
- Control metabólico de la diabetes, es decir, comprobar que los niveles de glucosa se encuentran dentro de los límites permitidos.
¿Cómo se clasifica el pie diabético?
Para la clasificación del grado de afectación del pie diabético suelen utilizarse la clasificación de Meggitt-Wagner o de la universidad de Texas.
La clasificación de Meggitt-Wagner clasifican las lesiones en 6 categorías:
- Grado 0: No existe ninguna lesión ulcerosa en un pie diabético de riesgo.
- Grado I: Se detecta la presencia de úlceras superficiales.
- Grado II: Existen úlceras profundas. Afectan a los ligamentos y los músculos, pero no a los huesos.
- Grado III: Existen úlceras profundas con abscesos u osteomielitis. Puede existir mal olor.
- Grado IV: Gangrena localizada que puede afectar a dedos, talón o planta del pie.
- Grado V: Gangrena extensa que afecta a todo el pie y requiere amputación.
La clasificación de Texas o escala Texas es de tipo bidimensional con un número y una letra en función de la profundidad de las úlceras y la existencia de infección:
En cuanto a la profundidad de las úlceras existen los siguientes grados:
- Grado 0: Lesiones pre o post ulcerosas.
- Grado I: Úlcera superficial que no afecta a tendones, cápsula o huesos.
- Grado II: Úlcera que afecta a tendones o cápsula.
- Grado III: Úlcera que afecta a huesos o articulaciones.
En cuanto al estadio de la infección existen las siguientes letras:
- Estadio A: No hay infección.
- Estadio B: Existe infección.
- Estadio C: Existe isquemia.
- Estadio D: Existe isquemia e infección.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDr. Germán Pace
Especialista en Traumatología y ortopedia y licenciado en Medicina por la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Revisor clínico