¿Qué es la vaginitis?
La vaginitis o infección vaginal es la inflamación de la vagina que habitualmente se debe a una infección, aunque en algunas ocasiones existen otras causas.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
Si bien siempre que existe una sospecha clínica de vaginitis, el médico debe realizar diferentes procedimientos para intentar determinar si hay algún microbio responsable, cuál es, y qué tratamiento sería el más adecuado, lo cierto es que también se deben investigar otras causas que irriten la zona genital, originando molestias e inflamación. Dichas causas se agrupan fundamentalmente en dos bloques:
- Químicas: Algunas cremas que se utilizan cerca de la vagina o la uretra y determinados jabones excesivamente agresivos son los principales causantes.
- Traumáticas: En medicina, se denomina traumatismo a las agresiones físicas externas. Las causas traumáticas que pueden causar una inflamación de la región genital son diversas: relaciones sexuales sin la adecuada lubricación o demasiado agresivas o la práctica de algunos deportes sin la indumentaria adecuada, son algunas de las más habituales.
Si bien existen determinados consejos que se pueden proporcionar a las víctimas de vaginitis no infecciosas, y que comentaremos más adelante, lo cierto es que las más importantes, tanto por ser las más frecuentes como porque a largo plazo pueden ser las que mayores problemas causen, son la infecciosas.
En primer lugar, hay que decir que la vagina, igual que la piel, u otras mucosas como la de la boca, está colonizada por gérmenes. Esto quiere decir que hay gérmenes que viven en estas áreas prácticamente desde que pasan unos días tras el nacimiento. Estos gérmenes no sólo no son nocivos cuando estamos sanos, sino que además nos ayudan a no contraer infecciones por otros microbios más agresivos, mediante diversos mecanismos. Por eso, no es beneficioso intentar eliminarlos de su ubicación. Los conocemos como "flora saprófita".
El problema viene cuando o bien son insuficientes las diferentes defensas que tenemos, y un microorganismo extraño consigue infectarnos, o bien un germen "amigo" que habitualmente tenemos bajo control y nos ayuda, se descontrola, crece más de la cuenta y se comporta como un enemigo. Esto sería un "desequilibrio" de la flora normal.
Ciertos grados de flujo vaginal son normales y no indicativos de infección. Dichos flujos son causados por la microflora (microbios) que colonizan desde el nacimiento el aparato genital de la mujer; estas secreciones pueden tener un olor "característico" y una cantidad normal que depende de cada mujer. Las infecciones que causan vaginitis pueden afectar a tres estructuras que son: vulva, vagina y cervix (cuello uterino).
Los microorganismos que forman el flujo vaginal pueden ser desequilibrados por varios factores: Ciclo menstrual, actividad sexual, el parto, la cirugía, los antibióticos, los anticonceptivos hormonales, los dispositivos intrauterinos y las enfermedades que disminuyen la inmunidad (defensas).
¿Cuáles son los síntomas de la vaginitis?
Es importante saber que puede no dar ningún síntoma, o sólo algunos de los que contamos, o incluso pequeños grados de varios de ellos pero que, por poco molestos, nos pasen desapercibidos. Por ello, ante la mínima duda se debe consultar, sin esperar a que aparezca todo lo que se describe a continuación:
Lo característico es presentar una secreción anormalmente excesiva, (cada mujer sabe cuál es la cantidad de moco que segrega habitualmente, y cuándo está secretando demasiado para lo habitual en ella), acompañada de prurito (picor), ardor y malestar. Puede haber dolor al orinar y en la actividad sexual. También puede presentarse irritación e hinchazón en vulva y vagina.
¿Qué tipos existen?
Aunque hay diversos gérmenes que pueden ocasionarlo, se destacan como más habituales seis:
- Vaginitis por cándida
- Vaginitis por tricomonas
- Vaginitis bacteriana
- Vaginitis por clamidia
- Vaginitis gonocócica
- Vaginitis viral
Infecciones vaginales por levaduras de un hongo denominado Candida albicans. El 75% de las mujeres con actividad sexual son afectadas al menos una vez en su vida, y un 10% se hacen recurrentes y dan síntomas crónicos.
Puede haber condiciones predisponentes: embarazo, diabetes no controlada, uso de antibióticos o uso de anticonceptivos hormonales y dispositivos intrauterinos (DIU). Los síntomas frecuentemente se inician una semana antes o durante la menstruación. El flujo en esta infección es espeso, blanco con apariencia de "requesón". Esta infección no se puede considerar una enfermedad de transmisión sexual, estrictamente hablando, ya que es bastante habitual que se encuentre cándida en la vagina como parte de la flora saprófita de la que hablábamos antes. Se puede adquirir además del coito, en toallas, ropa, agua de baño o malos hábitos higiénicos. Es más frecuente en mujeres en edad fértil o con tratamientos hormonales y es raro en niñas o después de la menopausia.
Infecciones vaginales por un microorganismo llamado Trichomona vaginalis. Se calcula que aproximadamente un 20% de todas las mujeres la tienen. También hasta un 10% de los hombres pueden ser portadores (esto es, que tienen el germen pero que no les causa ningún problema, aunque lo transmiten e infectan a sus parejas sexuales). La principal forma de transmisión es por contacto sexual; sin embargo, algunos estudios sugieren una transmisión a través de contacto en baños, con toallas, trajes de baño y piscinas contaminadas.
Las manifestaciones más comunes de la vaginitis tricomoníasica es el flujo de mal olor, picor en la vulva y molestias al orinar. Aunque hay mujeres que pueden no presentar ningún síntoma, son capaces de infectar a su pareja (mujeres portadoras).
VAGINOSIS BACTERIANA (Vaginitis inespecífica)
Las causas de este padecimiento son múltiples, pero principalmente es provocado por sobrecrecimiento de Gardnerella vaginalis y Mobilincus spp. (anaerobio) provocando un desequilibrio en la microflora vaginal.
La principal forma de transmisión es por contacto sexual. Dentro de los principales síntomas, la mujer puede presentar picor, ardor vulvar, flujo fétido (principalmente despues del acto sexual) y grisáceo.
VAGINITIS POR CLAMIDIA
Está causada por la Chlamidia trachomatis y es una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuente, y en numerosas ocasiones no produce síntomas. Puede causar enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). La clínica es la misma que para el resto de las vaginitis, sin ningún rasgo especial. El flujo puede aparecer algo manchado de sangre, y es posible que se sangre después del coito. También se aprecia en ocasiones dolor en la parte baja del abdomen.
Más info sobre enfermedad inflamatoria pelvica
VAGINITIS GONOCÓCICA
El germen responsable es la Neisseria Gonorrhoeae, más conocido como "gonococo". La infección vaginal puede hacer que aparezca un flujo amarillento o teñido de sangre, así como sangrado tras o durante la relación sexual, y en general síntomas inespecíficos como los que se han ido mencionando.
VAGINITIS VIRAL
Se trata de una causa bastante común, ya que numerosos gérmenes causantes de inflamación genital no pertenecen al grupo de las bacterias, sino de los virus. Se trata por ejemplo del herpes simple tipo 2, tipo 1, el papilomavirus humano, y el herpes zóster.
Los virus de la familia herpes causan por lo general llagas extremadamente dolorosas tanto dentro, como alrededor de la entrada de la vagina, así como en otras zonas genitales como la vulva.
Los papilomas causan verrugas, que pueden ser dolorosas. Si no se trata, se sabe que pueden causar al cabo de los años cáncer de cuello uterino (cervix). Se detectan mediante una tinción especial denominada "Papanicolau".
Más info sobre herpes genital
Más info sobre el VPH (Virus del papiloma humano)
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Dado que es posible tener más de un tipo de infección a la vez, el auto-diagnóstico y tratamiento basado en su propia experiencia, no es prudente.
Para poder determinar cual de los microorganismos mencionados es el responsable de la vaginitis su ginecólogo debe realizar algunos estudios y puede observar una muestra del flujo vaginal, en el microscopio.
El tratamiento depende del tipo de microorganismo que esté causando la infección. En ocasiones se le indicará tratamiento conjunto a su pareja sexual.
¿Cómo puedo prevenirme?
La atención especial a los hábitos e higiene personales puede detener las infecciones vaginales.
- Evitar ropa interior sintética y cambiarla por prendas de algodón.
- Suprimir el uso de duchas vaginales y de "sprays" de higiene íntima.
- Los aseos de vulva deberán hacerse con agua y jabón (suave).
- Las toallas higiénicas perfumadas y los tampones pueden causar irritación vulvar y favorecer las infecciones vulvovaginales.
- Mantenga sus genitales frescos y libres de humedad: evite las pantimedias y los pantalones muy apretados, no se deje puesto el traje de baño húmedo, etc.
- Cualquier cambio de su flujo vaginal o aparición de picor o malestar merece una consulta ginecológica.
- Si mantiene relaciones sexuales catalogadas como "de riesgo", esto es, con personas que tengan algún tipo de infección que se transmita por vía sexual, o bien con personas que desconoce si están o no infectadas, utilice mecanismos de protección desde el primer momento del contacto sexual, del tipo del preservativo, cuya seguridad, si se usa adecuadamente, es muy elevada.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Revisor clínico